spanish.news.cn| 2024-03-17 12:38:15|
LA HABANA, 16 mar (Xinhua) — La majestuosa mansión sede de la Embajada de China en La Habana, considerada una joya del patrimonio de Cuba, abrió este sábado sus puertas al público para mostrar sus valores arquitectónicos.
Junto a otros nueve inmuebles ubicados en el céntrico Vedado capitalino, la casona formó parte del circuito cultural de la tercera edición de la jornada de puertas abiertas, organizada por la Oficina Regional de la UNESCO para América Latina y el Caribe, y dirigida a un público ávido de interactuar con el patrimonio de la nación.
Más de un centenar de personas, divididas en tres grupos, y entre los que destacaron estudiantes universitarios, miembros de la comunidad, así como arquitectos y expertos en urbanística, pudieron visitar y tomar fotos de la mansión, construida en el año 1916 por la firma Morales y Mata, y la cual perteneció originalmente a una acaudalada familia habanera.
El embajador chino en Cuba, Ma Hui, dio la bienvenida a los visitantes para que disfruten de la majestuosa construcción, la cultura china y la amistad entre los dos países.
«Hoy pueden visitar esta sede diplomática, pasear por el patio, y al mismo tiempo nuestros colegas les preparan algunas actividades para que puedan conocer la cultura china», dijo Ma.
La mansión se caracteriza por la arquitectura de estilo occidental y los interiores se complementa con objetos y muebles de inspiración china.
Liurys Mendoza, una estudiante de historia del arte en la Universidad de La Habana, fue la encargada de guiar al primer grupo que llegó en la mañana del sábado al inmueble.
Mendoza comentó a Xinhua que, en cuestiones arquitectónicas, se trata de una construcción «muy valiosa», porque identifica una importante corriente de la arquitectura del siglo XX en Cuba.
Destacó la belleza y el buen estado de conservación de un vitral de más de tres metros de altura, elaborado por Tiffany, ubicado en la escalera central, que da acceso al segundo nivel de la edificación.
«Estas construcciones las estudiamos en clase y poder estar hoy aquí es sumamente provechoso para nuestra formación», aseguró la joven universitaria.
Por su parte, el oficial del programa Educación de la oficina de la UNESCO en La Habana, Francisco Cuoro, explicó a Xinhua que estas actividades tienen también un gran impacto en la comunidad.
«Nuestra idea es acercar a la comunidad a estos espacios y que tengan acceso a su patrimonio», afirmó Cuoro.
Señaló que el hecho de que este inmueble tenga actualmente funciones diplomáticas es «una doble ganancia para que las personas sepan del quehacer de las embajadas».
Natalie Villa, una doctora de 27 años, fue una de las residentes del Vedado que asistió a la jornada de puertas abiertas, acompañada por su abuela de 88 años y su mamá de 55.
Villa contó a Xinhua que conoció de la convocatoria por las redes sociales y vino junto a su familia para conocer «un poquito más» sobre el patrimonio del país.
«Nos ha permitido también conocer un poco más sobre las relaciones entre Cuba y China y sobre la cultura de ese hermano país», aseveró Villa.
La joven calificó como «extraordinaria» la oportunidad de visitar el inmueble y se mostró sorprendida por el buen estado de conservación de la casona casi centenaria.
«Pude ver que China ayuda a preservar también de alguna manera el patrimonio cultural, histórico, y arquitectónico del país», dijo Villa a Xinhua.
Tras el recorrido por áreas interiores y exteriores del inmueble, los visitantes se acercaron a la cultura y tradiciones chinas a través de rondas de preguntas interactivas, práctica de la caligrafía china y la confección de origamis, mientras que los más osados intentaron tocar el guqin, un instrumento musical chino de siete cuerdas de seda.
Los funcionarios de la sede diplomática regalaron a los presentes libros y cuadernos sobre la historia de la nación asiática, así como marcadores de lectura con los signos del zodíaco chino.
Múltiples familias de la alta burguesía cubana habitaron la exclusiva zona del Vedado hasta 1959. Posterior a la fecha la barriada se populizó y muchas de sus construcciones emblemáticas pasaron a ser sedes de instituciones culturales, políticas y económicas del país.
Otras, como la casona que acoge a la Embajada china, derivaron en instalaciones diplomáticas y consulares de varias naciones, atesorando con mayor celo los valores patrimoniales originarios.