La Habana, 12 may (Prensa Latina) Un ambiente de fiesta familiar y alegría predomina hoy en Cuba ante una celebración que, luego de más de una centuria, se hace indispensable aquí cada segundo domingo de mayo: el Día de las Madres.
Aunque suele afirmarse que todos los días son oportunos para devolver el amor y la ternura con los que las madres protegen a sus hijos, en Cuba este momento resulta especial para agasajarlas o recordarlas si no están físicamente.
De acuerdo con investigaciones sobre el tema, fue en 1920 en la localidad de Puerto Padre en la oriental provincia de Las Tunas,- y no en la habanera San Antonio de las Vegas-, donde de manera masiva se produjo el primer agasajo a las madres cubanas.
El dato hace justicia al doctor Eduardo Queral Mayo, promotor de la festividad en aquella demarcación oriental, hecho que concretó el 6 de abril del mencionado año, un mes antes que en el Centro de Instrucción y Recreo de la localidad habanera.
Un año antes, justo el 10 de mayo de 1919, Queral trabajaba en la idea desde entrada en la logia Los Perseverantes, de Puerto Padre, y a principios de 1920 presentó una moción para declarar el segundo domingo de mayo como el Día de las Madres.
El festejo tomo carácter oficial el 22 de abril de 1921, cuando el ayuntamiento de La Habana aprobó la celebración de esta fecha, la que se hizo extensivo a todo el país en 1928, según reportes de la prensa de la época, citados ahora por medios nacionales.
La festividad, sin embargo, parece remontarse a la antigua Grecia, específicamente hacia el 250 a.n.e., donde, según reseñan publicaciones, dedicaban festivales a la diosa Rhea, madre de las deidades Júpiter, Neptuno y Plutón.
Durante el siglo XVII, en Inglaterra se estableció el Mothering Day, el cuarto domingo luego de Pascua (diciembre), fecha que se liberaba y pagaba el día a los sirvientes de los grandes castillos para que volvieran a sus pueblos natales, para visitar a sus madres.
El festejo en su formato actual data de 1905 cuando la maestra de Filadelfia, Anna Jarvis, a raíz de la pérdida de su propia progenitora, hizo ver la necesidad de demostrar el afecto a las madres mientras la tenemos con nosotros.
Jarvis, junto a un grupo de amigos, comenzó una campaña por correo para tener el apoyo de ministros influyentes, hombres de negocios y congresistas y poder declarar oficialmente una fecha festiva para ellas.
Como resultado de sus esfuerzos el primer Día de las Madres fue reconocido en una ceremonia religiosa el 10 de mayo de 1908, lo que no es uniforme en todos los países, apreciándose un amplio abanico de fechas para el regalo o las flores a quienes engendran la vida.
mem/lld