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San Salvador, 2 nov (Prensa Latina) Grupos de pandillas en El Salvador son una amenaza sutil y amenazan con reactivarse, aseguran hoy miembros del Movimiento de Trabajadores de la Policía Nacional Civil (MTP).
Según las fuentes, en zonas como el Distrito Italia, la Cordillera del Bálsamo y Tacuba los habitantes informan del accionar de bandas y piden operaciones del gobierno para enfrentar ese resurgir.
De acuerdo con Marvin Reyes, del MTP, recibieron informes de que a sujetos ligados a la Mara Salvatrucha (MS-13) se les ve caminando por algunas zonas de esas comunidades haciendo trabajo de vigilancia o posteo con celulares, mandando mensajes y videos, así como recibiendo llamadas.
Estos sujetos vigilan los movimientos de la policía y de soldados asignados a la zona, expuso Reyes.
Esas acciones indican que “hay una activación de la estructura de la pandilla, ya que la zona del Distrito Italia era de los bastiones más fuertes de la pandilla MS, de los cuarteles generales y cerebros de operación de esa estructura criminal y que todavía se niega a desaparecer», agregó.
El MTP señaló que existen otras zonas en las que se reporta actividad pandilleril, como en Altavista de Ilopango, en Tacuba (Ahuachapán) y la zona de la Cordillera de El Bálsamo, en La Libertad.
El gremio sostuvo que en Tacuba no se ejecutaron mayores operaciones, a pesar de que hay información de presencia de pandilleros armados. En Altavista se realizaron operaciones, agregaron, pero no con la magnitud que merece.
La alerta del gremio confirma más de una docena de informes confidenciales de la Policía Nacional divulgados por la revista InSight Crime en los que se afirman que, aunque “debilitadas” tras año y medio de régimen de excepción, las tres principales pandillas que operan en El Salvador todavía son una amenaza sutil.
La Mara Salvatrucha (MS13), el Barrio 18 Sureños y el Barrio 18 Revolucionarios conservan 54 grupos armados, sobre todo en áreas rurales.
Asimismo, agregan los informes, permanecen en libertad casi 43 mil personas perfiladas como pandilleros, en tres categorías: miembros activos (homeboys), aspirantes a serlo (chequeos) y lo que llaman “colaboradores”, una designación amplia de los supuestos operadores y ayudantes de esos grupos.
Señaló InSight Crime que estos números “ponen en entredicho el triunfalismo de la administración de Nayib Bukele que auspició una ofensiva sin precedentes contra esos grupos criminales”.
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