De Hombres, Mujeres y Cosas, Economia

La lucha campesina por una soberanía alimentaria y modelo agroalimentario ecológico para la humanidad

Por Araceli Aguilar Salgado

“El campo son los pies que sostiene a una Nación”

Es el día en el que se reconoce el esfuerzo y dedicación que tienen las personas dedicadas al campo, que trabajan en la transformación del sector agrario; así mismo también continúan en la búsqueda de respeto los derechos de las y los campesinos, el movimiento por la defensa de la soberanía alimentaria, la reforma agraria, el cuidado de las semillas y la promoción de la agroecología.

En 1996, durante la Segunda Conferencia de Vía Campesina, se instituyó el Día Mundial de la Lucha Campesina como una forma de honrar la muerte de 19 trabajadores sin tierra que murieron durante una masacre en Eldorado Dos Carajás, Brasil.

El 17 de abril de 1996, ocurrió una masacre en Eldorado dos Carajás, en Pará, Brasil. Cuando dos tropas de la Policía Militar atacaron con ametralladoras, rifles y revólveres a 1.500 familias de trabajadores rurales, entre ellos miembros del Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra (MST) que marchaban hacia Belém en protesta por la demora en la expropiación de tierras.

Como resultado de la acción policial, 10 personas fueron ejecutadas a quemarropa y 7 murieron con instrumentos cortantes. Sin embargo, según las denuncias de movimientos sociales, el resultado fue de 19 sin tierra muertos y 69 heridos.

La Vía Campesina nació en el año 1992 en Managua, Nicaragua, cuando diversos líderes campesinos se reunían en el II Congreso de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG) y propusieron la creación de un espacio para articular a los campesinos a nivel mundial.

En abril de 1996, mientras se llevaba a cabo la Segunda Conferencia en Tlaxcala, México, ocurrieron los lamentables hechos de Eldorado dos Carajás, por lo que se consideró oportuno levantar las voces y aprovechar la presencia de 37 países para instituir el 17 de abril como Día Mundial de la Lucha Campesina.

Hoy en día este movimiento congrega a una gran diversidad de voces de comunidades originarias, campesinas, campesinos, agricultoras y agricultores de todo el mundo, a quienes expresamos un profundo agradecimiento porque a pesar de las dificultades que trae el contexto actual, que ha traído consecuencias devastadoras para el sector. Las agricultoras, agricultores, personas campesinas y comunidades indígenas no paran y siguen produciendo alimentos para el ancho de la población.

Este movimiento fortalece al campo mexicano y aviva la lucha por la tierra, la protección de las semillas, el suelo, el agua y la biodiversidad. 

Al incluir la promoción de la agroecología como forma de producción coherente con los ciclos de la naturaleza, capaz de preservar la biodiversidad y reducir la contaminación, hablamos de un tipo de agricultura que nos beneficia a todas y todos y nos permitirá asegurar alimentos nutritivos e inocuos en todo momento, además de que nos permitirá mantenernos en los umbrales del 1.5 ºC, siguiendo lo estipulado por el Acuerdo de  París para frenar el cambio climático, lo cual es de suma importancia porque uno de los sectores más vulnerables a los efectos negativos del cambio climático es precisamente la agricultura pues cada vez se experimentan sequías más prolongadas, inundaciones y otros eventos que afectan directamente la producción de alimentos; haciéndonos más vulnerables. 

Si logramos cambiar el modelo de producción industrial por uno agroecológico que vaya de la mano del conocimiento de las y los campesinos, el sector agropecuario pasará de ser una fuente de carbono impulsada por energías fósiles, a funcionar como un sumidero de carbono que nos ayude a reducir la cantidad de gases de efecto invernadero presentes en la atmósfera, que agudizan el calentamiento global.

Los campesinos con su trabajo contribuyen enormemente a proporcionar los alimentos que consumimos a nivel mundial. Sin embargo, se siguen enfrentando a diversos problemas, tales como: pobreza, falta de acceso a la educación y capacitación, condiciones de vida inadecuadas, falta de servicios básicos y expropiación de tierras, entre otros.

En vista de ello, existen múltiples asociaciones, movimientos y organizaciones en todo el mundo que buscan mejorar las condiciones de vida y de trabajo de este sector que tanto esfuerzo y trabajo realiza en su labor diaria.

Los distintos movimientos, asociaciones y organizaciones a nivel internacional ven en este día la oportunidad para realizar diversas actividades relacionadas con los campesinos y la tierra, entre ellas se encuentran:

Ø  Denuncias sobre la expropiación de tierras a campesinos.

Ø  Manifestaciones contra el modelo agropecuario actual.

Ø  Movilizaciones contra el Tratado de Libre Comercio (TLC).

Ø  Denuncias por la criminalización de las luchas sociales.

Ø  Jornadas y manifestaciones a favor de la Reforma Agraria.

Ø  Homenajes a los mártires de la lucha campesina del mundo.

Los campesinos son los responsables de producir el 80% de los alimentos que consumimos, sin embargo, muchos viven en pobreza extrema o en condiciones inadecuadas.

Hoy es un día para reflexionar, para hacer homenaje y para continuar luchando por los derechos de campesinas y campesinos, por la soberanía alimentaria y la transformación de un sistema agroalimentario industrializado dominado por grandes corporaciones; hacia un modelo agroalimentario ecológico que cuide de la salud de las personas y del planeta, que garantice la preservación de las semillas y la tierra en manos campesinas, que proporciones alimentos suficientes, nutritivos y sustentables para toda la población.

Por ello la mejor manera de conmemorar este día es agradeciéndoles por aquellos productos que consumimos diariamente.

Otra de las formas es brindar un homenaje a los campesinos que murieron durante esta tragedia, ya que al recordarlos evitamos que cosas como estas sucedan en el mundo.

“El campesino tenía hambre, padecía miseria, sufría explotación y si se levantó en armas fue para obtener el pan que la avidez del rico le negaba. Se lanzó a la revuelta no para conquistar ilusorios derechos políticos que no dan de comer, sino para procurar el pedazo de tierra que ha de proporcionarle alimento y libertad, un hogar dichoso y un porvenir de independencia.» Gral. Emiliano Zapata

 Araceli Aguilar Salgado Periodista, Abogada, Ingeniera, Escritora, Analista y comentarista mexicana, del Estado de Guerrero E-mail periodistaaaguilar@gmail.com

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