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Puerto Príncipe, 8 dic (Prensa Latina) Mientras sectores de la oposición de Haití rechazan la propuesta de acuerdo de la delegación de la Comunidad del Caribe (Caricom), grupos de la sociedad civil expresaron hoy su apoyo a la iniciativa.
En un comunicado el conocido como Grupo de la Sociedad Civil (GSC) instó a los actores políticos a adoptar un pacto por mínimo que este sea, y señaló que la propuesta de los emisarios del organismo regional cumple en líneas generales las normas de negociación.
Un acuerdo mínimo permitirá descongelar la crisis política y crear condiciones para que el pueblo elija a sus representantes a mediano plazo, de conformidad con los principios democráticos, la Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos, aseguró la plataforma.
“Hagan de la próxima etapa de las negociaciones un punto de inflexión decisivo e histórico para el país, pero sobre todo para la gran mayoría de la población, cuyas condiciones de seguridad y socioeconómicas no dejan de deteriorarse”, alentó la organización formada por entidades como Marchamos por la Vida, Coalición de Organizaciones de la Diáspora Haitiana y la Confederación Nacional de Vuduistas Haitianos.
Recordó que vivimos un momento histórico y frágil y es necesario demostrar patriotismo y capacidad para dirigir el destino de la nación, afirmó la nota firmada también por el Centro de Análisis e Investigación de Derechos Humanos y sectores religiosos y de culto reformados.
La delegación de Caricom arribó a Haití el miércoles en un cuarto intento de mediar en la crisis política y permitir la adopción de un acuerdo inclusivo.
Entre sus propuestas figura el establecimiento de un Consejo de Transición con prerrogativas presidenciales que garantice la buena gobernanza y trabaje en colaboración con el jefe de Gobierno y el Consejo de Ministros en la mejora de las condiciones socioeconómicas de la población, así como la prestación de seguridad y de servicios básicos.
Sin embargo, la oposición señala que la iniciativa pretende afianzar en el poder al primer ministro Ariel Henry cuya gestión tras el magnicidio fue ampliamente criticada por el auge de la violencia y la inseguridad.
Sectores contrarios llaman a la renuncia de Henry y al establecimiento de un nuevo gabinete de unión nacional.
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