
POR TEÓFILO LAPPOT ROBLES
Municipio Estebanía
Diversas fuentes indican que los primeros pobladores de Estebanía se establecieron allí hacia el año 1570.Dicho lo anterior aunque hay pruebas de que por esa zona, miles de años atrás, habitaron o anduvieron seres humanos.
Esa comunidad dista cerca de 10 kilómetros del lado oriental de la ciudad de Azua. El último censo de población y vivienda, que data del año 2010, arrojó que su población vive mayoritariamente en la parte urbanizada, aunque hay constantes desplazamientos al área rural, por razones laborales.
Su extensión territorial cubre 187 kilómetros cuadrados, con una densidad poblacional por debajo de los estándares nacionales.
Estebanía era una Sección, pero el 29 de noviembre del 1982 fue convertida en un Distrito Municipal, a través de la Ley 55. Conservó su nombre y se le integraron las Secciones Rancho del Pino y El Memiso.1
Fue convertido en Municipio en el año 2001, mediante la Ley 190-01, promulgada el 24 de noviembre de ese año.
El Congreso Nacional reconoció que en el 2001 esa población reunía las condiciones para ser convertida en municipio, en razón de que «el Distrito Municipal de Estebanía, del municipio de Azua, provincia Azua, ha alcanzado un notable desarrollo socioeconómico, con una población que se estima en más de 17,000 habitantes y una extensión superficial de aproximadamente 62,500 tareas de tierra…con 2,251 viviendas y disfruta de una serie de servicios.»2
Además del poblado de Estebanía, que es la cabecera municipal, ese territorio está conformado, en virtud de lo dispuesto por el artículo 1 de la citada ley, por las siguientes Secciones: El Memiso, Rancho del Pino, La China, Arroyo Colorado, El Limón, Km.8, Sabana de Miguel Martín, El Cruce, Río Grande, y Los Quemados, a los cuales se les agregó más adelante la Sección El Francés.
Entre las decenas de parajes que también integran ese Municipio están: Los Cascajales de Sánchez, El Coco, Paso Hondo, La Damajagua, Los Naranjitos, Los Guanos, La Guazuma, El Quemao, Las Tembladeras, Agua Fría, La Boca del Arroyo, Los Calimetes, El Convento, La Boquita, Las Bateas, Monte de los Gatos, El Salto, Los Palmaritos, Las Malaguetas,etc.
A la vista de un mapa plano se observa que por su lateral norte Estebanía penetra a las ondulaciones de la Cordillera Central. Por su lado sur se adentra a las aguas azules y apacibles de la Bahía de Ocoa. Hace frontera en su ala oeste con el municipio de Azua y por el levante se topa con el municipio de Las Charcas.
Ese municipio tiene una importante producción agrícola y ganadera. Decenas de sus habitantes se dedican a la pesca, dada la cercanía con el Mar Caribe.
El balneario El Salto, en ciertas épocas del año, es un atractivo turístico del Municipio Estebanía, así como su parque central, que lleva el honroso nombre de Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte.
Hace tres mil años, plaza ceremonial
La República Dominicana cuenta con diversos sitios arqueológicos, en los cuales se han hecho estudios sobre el arte rupestre, con miles de pictografías descubiertas y clasificadas, así como importantes trabajos de espeleología, que han permitido encontrar maravillas resguardadas en infinidad de cuevas, cavidades y huecos; pero la plaza ceremonial cuyas reminiscencias fueron halladas en el hoy Municipio Estebanía tenía características especiales, a juzgar por las conclusiones a que llegaron los expertos que recorrieron en labores científicas la zona.
Los especialistas, luego de examinar el escaso material arqueológico localizado en el lugar, llegaron a la conclusión de que dicha plaza fue creada hace más de tres mil años. Ellos utilizaron como herramientas comparativas indicios históricos de civilizaciones existentes para esa lejana época en el Medio Oriente y otros lugares del mundo, así como aproximaciones de cálculos, utilizando las técnicas modernas de georeferencias.
Hasta mediado de la sexta década del siglo pasado el lugar donde estuvo ese centro ritual se le llamaba El Pedregal.
Dicho yacimiento arqueológico fue declarado Monumento Nacional con el nombre de Corral de Estebanía, en virtud del artículo 3 de la Ley 492, promulgada el 27 de octubre del año 1969.
El artículo 6 de la referida ley dispone, sin ningún rodeo, que: «Los monumentos clasificados como nacionales y adscritos al Tesoro Artístico Nacional deberán ser conservados, correspondiendo tal obligación a sus dueños, poseedores y usufructuarios, ya sean éstos el Estado, corporaciones autónomas, entidades provinciales y municipales de carácter público, fundaciones, patronatos o particulares.»3
Esa literatura legal es letra muerta, al menos para el Corral de Estebanía. Allí lo que hay en el presente es una unidad de producción agrícola.
Legendaria belleza de las mujeres de Estebanía
Al Municipio Estebanía también se le conoce como la Villa de las bellas. Ese gracioso apelativo no es en vano, pues basta visitar esa comunidad ubicada a un costado de la llamada Recta de Azua para comprobar la hermosura de sus mujeres.
Arturo Logroño, uno de los príncipes del barroquismo literario dominicano, visitó Estebanía cuando esa comunidad era una simple unidad rural de Azua. Es probable que fuera el deslumbramiento que le produjo contemplar de cerca la corporalidad femenina de las nativas de aquella campiña lo que lo inspirara a escribir lo siguiente:
«Sus mujeres…las de proverbial cultura, exquisitas flores de gracia…aladas gacelas del amor…sonrisa en la brega, aliento para la inmisericordia de la jornada…Maravillosas mujeres de Azua, pebeteros que sahúman las tierras del Sur, caramillo en el Corral de los Indios, libra en el tálamo de Caonabo y flor de placer en los brazos de Bolívar cuando en Jamaica, bajo cielos de ostracismo, una azuana bella, ofrendaba al grande hombre sus labios sangrientos y sus ojos negros, posada de la noche.»4
La salvadora de Simón Bolívar era de Estebanía
Arturo Logroño, en la descripción sobre la belleza de las mujeres azuanas, alude a Julia Cobier, una mulata criolla que en Estebanía, por tradición oral, se ha sostenido siempre que nació allí, antes de proclamarse la República Dominicana, y que muy joven tuvo que emigrar.
Exiliada en Jamaica desempeñó un papel protagónico en la vida de Simón Bolívar, especialmente cuando en la noche del 9 de diciembre de 1815, en la placidez de su casa señorial, estaba en sus brazos, mientras un traidor de nombre Pío, en medio de la oscuridad, en otro lugar, asestaba 11 puñaladas a la hamaca donde creía estaba descansando el cuerpo de aquel libertador de cinco países.
En su fascinante obra El General en su Laberinto el premio nobel de literatura Gabriel García Márquez hace mención de esa dama criolla, al narrar que:
«La mujer que más la odiaba en este mundo (refiriéndose a Miranda. Nota de TLR) se llamaba Julia Cobier, una dominicana hermosa y rica, también desterrada en Jamaica, en cuya casa, según decían, él se había quedado a dormir más de una vez. Esa noche iban a celebrar solos el cumpleaños de ella.»5
En la época en que se produjeron los encuentros amorosos entre la dama oriunda de Estebanía y el libertador por antonomasia de América del Sur, este atravesaba graves penurias económicas, conforme indican varios de sus biógrafos. El escritor y periodista inglés Robert Harvey quiso puntualizar esa situación en una obra referencial: «Julia tenía para Bolívar el atractivo añadido de ser rica…»6
¿Walt Whitman pensaría en esa dama de Estebanía?
Como la fama del Libertador era universal, y sus virtudes amatorias eran de conocimiento general, no sería fantasioso pensar que cuarenta años después esa escena amorosa entre Bolívar y Julia Cobier, la belleza de Estebanía, pudo ser la inspiración para que el poeta estadounidense Walt Whitman escribiera su poema Una Mujer me Espera (A woman waits for me):
«Una mujer me espera/ella todo lo contiene/ nada le falta/Pero todo le faltaría si el sexo le faltara…Acudiré y permaneceré con aquella que me espera…»7
La Guerrilla de Caamaño: Entre Estebanía y Las Charcas
En el espacio marino de la Bahía de Ocoa que está entre Estebanía y Las Charcas fue donde desembarcó o hizo tierra, en febrero del año1973, la expedición guerrillera encabezada por Francisco Alberto Caamaño Deñó, ex Presidente de la República en Armas y principal héroe militar del siglo XX dominicano, cuyo propósito era expulsar del poder al entonces gobernante Joaquín Balaguer.
Un participante de esa fuerza de combate irregular, Hamlet Hermann, narró el hecho así:
«El grupo empezó a alejarse de la playa en dirección Norte, hacia la carretera. Atravesaban conucos y malezas…Se desplegaron al borde la carretera y Caamaño y Claudio fueron hasta el mismo pavimento…Apareció un Chevrolet modelo 1958…se les pidió a los ocupantes que desalojaran el vehículo para utilizarlo en una misión..En aquel carro siguieron hasta el poblado de Las Charcas…Sus escasas calles estaban completamente desiertas a esa hora…»8
En otra crónica de esa epopeya frustrada Hermann describió el arribo a tierra dominicana de este modo:
«Por fin llegamos en el yate frente a las costas dominicanas fondeando a las 16:00 (cuatro de la tarde) del viernes 2 de febrero de 1973 en medio de la bahía de Ocoa. Estacionados a dos kilómetros de la playa, justo al Sur del poblado de Estebanía, esperando que cayera la noche para llegar a tierra…El coronel Caamaño decidió entonces avanzar hacia las montañas antes de que amaneciera…Llegamos al fin al poblado de Los Quemados…»9
Árboles frondosos y mucha agua
Antes, y después de la llegada de los colonizadores españoles, (pese a la depredación de los bosques) en Estebanía, Las Charlas, Palmar de Ocoa y otras zonas de la provincia de Azua había ríos caudalosos, abundantes arroyos y majestuosos árboles de envidiable frondosidad.
Los registros de nuestra historia así lo confirman. En esos lugares, que entonces eran simples caseríos, la naturaleza era pródiga con el reino vegetal. Fueron los seres humanos los que por poco convierten en un erial a lo que antes fue un vergel.
Prueba al canto es esta crónica hecha con precisión histórica: «En Azua, por ejemplo, abundaba la caoba. Todavía a mediados del Siglo XIX Buenaventura Báez tenía en Azua cortes de caoba, que exportaba hacia los puertos ingleses, sobre todo el de Liverpool según consta en las hojas de contabilidad de esos embarques, que se conservan. Y la caoba es el árbol índice de nuestros bosques húmedos. Su presencia silvestre en el bosque de cualquier lugar indica que allí caen anualmente entre 1,000 y 2,000 milímetros de lluvia…»10
Así vio un científico americano esa zona
En la segunda mitad del siglo XIX el territorio que hoy es el municipio de Las Charcas fue descrito por el científico estadounidense William More Gabb con tanto esmero que hoy puede comprobarse de manera perfecta:
«Al acercarse a Azua pronto se encuentra la grava…El camino sobre El Número corre alrededor del lado norte de la colina de Las Tablas, cruza el río, y después asciende la cuesta de la colina. Las rocas son areniscas gruesas y lutitas arenosas no muy alteradas…»
En su investigación geológica sobre esa zona del país también anotó el referido investigador venido de la América Anglosajona lo siguiente:
«La región hacia Azua sufre la misma deficiencia de lluvia, como ocurre en la parte occidente del valle de Santiago, y el cuelo casi pelado del Número, con su fina vegetación de arbustos de cactus y de arbustos espinosos, da testimonio de la gran influencia que la humedad ejerce sobre la fertilidad de las zonas tropicales…justo al este de Azua, las gravas de la costa están algo deformadas, siendo elevadas en dos o tres bajas colinas.»11
Municipio Las Charcas
Las Charcas es el municipio más al Este de la Provincia de Azua. Su zona urbana está enclavada en una de las faldas de la vertiente sur de la Cordillera Central. Una parte importante de la Bahía de Ocoa está dentro de su jurisdicción.
Vale decir que Las Charcas, como Estebanía, son municipios costeros y por ende poseen recursos marinos, especialmente riqueza piscícola.
El 12 de agosto de 1978 Las Charcas pasó de Sección a Distrito Municipal, adscrito al municipio de Azua, conforme así lo dispuso el artículo 2 de la Ley 917, promulgada en dicha fecha.12
La categoría de Municipio la logró a través de la Ley 155-01. A Las Charcas pertenece el Distrito Municipal Palmar de Ocoa.
Otros poblados, aldeas, secciones y caseríos que forman parte de su geografía son Hatillo, Caracoles, Boquerón, El Número, Cañada Cimarrona, Boquerón, La Acequia, Caña Rafé, Monte la Guardia, Boca de Cachón, La Cienaguita, Los Guanábanos, Los Ciruelos, Los Algodones, Las Baitoas, El Salado, La Delicia, Las Tejas, El Cruce, etc.
En Las Charcas hay una apreciable producción agrícola y una importante ganadería bovina y caprina. También se extraen y procesan toneladas de roca caliza.
En el Municipio Las Charcas se practica la pesca artesanal, ya sea con palangre, manual, con hilo o con arpón.
Eugenio María de Hostos, prócer del civismo antillano, escribió sobre esta ardiente tierra sureña lo siguiente: «…como por entre los mismos inextricables espinares que forman allí las bayahondas, se presentan arbustos de sabroso fruto…al lado del pedregal desierto que circuye a Azua, es un oasis con todos los caracteres de fecundidad, verdura, belleza, delicia y encanto que tienen los edenes del Atacama y del Zahara.»13
Ingenio colonial Cepi-Cepi
Quedan pruebas, no sólo documentales, de la gran utilidad que tuvieron estas tierras para el sostenimiento del régimen colonial español y sus allegados y beneficiarios.
Todavía hay en el hoy Municipio Las Charcas algunos vestigios del ingenio de Cepi-Cepi, en el cual por largas décadas se produjeron en grandes cantidades variados derivados de esa gramínea pródiga que es la caña de azúcar.
Reconociendo su valor en los registros históricos del pasado y su principalía en el renglón de las riquezas monumentales del país fue declarado como un Monumento Nacional, en la clasificación de arquitectónico, con el nombre de Ruinas del Ingenio de Cepi-Cepi.
Esa disposición está contenida en el artículo 3 de la citada Ley 492, promulgada el 27 de octubre del año 1969.
Es pertinente señalar, a modo de alerta pública, que en el caso de las referidas ruinas del Ingenio Cepi-Cepi ha sido totalmente ineficaz el artículo 9 de dicha ley, el cual expresa que: «Los Monumentos Nacionales no podrán ser destruidos o desmontados total o parcialmente ni se podrá realizar en ellos obra alguna de reparación, reforma o modificación sin previa autorización de la Oficina de Patrimonio Cultural…»14
Las Charcas contra la frustrada anexión del país a EE.UU.
En 1870, a mitad del sangriento régimen de oprobios de Buenaventura Báez, se pretendió anexar el país a los EE.UU. de Norteamérica, con más que el beneplácito la activa participación de Ulises S. Grant, el a la sazón presidente de aquel país poderoso.
Esos nefandos propósitos no cuajaron, por múltiples razones, especialmente por la tenaz oposición de gran parte del pueblo dominicano.
Quedaron registrados para la historia tanto los hechos pro anexionistas como los aprestos para enfrentar el nuevo y ruin ataque de que era víctima la soberanía dominicana.
Las Charcas fue uno de los puntos más activos en la oposición al referido despropósito anexionista.
Abro el hilo: El 7 de febrero de 1870 el héroe trinitario y restaurador Juan Pablo Pina le informa a José Gabriel García lo siguiente:
«La marcha sobre Azua se activa bastante; todos los generales están por todas partes recogiendo tropa. Mañana salgo yo para Las Charcas en busca de los hombres de aquel lugar. Yo creo que la Anexión no tendrá efecto, pues las cosas van mejorando mucho.»15
Las Charcas fue bastión anti baecista
Uno de los lugares donde el gobierno tiránico de Báez tuvo más oposición fue en el hoy Municipio de Las Charcas. Así quedó documentado en los folios amarillos de la historia nacional.
El mandato más sangriento del baecismo, aquel que irrumpió en el 1867 y concluyó en el 1873, convirtió a Las Charcas en un cementerio de sus opositores.
El valiente héroe independentista y restaurador Juan Pablo Pina en varias ocasiones se hizo eco de las persecuciones de que fueron víctimas los moradores de Las Charcas durante el llamado Gobierno de los Seis Años.
Esta nota escrita en Comendador el 18 de junio de 1872, encontrada en los papeles de Pina, retrata el dramatismo que se vivió en Las Charchas en esa época tenebrosa de nuestro ayer:
«El mes de mayo, según se presenta lleno de alegrías y de animación para las plantas y flores, así se nos presentó a nosotros lleno de horrores, de sangre y de traiciones…Principió con brindarnos la triste suerte que le cupo a Juanico Montilla, sorprendido en su casa. Este pacífico ciudadano fue a Las Charcas, para ver su casa, y fue prisionero por los maroteros de baecistas y le asesinaron a machetazos…»16
Parque Nacional Francisco Alberto Caamaño Deñó
Una parte considerable del Parque Nacional Francisco Alberto Caamaño Deñó está en el Municipio Las Charchas.
Fue creado mediante el artículo 13 del Decreto No.571-09, promulgado el 7 de agosto del año 2009, y está bajo la cobija legal de las Leyes 64-00, del 2000, sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales y 202-04 del 2004, sobre el Sistema Nacional de Áreas Protegidas.
De conformidad con sus coordenadas comienza y termina en el río Irabón, luego de hacer un recorrido de 587.5 kilómetros cuadrados.
Para crear dicho Parque Nacional El Poder Ejecutivo sostuvo que se hizo: «Con el propósito de conservar la única porción de la Cordillera Central que toca el Mar Caribe, donde se concentra una biodiversidad altamente especializada.» Además se refiere el texto legal de su creación a la Bahía de Ocoa, Playa Caracoles y «a los múltiples eventos de la prehistoria taína, como la plaza ceremonial indígena de Las Charcas de Río Grande, las ruinas coloniales del Ingenio Cepi-Cepi y, en tiempos más cercanos, la Batalla de El Número, todos con un alto valor educativo, científico y recreativo.»17
Distrito Municipal Palmar de Ocoa
Palmar de Ocoa es un pequeño poblado situado en una orilla de la Bahía de Ocoa.
Mediante la Ley 139, promulgada el 22 de diciembre del año 2000, fue elevado de Sección a Distrito Municipal, entonces perteneciente al Municipio de Azua. Forman parte del mismo la Sección Duvergé y los parajes El Golfo y Las Paredes.18
Al crearse el Municipio de Las Charcas fue transferido como parte del mismo, manteniendo su dicha condición de Distrito Municipal.
Oportuno es indicar que La Bahía de Ocoa no sólo es un lugar histórico, lo que le da su solera, sino que siempre ha tenido una importancia en el ámbito de la economía primero colonial y luego nacional, y es parte importancia del patrimonio natural del país.
Fernando Arturo de Meriño, una de las cumbres de la cultura criolla, Arzobispo, Presidente de la República, historiador, geógrafo y muchas cosas más, escribió lo siguiente sobre esa entrada del mar en la costa dominicana:
«La Bahía de Ocoa, que es la segunda en extensión e importancia en toda la República, está formada por la Punta de Martín García, que le queda al occidente, y la de Salinas, al Oriente…Con fondeadores cómodos y espaciosos, entre los cuales los más notables son el Puerto Viejo, el puerto de Azua o Tortuguero, la ensenada de Caracoles y Bahía de la Caldera.»19
Otro gran dominicano, Cayetano armando Rodríguez, la describió así: «…hermosa bahía….con una abertura de 23 millas y un fondo de 16… es puerto capaz para contener y abrigar las más grandes escuadras, teniendo sus aguas fondo para los buques de mayor calado, con la ventaja de ofrecer un mar apacible cuando no soplan los vientos del S…desembocando en sus costas los ríos Ocoa, Jura, Tábara y otros menores.»20
El Distrito Municipal Palmar de Ocoa tiene varias playas integradas a la Bahía de Ocoa.
Pero como de lo que se trata en esta crónica es de hablar de la pequeña población de Palmar de Ocoa, y no de la bahía donde está ubicada, no voy a mencionar aquí el triunfo arrollador que en sus aguas tuvo la incipiente Armada Dominicana el 15 de abril de 1844, frente a intrusas embarcaciones de guerra haitianas. En la ocasión se llenaron de gloria patriótica Juan Bautista Cambiaso, Juan Bautista Maggiolo, Juan Alejandro Acosta, Ramón Portugués y otros valientes dominicanos.
En sus inicios, y por mucho tiempo, Palmar de Ocoa fue simplemente un pueblo de pescadores, con las características propias de un Macondo caribeño.
Ahora hay allí decenas de mansiones pertenecientes a personas que las utilizan generalmente los fines de semana.
Pero la miseria de sus moradores nativos, y de los llegados sin el abrigo protector de la diosa fortuna, está presente en vecindarios carenciados, como parte del estigma social ramificado por toda la geografía nacional.
Bibliografía:
1-Ley No.55. Gaceta Oficial No.9601, publicada el primero de diciembre de 1982.
2-Ley No.190-01 del 24 de noviembre del 2001.
3-Ley No.492 (artículo 6), promulgada el 27 de octubre del año 1969.
4-Papeles de Arturo Logroño. Editora Amigo del Hogar, 2004.Pp319 y 320.Arturo Logroño.
5- El General en su laberinto. Editorial Oveja Negra, 1989.P48.Gabriel García Márquez.
6-Los Libertadores: la lucha por la Independencia de América Latina, 1810-1830.Editorial RBA Libros, 2002. Robert Harvey.
7-Una Mujer me espera. Poema. Libro Hojas de Hierba. Primera edición 1855. Walt Whitman.
8-Francis Caamaño. Editora Alfa y Omega, 1983.Pp439 y 440.Hamlet Hermann.
9-El Guerrillero y el General. Editora Alfa y Omega, 1989.Pp22 y 23.Hamlet Hermann y Ramiro Matos.
10-La Naturaleza Dominicana. Tomo 2.Editora Corripio, 2006.P420. Félix Servio Ducoudray.
11-Sobre la topografía y geología de Santo Domingo. Volumen I. Editora Amigo del Hogar, 2005.Pp190 y 191.William More Gabb.
12- Ley No.917, promulgada el 12 de agosto de 1978.
13-Relato del Ozama al Jura. Eugenio María de Hostos.
14-Ley No.492, artículo 9. Promulgada el 27 de octubre del año 1969.
15-Carta fechada 7 de febrero de 1870, dirigida a José Gabriel García desde San Juan de la Maguana. Juan Pablo Pina.
16-Obras Completas, volumen 6. Editora Amigo del Hogar, 2016.P288. José Gabriel García.
17-Decreto del Poder Ejecutivo No.571, promulgado el 7 de agosto del año 2009.
18-Ley No.139.promulgada el 22 de diciembre del 2000.
19-Elementos de Geografía Física, Política e Histórica de la República Dominicana. Editora Taller, cuarta edición, 1984. Fernando Arturo de Meriño.
20-Geografía Física, Política e histórica de la isla de Santo Domingo, 1915.Pp 274-275.Cayetano Armando Rodríguez.
2019-06-01 01:13:09