Por Manuel Hernández Villeta
Todos los líderes de los partidos políticos deben acercar la cabeza a la guillotina. Todos deben ser depurados, aún los que triunfaron. Dirigentes y militantes son por igual responsables de la derrota. Entre el triunfador, están los que no participaron de lleno en la tarea proselitista.
Los dirigentes políticos no pudieron mover la masa amorfa a votar, pero si son responsables de actuar con descuido, fomentando la terrible lucha interna. La oposición tiene las piernas de un barro demasiado blando. Necesita hacer músculos para nuevas elecciones.
Comenzando con la oposición, se tienen que remover todos los cuadros dirigenciales. Ya no se puede seguir con el espíritu de los viejos robles. Que se dé un pergamino por los añejos trabajos, y de ahí para la casa. Los políticos de antaño no pueden seguir al mando.
Se da en el oposición y el gobierno que los jóvenes están con castración mental. Son jóvenes de edad, pero viejos en la exposición de sus ideas. Temen salir a caminar, y se recuestan en los viejos robles. La experiencia siempre es de apoyar y aceptar, pero no de ir al suicidio político.
El partido de la Liberación dominicana puede ser el más zarandeado. Para tener futuro tiene que llevar a cabo una total remodelación. Danilo Medina tiene que buscar la subsistencia partidista. Sin poder exhalar una aspiración electoral tiene las manos atadas y es una pieza movible.
A Danilo solo lo salva una reforma constitucional que abra camino para que pueda ser candidato. Un líder sin posibilidades de aspirar a la presidencia, no es más que una pieza de adorno fácil de sustituir.
Leonel Frnández tiene por donde maniobrar. En sus manos se encuentra ir preparando al candidato del futuro, o los candidatos hacia el porvenir. Se va a inclinar por su hijo lo que a larguísimo plazo puede traer rozamientos y fisuras. Eso no es gran preocupación: la posibilidad de llegar al poder adormece los bríos.
La abstención es peligrosa. Una parte mayoritaria de la población está diciendo que no cree en las votaciones. Nadie ha hecho un estudio objetivo de la abstención. Lo que hay es conjeturas.
Si los partidos no se aplican a la depuración interna, caerán en el olvido. Lucharán por una personería que les permita obtener los favores monetarios de la Junta Central electoral, pero no más de ahí. La cabeza a la guillotina y a ver quien la conserva. ¡Ay!, se me acabó la tinta