El presidente de la Unión Demócrata Cristiana -UDC-, Luis Acosta Moreta, Luis «El Gallo», pidió hoy a las autoridades dominicanas que por razones de seguridad nacional, suspendan las concentraciones-desfiles de Gagá que realizan los haitianos en la zona rural y urbana.
Destacó que esos encuentros de hechicería y de sincretismo religioso son una muestra de fanatismo, mezclados con ron, que elevan los ánimos y pueden servir de fuente de agitación, tomando en cuenta la situación de violencia que hay en Haití.
Añadió que las autoridades tienen que ver los desfiles del Gagá en los barrios haitianos de todo el país como un peligro para la seguridad nacional, ya que se podrían presentar disturbios y acciones que produzcan hechos que todos tendrían que lamentar.
Pero hoy Haití está en una virtual guerra civil, y en un país como el nuestro que tiene a cientos de miles de haitianos, en la mayoría indocumentados, permitir que se lancen a las calles sería prender la mecha de un barril de pólvora.
Además, la mayoría de los haitianos salen a los desfiles acompañados de sus instrumentos de trabajo, básicamente del machete, por lo que un exceso de emociones podría traer una desgracia.
Luis «El Gallo» dijo que está haciendo la advertencia con tiempo. Los organismos de seguridad del Estado tienen que prohibir que se lleven a cabo los desfiles de Gagá en todo el territorio nacional.
Apuntó que hay antropólogos y activistas culturales que quieren presentar al Gagá como una manifestación Dominico-Haitiana, cuando en realidad es un culto propio de los haitianos, que por años se les ha permitido, pero que en esta ocasión tiene que ser prohibido.
El Gagá no tiene nada de dominicano, es una manifestación que invoca a la versión religiosa haitiana con los santos de la iglesia católica, donde su máxima expresión la tiene Belie Balcan, a este lo consideran el santo patrón de la justicia, que defiende a las personas contra el mal y los enemigos dentro de las 21 divisiones. Es la versión haitiana de San Miguel.
Es una penetración cultural que comenzó en los ingenios azucareros y que luego folcloristas dominicanos sean aferrado a esa idea, para justificar su pro-haitianismo.
Apuntó que en algunos casos se podría permitir que sin manifestaciones públicas, en sus áreas de residencia, bajo techo, los haitianos celebren sus alabanzas a sus dioses, pero nada de salir a las calles, con el machete en las manos, o colgando del hombro.