Por LUIS ENCARNACION PIMENTEL
PERSPECTIVA
Es muy vieja y aleccionadora realidad de que con una división de por medio y sin alianzas coyunturales y resueltas de las principales fuerzas políticas que le disputen el poder al gobierno de turno, en cualquier tiempo, se pueda alcanzar fácilmente el éxito en un proceso electoral. No es vana la genialidad atribuida a Nicolás Maquiavelo de: “divide y vencerás”, frase que emplearan en su momento el romano Julio César y el emperador francés Napoleón Bonaparte. El caso de Barahona, tras revisión final del sufragio municipal, sería un buen ejemplo de los riesgos y limitantes de la oposición cuando las agrupaciones, aún con amagos de alianzas, acuden cada cual por su lado en determinados lugares del país. Veamos: el candidato del PRM con 10 mil 544 votos, para un 40.51%; el del PLD 765 votos, para un 2.94%; la de la FP 10 mil 670 votos, para un 40.69% y el del PRD 4 mil 330 votos, para un 16.64%. Cierto que la elección a nivel municipal no despierta el interés y el entusiasmo propios de la presidencial, pero – aparte la indiferencia de muchos ciudadanos y el empleo en demasía de la “logística” del Estado por el sector oficial – el resultado del evento reciente, que no tendría que ser necesariamente un reflejo de lo que ocurriría en el de mayo, muestra el favor que le hace la oposición a quien aspira desplazar del poder, cuando la misma va dividida.
Era lo que aprovechaba el doctor Balaguer en sus famosos doce años de gobierno para “ganar” con un 30 o un 33% y quedarse en el poder. Hasta que el pueblo se unió y, con ayuda de la comunidad internacional, venció la represión militar y la trampa en las urnas (?). Para que una alianza político-electoral sea efectiva, real y pueda conducir al éxito que buscan las partes, esta no puede ser “rara”, como definiera Danilo Medina la del PLD-PRD-FP, sino un compromiso serio, sincero y total, sin segundas intenciones o agendas ocultas. Por ejemplo, si se hace un alto en materia de odios y egos entre las dos principales figuras de la oposición y se encamina un acuerdo coyuntural de “alta política” para llevar el candidato de mejor perfil y hacer un gobierno compartido, Danilo debe despejar dudas o sospechas de que, en el fondo, no estaría tan animado a un triunfo de Abel ni de Leonel, quizá prefiriendo seguir capitaneando un PLD, aun fuera menguado, que le sirva como factor de vigencia y de sombrilla protectora. Ojalá y no fuera el cálculo, porque la historia de las divisiones partidarias y las puertas que estas le han abierto a las reelecciones y a las pérdidas del poder, del PRD y luego del PLD, están ahí como funestos referentes. Para unos sería un trago amargo y para otros el mal menor, pero a la luz de la abstención inducida que dijo la JCE de un 53.33%, una unidad seria y real del PLD-FP-PRD y aliados podría decidir la suerte del proyecto de reelección del presidente Luis Abinader.
Claro, supeditado al paso – en firme o en falso – que diera el expresidente Medina al respecto. Este debe auspiciar que en un momento clave, que la unidad y los acuerdos fluyan, sin exponer al PLD a que se vaya con él a la tumba. ¿Valdría la pena entrar por ahí a la historia? NOTA: Como los observadores de la OEA y Participación Ciudadana vieron lo que estaba a la vista de todos ,y que autoridades y policías electorales no vieron, no evitaron ni sancionaron, como la compra a las claras de cédulas , el proselitismo y la aglomeración innecesaria de personas en el entorno de muchos colegios electorales, sería conveniente que se preparen temprano para que en las presidenciales de mayo, donde se juega el control del poder político en el país, a todos estos vicios comprobados se les de un corte drástico, con los respectivos apresamientos y enjuiciamiento de los responsables. Por demás, la JCE debe reglamentar y unificar la acreditación de los representantes o “veedores” de los partidos en los centros de votación, para evitar que, en abierta promoción que prohíbe la ley, estos se paseen con cartelones con las caras de candidatos, cual sábanas que les cubren el pecho y llegan al obligo. Ese relajo y burla a la ley electoral no puede seguir. encar-medios@hotmail.com