

POR TEÓFILO LAPPOT ROBLES
Municipio San Gregorio de Nigua
El Municipio San Gregorio de Nigua forma parte de la Provincia San Cristóbal. Por sus lados Este y Sur recibe las siempre activas aguas del Mar Caribe y por el Oeste y el Norte hace frontera con el municipio cabecera de la referida provincia y por este último costado también con Bajos de Haina.
El despegue en la clasificación administrativa-urbana de San Gregorio de Nigua comenzó el 17 de septiembre de 1988, fecha en que fue promulgada la Ley No.65, que transformó a esa entonces Sección con litoral marino de unidad rural a Distrito Municipal de la provincia San Cristóbal.1
En el año 2001, en virtud de la Ley 8-01, adquirió su actual condición de Municipio, manteniendo su nombre original.2
En el territorio de San Gregorio de Nigua operan decenas de empresas aglutinadas en una zona franca. Cientos de personas laboran allí, pero los salarios son muy deprimidos, se ubican en una escala salarial muy baja, de pura subsistencia; situación que impide que la economía de las familias mejore, lo cual produce una inequidad social visible a simple vista.
Creencias sobre el nombre Nigua
Muchos han llegado a creer que el nombre de ese municipio le viene por el animalito parecido a la pulga que comúnmente se conoce en el país como nigua, caracterizado en atacar, vía cutánea, particularmente pies y manos de la anatomía animal (al parecer con predilección en los humanos); lugares del cuerpo donde succiona sangre a la vez que coloca muchos huevecillos en una bolsa científicamente llamada sáculo. La que ataca es la hembra (como ocurre en muchas otras especies). Según expertos y los que han sido víctima, la comezón que provoca es mortificante, pero no mortal.
Lo cierto es que el topónimo le llega a ese territorio de la costa caribeña dominicana por el río que desemboca allí.
Concentración de esclavos en Nigua
Desde los primeros años de la conquista y colonización que la Corona de España hizo en el continente, que luego fue bautizado con el nombre de América, lo que hoy es el municipio de San Gregorio de Nigua se convirtió en uno de los principales lugares de concentración de esclavos negros, quienes desde allí eran repartidos para realizar duras labores en minas, trapiches, hatos ganaderos y otras actividades duras y en condiciones infrahumanas.
Los sublevados de Nigua (ellos o sus ascendientes) habían llegado como esclavos, engrillados y atados a literas en los llamados barcos negreros, en un infernal comercio humano que machacó directamente la vida a más de 20 millones de seres humanos e indirectamente a millones de sus familiares. Aquella travesía marina forzada, tenebrosa y abominable nada tenía que ver con la hermosa cubierta del barco pintado mucho después por el gran pintor impresionista francés Édouard Manet, quien se deslumbraba al contemplar el espectáculo del mar y los barcos.
Uvas coloniales de Nigua
Varios cronistas de la época colonial hicieron mención de frutas vendidas al pregón en la ciudad de Santo Domingo. Uno de ellos fue Gonzalo Fernández de Oviedo, quien también se refirió a la elaboración de vino en el siglo XVI, con uvas cortadas en viñedos como los que había en Nigua. Esa bebida alcohólica era consumida por la burocracia civil y militar española destacada en esta tierra «colocada en el mismo trayecto del Sol.»
El historiador José Chez Checo, recientemente escogido para dirigir la Academia Dominicana de la Historia, señala que las uvas mencionadas por el referido cronista colonial «provenían del ingenio Nigua, del secretario Diego Caballero de la Rosa.»3
Creencias religiosas en Nigua
El municipio San Gregorio de Nigua está considerado como uno de los pueblos dominicanos donde con mayor intensidad y fervor se expresa el sincretismo mágico religioso. Los orígenes de esa práctica se remontan a la llegada de la primera oleada de esclavos negros traídos para sustituir a la desfalleciente mano de obra indígena.
En efecto se registra que en los tiempos del apogeo colonial existían en Nigua dos ermitas o pequeñas iglesias regenteada por los españoles. Más que centros de alabanza religiosa servían para un largo proceso de transculturización de los esclavos negros. Era interés de la Corona de España hacer desaparecer la identidad de los esclavos africanos, comenzando por sus creencias religiosas. Como se sabe, estos utilizaron, tanto aquí como en otras islas del Caribe, habilidades y simulación para impedir que en eso los españoles se salieran con las suyas.
Conectado con lo anterior es pertinente indicar que un destacado miembro de la iglesia católica, el franciscano capuchino Fray Cipriano de Utrera, recogió en sus arduas investigaciones históricas, lo siguiente: «Ermita de San Gregorio de Nigua, reconstruida por Ciriaco Maldonado y Luis de la Merced, piden el premio de ser sepultados en ella. La reconstrucción ates de 1885.-4
Loverture en Nigua
Los registros históricos sitúan al general haitiano Toussaint Loverture aparcado en el 1801 en San Gregorio de Nigua, cuando realizaba tratativas para unificar la isla de Santo Domingo, utilizando como mampara el tristemente célebre Tratado de Basilea, firmado en esa ciudad Suiza el 22 de julio de 1795, entre funcionarios franceses y españoles.
Meses después, cuando ya Loverture estaba en desgracia y preso en una cárcel del norte de Francia, se produjo en los hechos esa unificación, cuando el 21 de febrero del año 1802 el general francés Antoine Nicolás Kerverseau ocupó la ciudad de Santo Domingo, dando así inició a la llamada Era de Francia.
De Loverture dijo el historiador dominicano César Herrera Cabral que era «inteligente y astuto, frío calculador como hábil político, y campeón de la libertad de sus hermanos de raza…Aunque Toussaint cometió actos de crueldad, como el asesinato en masa del batallón Fixo, cuando era trasladado inerme al territorio haitiano, no llegó jamás a la ferocidad bestial que desplegaron aquí y allá Dessalines y Cristóbal.»5
Nigua y la caña de azúcar
Al transitar por las calles corroídas y llenas de cráteres de Nigua se observan letreros indicando que en esa comunidad fue donde primero se cultivó caña de azúcar en el llamado Nuevo Continente.
El cronista colonial Gonzalo Fernández de Oviedo, refiriéndose a Gonzalo de Velosa, considerado el primer personaje que fabricó azúcar en la isla entonces llamada La Española, dijo que: «…como tuvo tanta cantidad de caña, hizo un trapiche de caballo en la ribera del río Nigua, e trujo los oficiales para ello de las islas Canarias, e molió e hizo azúcar primero que otro alguno.» El referido autor también se refiere en sus descripciones a otros ingenios azucareros que allí tuvieron Francisco Tostado, Diego Caballero de la Rosa y Luis Colón.6
Muchos años después de los primeros labrantíos cañeros en esa zona del país, vale decir sobrepasada la segunda mitad del siglo XIX, un periodista estadounidense enviado al país por el periódico Cincinnati Comercial, divulgó una crónica en la cual acentuaba la riqueza agrícola de Nigua. Comenzó su relato así:
«Desde el río Haina, a través de Nigua, hasta el río Nizao una distancia de veinte o más millas, el suelo es fértil, formado de barro negro y arenoso…Hay muchas plantaciones de caña de azúcar y café de tamaño considerable en plena florescencia.»7
Primera rebelión de negros en América
La historia registra que en tierra de San Gregorio de Nigua fue donde se produjo el primer alzamiento de los esclavos negros en América. Fue en el lejano 27 de diciembre de 1522, contra los colonos españoles que lo martirizaban hasta la muerte.
Paradógicamente la sevicia contra los negros era cometida por autoridades y gendarmes de la misma España que antes había sido ocupada y sojuzgada por griegos, romanos, árabes y franceses. Los desalmados de entonces provenían de la tierra europea que había sufrido las vicisitudes del terrible Almanzor y donde estuvo la histórica Numancia, comunidad arrasada por las huestes romanas encabezadas por Escipión Emiliano, apodado El Africano Menor.
Los demás actos de rebeldía que hicieron los negros esclavos en toda América llevaban el inconfundible signo del levantamiento que ocurrió en Nigua treinta años después de que Colón llegara a esta tierra caribeña.
Otra sublevación de esclavos en Nigua
San Gregorio de Nigua fue escenario de otra sublevación de esclavos negros. Esa vez ocurrió durante los días sábado 30 y domingo 31 de octubre de 1796.
Detalles claves para entender los motivos de esa insurrección, y las proyecciones que tuvo más allá de la isla de Santo Domingo, fueron revelados por el acucioso investigador de nuestro pasado Carlos Esteban Deive, en el primer tomo de su obra La Esclavitud del Negro en Santo Domingo(1492-1844).8
Ese hito de la historia criolla se produjo cuando sólo habían transcurrido 7 años desde que el mundo recibió con emocionado estremecimiento la Revolución Francesa. Ese acontecimiento histórico del pueblo francés provocó que el 4 de febrero de 1794 la Asamblea Nacional de Francia aboliera en todo su territorio la odiosa práctica de la esclavitud, incluyendo en sus territorios ultramarinos esparcidos por todos los rincones del mundo. Pasaron decenas de años (y fue necesario que los abolicionistas tomaran el poder) para que en la práctica esa decisión se concretara totalmente.
Ese hecho, con repercusión universal, también fue uno de los pilares para que en la ciudad de París, el 10 de diciembre de 1948, se proclamara la Declaración Universal de los Derechos Humanos.9
Esa revuelta de los esclavos negros de Nigua, aunque fue por 48 horas, provocó una gran alarma en la Corona de España, tal y como se comprueba por la abundante correspondencia intercambiada por Manuel de Godoy Álvarez de Faria, el poderoso primer ministro del rey Carlos IV, y el entonces gobernador colonial Joaquín García.10
Riquezas minerales de Nigua
A la llegada de los conquistadores españoles el territorio que hoy forma el municipio San Gregorio de Nigua atesoraba grandes riquezas minerales. Unos cuantos afortunados las usufructuaron a sus anchas, sin dejar ningún beneficio para trabajadores y comunitarios.
Notorios validos de la Corona Española adquirieron grandes fortunas a costa de las riquezas naturales de Nigua y de otros lugares del país. Luego de finalizada aquí la presencia del entonces imperio de la Península Ibérica surgieron otros logreros y aventureros de diversos países, como el estadounidense Willian Cazneau, pájaro de muchas cuentas en nuestro país y en otras partes del Caribe y Centroamérica, quien logró que le otorgaran tres distritos mineros en Nigua mediante autorización del 10 de agosto del 1869 del entonces presidente de la República Buenaventura Báez.
Era tan leonina dicha concesión que la quinta «obligación» a cargo de Cazneau consistía en «pagar anualmente dos dólares al tesoro público por cada kilómetro cuadrado de superficie del distrito minero como renta fija…»11
Ese William Cazneau también fue favorecido por el entreguista presidente Buenaventura Báez con una autorización para hacer «un camino para camellos desde las minas del cobre cerca del río Nigua hasta el puerto de Santo Domingo.»12
El río Nigua, especialmente en su desplazamiento por el territorio que lleva su nombre, estaba cargado, tanto en su lecho como en sus laterales, de esquistos verdes y pardos.
Las piedras calizas, y otras estratificaciones con vetas de diferentes productos pétreos, eran notoriamente visibles por allí, hasta bien entrado el siglo pasado. A pesar de las extracciones incesantes, y sin ningún criterio técnico, todavía hay en varios lugares del Municipio de Nigua muchas toneladas de esa inmensa riqueza mineral.
Focalizando el tema en la cuenca alta del río Nigua, el famoso geólogo William M. Gabb hace amplias descripciones sobre las mencionadas riquezas mineras. Su libro titulado sobre la topografía y la geología del país es una fuente de enorme información al respecto.13
Las rocas esparcidas en gran parte del territorio de Nigua, arropadas por diversos elementos florestales, hacen apta esa parte del país, por su gran fertilidad, para el cultivo de diversos productos agrícolas, como por ejemplo el café.
De Nigua dijo un alto militar estadounidense, enviado por el entonces presidente Ulises Grant a explorar las potencialidades de la República Dominicana, con miras a anexarla a los EE.UU. de América, en connivencia con Buenaventura Báez, lo siguiente:
«La región que se halla entre los ríos Nizao y Nigua detrás de las costas, es fértil, bien regada y cubierta de montes, por lo cual ofrece grandes posibilidades para el cultivo, después que se hayan cortado los árboles.»14
El periodista C.C. Furton, del periódico Baltimore American, el cual formó parte de una comisión de investigación de E.U. de A en el país, en un informe despachado desde la ciudad de Azua, el 15 de febrero de 1871, refiriéndose a Nigua, puntualizó lo siguiente:
«La tierra en este tramo es muy rica, mayormente de un barro glutinoso que frecuentemente se asemejaba a la superficie del suelo de adobe de California….Pasamos frente a un cafetal cerca del río Nigua, que estaba floreciendo, lo cual indica la idoneidad del suelo para este producto.»15
Otros también tuvieron grandes haciendas en Nigua
En el 1689 Rodrigo Claudio Maldonado poseía dos tercios de un ingenio en Nigua. Ya para el 1699 se registra que el mismo individuo también era dueño de otro ingenio en Hato de la Cruz.16
En una serie de artículos publicados en el 1994 el historiador y médico Manuel de Jesús Mañón Arredondo divulgó importantes informaciones relacionadas con la distribución de la propiedad en San Gregorio de Nigua.
Destacó el mencionado autor que entre las instituciones que poseyeron grandes riquezas en Nigua estaba la Compañía de Jesús, vale decir los sacerdotes jesuitas, quienes realizaron una labor de rescate de hatos y fincas de la zona.17
Otro beneficiario de la riqueza que producía la tierra de Nigua y la masa de esclavos allí empleada fue Cristóbal de Tapia, como se detalló profusamente con motivo del pleito judicial entre éste y el gobernador colonial Nicolás de Ovando. Los pormenores de los bienes que allí tuvieron ese Tapia y otros personajes influyentes fueron recopilados por el historiador Emilio Rodríguez Demorizi, en una obra clásica para entender el movimiento económico y social de la era colonial en Santo Domingo.18
El Batallón de Los Morenos
Es importante señalar que al indagar sobre el origen de los componentes del conocido Batallón de Morenos Libres o Batallón 31, con notorio accionar en la vida pública nacional a partir del 1822, y comandado por el coronel Pablo Alí, se verifica que muchos salieron de los quilombos de Nigua. Fueron colaboradores voluntarios o forzados del régimen de ocupación, pero luego decenas de ellos tuvieron un papel activo en los preparativos de la Independencia Nacional y en las luchas posteriores, así como en la titánica Guerra de la Restauración, tal y como consta en la historia criolla.
Nigua, refugio de trinitarios
Se sabe que cuando varios trinitarios, encabezados por el insigne Pedro Alejandrino Pina, fueron descubiertos en Baní, en el 1842, realizando tareas de convencimiento para la causa independentista, tuvieron que abandonar precipitadamente esa zona y uno de los lugares donde se refugiaron temporalmente fue Nigua.
Nigua fue un lugar seguro para esos luchadores independentistas, a pesar de que los ocupantes haitianos mantenían una intensa campaña de desinformación y contra inteligencia, alegando que si Duarte y sus seguidores triunfaban iban a imponer la esclavitud de los negros. Sobre esas acusaciones falsas hay muchos registros históricos. En el 1843 se intensificaron esas mentiras de los haitianos contra los patriotas dominicanos, recogidas posteriormente por Emilio Rodríguez Demorizi, en un importante recuento histórico.19
La población de Nigua, como parte de San Cristóbal (donde desempeñó un papel clave de índole genética y de compromiso moral la rebeldía de sus ancestros) jugó un importante papel en la difusión de los ideales independentistas y en las luchas que posteriormente libró el pueblo dominicano en la consolidación de su libertad. Así quedó registrado, por ejemplo, en más de una de las notas dejadas por actores directos del proceso que dio al traste con la ocupación haitiana. El prócer José María Serra, periodista y educador, fallecido en Mayagüez, Puerto Rico, el 9 de agosto de 1888, fue uno de ellos.20
Nigua centro carcelario y de entrenamiento militar
En el 1919 las autoridades de ocupación de los Estados Unidos de Norteamérica construyeron en Nigua una cárcel, con cinco tétricos pabellones; la cual luego fue utilizada por el dictador Trujillo para encarcelar, torturar y asesinar a los valientes que luchaban por la libertad del pueblo dominicano. El tirano hacía difundir la falsa noticia de que ese centro diabólico era un hospital para internar pacientes mentales, leprosos y otros enfermos que requerían tratos especiales.
El 15 de agosto de 1921 los invasores estadounidenses fundaron en las colindancias de San Gregorio de Nigua una escuela para oficiales militares. El territorio de Nigua era utilizado entonces para el entrenamiento de los soldados con marchas marciales y campos de tiro al blanco. De allí surgió el que varios años después se convirtió en el tirano Trujillo.
Esa era una época muy difícil para la sociedad dominicana, y entre las falencias que habían hay que resaltar lo que publicó desde el exilio el periodista Germán Emilio Ornes Coiscou, citando al incombustible Abelardo René Nanita León: «
«ser soldado era como una peste. El estado del ejército era de perenne vulgaridad, desorden y suciedad y caos.»21
Bibliografía:
1-Ley No.65.Gaceta Oficial No. 9744, del 30 de septiembre de 1988.
2-Ley No.8-01. Gaceta Oficial No.10070 del 15 de enero del 2001.
3-El ron en la historia dominicana.Tomo I.Impresora Amigo del Hogar,1988.P130. José Chez Checo.
4-Noticias Históricas de Santo Domingo. Volumen VI. Editora Taller,1983. Compilador y notas Emilio Rodríguez Demorizi basado en papeles de Fray Cipriano de Utrera, con un testamento de Diego Méndez.
5-Divulgaciones Históricas.Editora Taller, 1989.Pp58 y 63. César Herrera Cabral.
6-Historia General y Natural de Las Indias.Libro Cuarto.Capítulo VIII.Gonzalo Fernández de Oviedo.
7-Sobre la naturaleza del suelo de Samaná hasta Azua. Periódico Cincinnati Comercial, 1871. E. Jacobs.
8-La esclavitud del negro en Santo Domingo(1492-1844.Tomo I. Museo del Hombre Dominicano,1980. Carlos Esteban Deive.
9-Resolución No.217 de la ONU.París, Francia, 10 de diciembre de 1948.
10-Papeles del ministro Manuel Godoy, 1851.
11-Presidente Buenaventura Báez.Bloque de leyes, decretos y disposiciones de 1869.
12-Notas Económicas y Políticas Dominicanas sobre el período julio 1865-julio 1886.Editora de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.Tomo I, parte económica. P84.Jaime Domínguez.
13-Sobre topografía y geología de Santo Domingo.SDB. Editora Amigo del Hogar,2005. Pp 68,174 y 175. William M. Gabb.
14-Viaje desde la ciudad de Santo Domingo a Azua.1871.General Frank Sigel.
15-Informe de la Comisión de Investigación de los E.U. A en Santo Domingo en 1871.Pp 253 y 254.C.C. Fulton.
16-Noticias históricas de Santo Domingo. Editora Taller 1979.Volumen IV.Pp102 y 199.Compilador y notas Emilio Rodríguez Demorizi. sobre papeles recabados por Fray Cipriano de Utrera.
17-Artículo sobre los bienes de los Jesuitas. Listín Diario, 21 de agosto de 1994. Manuel de Jesús Mañón Arredondo.
18-El Pleito Ovando-Tapia. Editora del Caribe, 1978. Pp 262 y 296.Emilio Rodríguez Demorizi.
19-Notas de la vida de Jacinto de Castro. Boletín del Archivo General de la Nación enero-abril 1943. Emilio Rodríguez Demorizi.
20-Apuntes para la historia de los trinitarios, fundadores de la República Dominicana. Boletín del Archivo General de la Nación.enero-abril-1954. José María Serra.
21-Trujillo.Pequeño César del Caribe.Imprenta Las Novedades, caracas,1958. Germán Emilio Ornes Coiscou.
2019-08-03 02:01:02