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Puerto Príncipe, 29 jun (Prensa Latina) El líder haitiano de la coalición de pandillas, Jimmy Chérizier (alias Barbecue), calificó de invasores a los soldados de Kenya y sus hombres que hoy controlan el 80 por ciento en esta capital y están dispuestos a enfrentarlos.
Barbecue propuso esta semana un diálogo con el Gobierno como un primer paso para pacificar el país, también pidió al Ejecutivo crear políticas públicas que beneficiaran a la clase obrera.
El primer ministro de transición de Haití, Gary Conille, reaccionando a la petición, respondió que las pandillas deben primero deponer las armas y reconocer la autoridad del Estado, sin hacer referencia a cualquier tipo de trato con los bandoleros.
Bajo este escenario, Barbecue viralizó un video en el se mostraba dispuesto a enfrentar a las tropas foráneas, dejando evidentemente sin efecto su intención de dialogar.
Recientemente, advirtió a las tropas extranjeras que iban a derramar su sangre en Haití.
La amenaza fue dirigida a la Misión Multinacional de Apoyo a la Policía Nacional de Haití (PNH), liderada por Kenya que el 25 de junio llegó con 400 efectivos, de mil que enviará Nairobi.
Kenya junto a otras naciones y la PNH intentarán pacificar la nación caribeña, bajo la supervisión de Estados Unidos.
Citado por el diario digital Haití Libre, Barbecue aseguró que las pandillas se preparan para una larga lucha, y antes que los venza el cansancio y anuncien su retirada las fuerzas internacionales van a derramar mucha sangre.
«Mi vida depende de Dios y de mis antepasados. Si Jean-Jacques Dessalines hubiera estado preocupado por su vida, Haití no sería libre hoy», expresó Chérizier, quien se autoconsidera un revolucionario liberador.
Según Barbecue, su coalición libra una batalla para liberar a Haití de las garras de los políticos tradicionales y los oligarcas corruptos.
A la PNH, le dijo: nadie puede asustarnos, hacernos creer que nos van a echar de nuestro país. Somos los hijos de Dessalines.
«No estamos haciendo una revolución pacífica, estamos haciendo una revolución sangrienta», sentenció el expolicía, quien responsabilizó a Estados Unidos, Canadá y Francia de un baño de sangre en Haití.
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