Dos mujeres miran el busto del líder de la Revolución haitiana, el general Toussaint Louverture, el 5 de mayo de 2018 en Burdeos, Francia, durante una visita guiada sobre la historia de la esclavitud.
abril 24, 2024
Un conjunto de organizaciones de la sociedad civil haitiana insistió en que Francia devolviera la deuda de la independencia de Haití.
Grupos de la sociedad civil en Haití continúan luchando hacer valer la devolución de la deuda impuesta por Francia después de la Revolución haitiana en 1804.
Son 20 organizaciones no gubernamentales que buscan una nueva comisión independiente para supervisar el proceso de devolución de la deuda, que consideran un rescate. Argumentan que el dinero debería destinarse a proyectos públicos en Haití.
Monique Clesca, una activista de la sociedad civil local y coordinadora del movimiento, afirmó que era crucial que Francia reconociera esto y avanzara con la reparación.
Recordando la historia, después de obtener su independencia en 1804, tras una revuelta de esclavos, el Barón de Mackau, enviado del rey de Francia, entregó al presidente de Haití en ese momento, Jean-Pierre Boyer, la Ordenanza de Carlos X el 17 de abril de 1825.
Según esta ordenanza, Haití tuvo que pagar grandes compensaciones a la potencia colonial de la que se había liberado. El acuerdo ofrecía a Haití el reconocimiento diplomático francés a cambio de una reducción del 50 % en los aranceles de importación franceses y una compensación de 150 millones de francos (aproximadamente 21.000 millones de dólares hoy en día), pagaderos en cinco cuotas.
El país tardó 122 años en saldar su deuda relacionada con la independencia.
El precio de la libertad haitiana
Haití alcanzó un hito en 1804 al convertirse en el primer país independiente de América Latina y el Caribe gracias a la Revolución Haitiana, la rebelión de esclavos más exitosa de la historia.
Sin embargo, en 1825, Francia condicionó el reconocimiento de la independencia haitiana a cambio de 150 millones de francos, que equivalían aproximadamente a tres veces el PIB de Haití en aquel momento. También exigieron que se redujeran a la mitad los aranceles de importación de productos franceses.
Jean-Claude Bruffaerts, escritor haitiano, señaló que los vencedores de la revolución pagaron reparaciones a los vencidos, debido al temor a otra invasión militar. Haití tuvo que solicitar préstamos a bancos franceses, con tasas de interés elevadas, para poder saldar sus deudas. Los economistas denominaron a esto como una «doble deuda», y no fue hasta 1947 que Haití logró saldar la cuenta.
Mujeres embarazadas en Haití atrapadas en medio de la violencia
“Este dinero no pudo destinarse a infraestructuras esenciales como carreteras, escuelas y hospitales, así como a la protección militar, lo que frenó el desarrollo económico del país”, explicó Bruffaerts. Esto se evidencia aún hoy en día con la falta de carreteras en algunas zonas, servicios de salud inadecuados y escuelas sin electricidad.
Myriam Cottias, historiadora y directora del Centro Internacional de Investigación sobre la Esclavitud y la Post-Esclavitud, mencionó que los países que se liberaron de la esclavitud lucharon por crear sociedades homogéneas.
Destacó que la esclavitud genera inestabilidad política y que las divisiones sociales causadas por ella persisten a lo largo del tiempo, como se observa en Haití hoy en día, con una élite corrupta y una población mayoritariamente empobrecida.
Los principios de libertad, igualdad y fraternidad
La Revolución Francesa dejó una huella en Haití, según afirmó el historiador haitiano Jean Fritzner Etienne. Los haitianos se inspiraron en los principios de libertad, igualdad, fraternidad y derechos humanos de la Revolución Francesa. Sin embargo, Etienne mencionó que los franceses no extendieron estos principios más allá de sus propias fronteras.
Etienne también destacó el papel de Estados Unidos en la percepción de inferioridad de Haití. Durante su ocupación de 1915 a 1934, Estados Unidos reforzó esta percepción. Además, Etienne mencionó el apoyo estadounidense a las dictaduras brutales de François y Jean-Claude Duvalier, conocidos como Papa Doc y Baby Doc, respectivamente.
En 2003, el presidente Jean-Bertrand Aristide exigió a Francia que devolviera la deuda impuesta a Haití, que ascendía a casi 22 mil millones de dólares en ese momento. Sin embargo, un año después, Aristide fue derrocado en un golpe orquestado por Francia y Estados Unidos.
Cuando se le preguntó al Ministerio de Relaciones Exteriores francés sobre la posibilidad de devolver la deuda en una conferencia de prensa reciente, la respuesta fue que esto «no está actualmente en discusión».
Los observadores no creen que Francia devuelva el dinero. Laurent Giacobbi, del Instituto Francés de Asuntos Internacionales y Estratégicos (IRIS), dijo que ninguna potencia colonial anterior lo haría, ya que esto podría provocar reclamaciones de todas las excolonias.
Persiste la intervención internacional en el país desde su fundación
La comunidad internacional respaldó a Ariel Henry, ex primer ministro interino a pesar de su impopularidad desde el principio, tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021.
Frederic Thomas, del Centro Tricontinental en Louvain-la-Neuve, Bélgica, expresó a DW que las antiguas potencias coloniales todavía mantienen una perspectiva colonial de Haití. Según él, consideran que el país es difícil de gobernar, lo que justifica la intervención internacional.
«Para romper el ciclo de violencia y caos, la población haitiana debe decidir su próximo paso», dijo Thomas. Propuso la formación de un gobierno de transición con la ayuda del Grupo Montana, que incluye representantes de la sociedad civil, la iglesia y los sindicatos. Este gobierno tendría que decidir si se despliegan tropas internacionales en el país y cómo se llevaría a cabo este proceso.
Bruffaerts espera que la comunidad internacional permita a los haitianos determinar su futuro. Sugirió que Francia invierta parte del dinero que recibió de Haití en infraestructura para ayudar al desarrollo económico de la isla.