ARCHIVO: Generalísimo Rafael Leónidas Trujillo Molina
Por Héctor Tineo Nolasco
Diariodominicano.com
SANTO DOMINGO, RD, la noche del 30 de mayo de 1961, un grupo de civiles y militares, incluidos antiguos colaboradores del régimen de Trujillo, mataron al dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, en un ataque sorpresa registrado en la carretera Santo Domingo-San Cristóbal, hoy autopista 30 de mayo.
Una parte del pueblo dominicano se enteró de lo ocurrido la misma noche del 30 de mayo, pero la mayoría del país conoció la información cuando habló al pueblo dominicano el Presidente interino, Joaquín Balaguer.
Volante puesto a circular por las autoridades militares y de seguridad para que la población denunciara a los conjurados.
En el ataque que terminó con la vida del dictador Trujillo, participaron Antonio De la Maza, Juan Tomás Díaz, Antonio Imbert Barrera, Modesto Díaz, Pedro Livio Cedeño, Salvador Estrella Sahdalá, Roberto Pastoriza, Huáscar Tejeda, y el teniente Amado García, de la Guardia Presidencial.
En el plan contra Trujillo, también participaron Luis AmiamaTió y Luis Manuel –Tunti- Cáceres, pero la noche del atentado no estuvieron presentes porque cumplían otras actividades.
El dictador Trujillo murió en el lugar donde hoy está el monumento a los Héroes del 30 de mayo, en la autopista del mismo nombre, en la zona sur de la Capital de la República.
Los conjurados levantaron el cadáver y lo llevaron a la residencia de Juan Tomás Díaz, en la calle César Nicolás Penson, en el sector Gazcue de la ciudad Santo Domingo. En la marquesina de la casa en la madrugada del 31 de mayo agentes del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), encontraron el cadáver de Trujillo.
Zacarías de la Cruz, chofer de Trujillo, sufrió múltiples heridas de bala, pero sobrevivió.
Del grupo que mató al dictador sufrieron heridas Pedro Livio Cedeño, Amado García Guerrero y Antonio Imbert Barrera, pero el único que requirió asistencia especializada fue Pedro Livio Cedeño, el primer preso de los conjurados.
Antonio Imbert Barrera y Luis AmiamaTió, lograron permanecer ocultos hasta que terminó la persecución en su contra, pero los demás fueron muertos por agentes de la dictadura y el hijo del dictador, el general Rafael Leónidas -Ramfi- Trujillo Martínez.
La dictadura de Trujillo (1930-1961) se prolongó por más de 30 años.
El historiador Frank Moya Pons, al tratar el acontecimiento anota que el asesinato del Dictador ocurrió cuando ya el régimen se desmoronaba a consecuencia de las sanciones económicas impuestas por la Organización de Estados Americanos (OEA) en el año 1960, “y mientras la oposición popular crecía por los ataques que Trujillo había lanzado durante los últimos meses contra la Iglesia Católica, porque se negó a otorgarle el título de “Benefactor de la Iglesia”, que el Tirano deseaba agregar a sus títulos de “Generalísimo”, “Benefactor de la Patria” y “Padre de la Patria Nueva”.
Documentos del Gobierno de Estados Unidos, publicados por el periodista Víctor Grimaldi, en su obra “La Muerte del Jefe”, señalan que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos de América, sabía de los planes contra Trujillo.
Señalan que el Gobierno de Estados Unidos deseaba el fin del régimen de Trujillo porque temía en República Dominicana surgiera un régimen similar al que comenzó con el triunfo de la Revolución Cubana, encabezada por el joven abogado Fidel Castro Ruz.
El régimen dictatorial de Trujillo se inició el 16 de mayo de 1930, cuando en un proceso electoral viciado, el general retirado Rafael Leónidas Trujillo Molina, fue electo Presidente de la República.
Durante los primeros días de mayo de 1930, miembros del Ejército Nacional participaron en actos de represión contra los adversarios de Rafael Leónidas Trujillo, quien había renunciado a la jefatura del Ejército Nacional para ser candidato presidencial.
Ante la situación de represión, La Alianza Nacional Progresista, que llevaba como candidato a la Presidencia a Federico Velásquez y a vicepresidente al líder horacista Ángel Morales se retiró del proceso electoral.
Por la represión desatada en las últimas semanas de la campaña electoral de 1930, los miembros de la Junta Central Electoral renunciaron a sus funciones el 7 de mayo de 1930 y fueron sustituidos por ciudadanos que simpatizaban con la candidatura de Trujillo.
La Alianza Nacional Progresista formalizó su retiro del proceso electoral el día 15 de mayo de 1930, por considerar que en República Dominicana no hay garantías para ejercer el voto libremente
El 16 de Mayo de 1930 se celebraron las elecciones con la sola participación del binomio Rafael Leónidas Trujillo Molina-Rafael Estrella Ureña. Fueron declarados ganadores de los comicios con un 45 por ciento de los votos de los sufragantes inscritos
En la República Dominicana se produjeron múltiples protestas y la Alianza Nacional Progresista calificó de fraudulento el proceso, pero la Junta Central Electoral declaró ganadores a Trujillo y a Estrella Ureña, en virtud de una resolución dada a conocer el 24 de mayo de 1930.
Trujillo y el licenciado Rafael Estrella Ureña eran aliados desde que se unieron en una conspiración que terminó con el derrocamiento del Presidente Horacio Vásquez, quien los consideraba de sus hombres de confianza.
Un informe da cuenta de que el 23 de febrero de 1930, Rafael Estrella Ureña y sus partidarios, secundados por Desiderio Arias, y Elías Brache, antiguos dirigentes del jimenismo, dieron inicio al plan para acabar con el Gobierno de Horacio Vásquez.
El general José Estrella, tío de Rafael Estrella Ureña, atacó la Fortaleza San Luis, en Santiago, y las tropas no hicieron resistencia. De inmediato cientos de hombres armados con rifles que suministró de manera el general Trujillo, marcharon hacia ciudad Santo Domingo.
Entraron a la Capital días después, y el Presidente Horacio Vásquez buscó asilo en la legación de Estados Unidos.
Al final de los hechos, el presidente Vásquez se convenció de que había sido traicionado por Trujillo, a quien había ascendido a general de brigada y designado Jefe del Ejército Nacional.
Rafael Estrella Ureña también había sido uno de los secretarios de Estado de mayor confianza del Presidente Horacio Vásquez, pero rompió con su Gobierno cuando en 1929, el Presidente de la República apoyó un movimiento que propugnaba por su reelección.
Desde sus inicios, Trujillo encabezó un régimen autoritario que acabó con la vida de adversarios. Otros sobrevivieron porque pudieron salir al exilio.
A Trujillo le tocó la oportunidad de completar la obra de fomento de la riqueza pública iniciada por el Presidente Ramón Cáceres, durante el período 1906-1911.
También, organizar el Estado dominicano y construir un conjunto de obras públicas que le permitieron al régimen elevar las condiciones de vida en la ciudad de Santo Domingo y poblaciones de provincias.
La violencia del régimen dictatorial opacó los logros materiales de la administración Trujillo.
Del libro Notas de la Historia Dominicana de Héctor Tineo Nolasco
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