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Manuel Díaz Aponte
Santo Domingo, R. D., 2 de abril, 2024.- Al principio hubo ciertas dudas sobre el éxito de su Pontificado marcado por el estereotipo de ser de origen latino, pero su inteligencia, carisma y simpatía entre la población, mayormente la católica, lo hizo superar todas esas adversidades y triunfar.
Las mayores desconfianzas provenían de naciones desarrolladas de Occidente, específicamente europea que entendían que Latinoamérica no estaba preparada para tener un Papa oriundo de esa región.
No obstante, el éxito de su gestión ha estado centralizada en el apoyo recibido por los grupos alternos del catolicismo y en especial los líderes de base provenientes en su mayoría de los países tercermundistas.
De carácter afable, pero muy firme en las tomas de decisiones ha tenido que lidiar internamente con innumerables casos de abusos sexuales alrededor del mundo, a los cuales ha enfrentado con energías y carácter.
El cardenal Jorge Mario Bergoglio, de nacionalidad argentina, se convirtió en el primer papa latinoamericano y en el primer jesuita de la historia en asumir el cargo, y desde entonces, ha visitado 60 países en 40 viajes durante la última década.
Entre 1950 y 2013, la iglesia estadounidense recibió denuncias de aproximadamente 17.000 víctimas de abusos cometidos por unos 6.400 miembros del clero.
En Europa y en toda América Latina se registraron numerosos casos que trascendieron más allá de la cobertura mediática, y, consecuentemente, se presentaron investigaciones judiciales y demandas alrededor del mundo que contaron con la valiente determinación del Papa Francisco.
Sin la postura firme del Sumo Pontífice de enfrentar a los curas y jerarcas eclesiásticos acusados de pedofilia el silencio y la impunidad habrían seguido bajo la sombra del poder de una institución con más de dos milenios de vida.
Fue una situación que sacudió la Iglesia Católica y que acaparó la atención de todas las estructuras mediáticas en el mundo.
Bergoglio ha sido testigo, además, de conflictos y tragedias como la guerra en Ucrania y el paso de una devastadora pandemia que paralizó a la humanidad.
Francisco, fiel renovador
Tal vez, uno de los principales méritos del Papa Francisco es haber afrontado con gallardía y sin ocultar nada los casos de violaciones sexuales ventilados públicamente. Y se ha reunido, inclusive, con algunas de las víctimas, así como algunos de sus familiares.
Ha introducido cambios significativos en el interior de la Iglesia Católica desde que inició su misión pastoral universal, el 13 de marzo de 2013, caracterizada por levantar la bandera de la transparencia, introducir una visión más misericordiosa y de puertas abiertas.
Siempre ha tenido un acercamiento con los más pobres y ha defendido también los derechos y abusos contra la mujer, así como su integración en la sociedad.
Un aspecto que sobresale en la misión pastoral del Pontífice nacido en Argentina, en la región Sur de América, es su capacidad de diálogo y de vencer los dogmas internos de una Iglesia que busca acercamiento con otras religiones y sus principales líderes.
El Papa ha condenado la guerra de Israel en Palestina y ha solicitado vehementemente que cesen las hostilidades bélicas para evitar una hambruna entre los palestinos confinados por los bombardeos.
Asimismo, ha manifestado su rechazo a la guerra de Rusia en Ucrania y se ha solidarizado con el pueblo haitiano ante la barbarie ejecutada por las bandas criminales que controlan ese territorio.
Contra la violencia
En su mensaje de Pascua en las festividades de la Semana Santa formuló un llamamiento a la paz mundial, indicando que: «La muerte de nuestros seres queridos, que dejan en nosotros vacíos imposibles de colmar; los fracasos y los miedos que nos impiden realizar el bien que deseamos; las cerrazones que frenan nuestros impulsos de generosidad y no nos permiten abrirnos al amor; los muros del egoísmo y de la indiferencia, que repelen el compromiso por construir ciudades y sociedades más justas y dignas para el hombre; los anhelos de paz quebrantados por la crueldad del odio y la ferocidad de la guerra«.
En la ceremonia que presidió en el Vaticano, donde administró el sacramento a 8 adultos: cuatro italianos, dos coreanos, un japonés y un albanés, se pudo apreciar a un Papa Francisco disminuido por el peso de sus 87 años y adversidades en la salud.
Recientemente, la máxima autoridad de la Iglesia Católica reaccionó a la actitud de un grupo de sacerdotes que rezaban pidiendo a Dios para que el Sumo Pontífice “vaya al cielo cuanto antes”, diciendo: “Siento lástima por ellos”.
Y, por otro lado, exhortó a la gente a comer lo quiera en la Semana Santa tras observar que el sacrificio no está en el estómago sino en el corazón.
Combate al dogmatismo
Definitivamente, el Papa Francisco ha sido un renovador y visionario que siempre ha combatido el dogmatismo en el interior de la Iglesia Católica, lo que evidentemente, ha encontrado muchas críticas entre los sectores más conservadores del catolicismo.
Artículo de Manuel Díaz Aponte