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Por Manuel Hernández Villeta
Santo Domingo, R. D., 5 de abril, 2024.- El ejercicio del periodismo y la comunicación tiene hoy grandes retos. El surgimiento de medios innovadores hace trastabillar a los periódicos impresos, que por muchos años fueron la columna central de la difusión de informaciones.
En principio, los grandes periódicos vieron como un asunto pasajero la irrupción de los medios on-line y enfrentaron su crecimiento, pero paulatinamente fueron revisando esa medida. Hoy, los principales periódicos del mundo tienen su versión digital, para ser el complemento informativo.
En la República Dominicana florece una prensa libre, sustentada sobre todo en los medios tradicionales y los digitales hechos por periodistas, que mantienen informada a toda la comunidad. Pero desapareció el noticiario de radio. Los programas de comentarios fueron su sepulturero.
Hay retos que tiene el periodismo para seguir adelante. Lo nuevo se irá reacondicionando y tomando su ángulo de acción, y lo viejo, tendrá que hacer las adaptaciones o morir.
Una parte considerable de los llamados comunicadores y de los periódicos on-line viven del chisme de bajo nivel, de la desinformación, de la venta de informaciones y de una total irresponsabilidad. Hay que fortalecer el periodismo de ética y de conciencia.
El Colegio Dominicano de Periodistas debe jugar un papel estelar en esas transformaciones. Primero tiene que dejarse de vanguardismos aéreos en una institución que carece de sólidas zapatas. Hay que fortalecer la unidad con todos los sectores que ejercen el periodismo y la comunicación en el país, y no tratar de imponer un código de exclusión.
Debe suspender el CDP un intento de reinscripción de sus miembros, que huele a persecución, a exclusión, a ejercer presión sobre el libre ejercicio del periodismo. Nada se gana, sino divisiones que se pueden evitar, con la creación de un llamado Colegio Dominicano de Comunicación Social.
No es cuestión de nombres, sino de trabajo. El CDP, a pesar de tener en sus filas verdaderos líderes del gremialismo y que trabajan a tiempo completo con seriedad, no logra aglutinar a la mayoría de los comunicadores dominicanos. Hay que atraerlos, para salvar a esta institución.
Quiero en esta columna dar un reconocimiento al periodista Manuel Quiroz. Un ejemplo del ejercicio periodístico sin pasiones políticas, apegado a la ética y la responsabilidad. Quiroz es merecedor del Premio Nacional de Periodismo 2024, y para él vaya nuestro reconocimiento.
En la prensa de ahora, uno de los principales retos a enfrentar, vencer y normalizar, es el exceso irresponsable de libertades y la masiva desinformación. ¡Ay!, se me acabó la tinta.