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A Pleno Sol; Provocación haitiana

diariodominicano.com

Por Manuel Hernández Villeta

Santo Domingo, R. D., 11 de septiembre, 2023.- Es una provocación inusual, tremendista y atrevida, la realizada por haitianos que construyen un canal, represando las aguas del río Masacre. Del otro lado de la frontera conocen bien que esas aguas sirven de regadío para la agropecuaria de los dos países.

Aplicar una acción de fuerza y comenzar a construir un canal, para que la circulación de las aguas quede en su totalidad en territorio haitiano, es una violación al derecho internacional, pero sobre todo un accionar muy peligroso.

Es de temer, y no de especular, que haya sectores norteamericanos y haitianos que buscan dar una zancadilla  al gobierno dominicano, para  responda con la fuerza a este atrevimiento.

Vista la situación interna de Haití y los aprestos de las grandes potencias de propiciar una intervención armada fuera de la jurisdicción de las Naciones Unidas, se puede dar por un hecho que se tiraron los dados esperando una acción de la República Dominicana que pueda llevar a enfrentamientos entre los dos países.

El presidente Luis Abinader está aplicando las presiones  que demandan la cordura y el buen juicio-. Descarta la acción militar, y aplica medidas que pueden obligar a los haitianos a terminar con la construcción ilegal-

El presidente Abinader actúa con ecuanimidad y prudencia que raya en la más fina diplomacia, cuando cierra la frontera `para el comercio bi-nacional. Un país, como Haití, que aislado  carece de suministros seguros de alimentos y medicinas, no puede envalentonarse con la frontera cerrada.

Al mismo tiempo, se deben imponer restricciones a que haitianos penetren a la República Dominicana legal o ilegalmente, y radicalizar el proceso de deportación de los indocumentados.

La provocación es de llevar al gobierno dominicano a entrar en la lucha interna haitiana, y ese no es el camino, pero tampoco se puede permitir el irrespeto.

Sin fuerzas armadas ni policías, en Haití

cunde el caos, la anarquía y flamea la tea incendiara. El primer ministro es un cuadro decorativo que no sale a ninguna hora de una maltrecha oficina que le dicen Palacio Nacional.

Los dominicanos tienen que ser prudentes, pero firmes, nadie puede mancillar nuestra soberanía, ni querer poner linderos en nuestra territorialidad. Puño de hierro sin llegar a la acción militar.  ¡Ay!, se me acabó la tinta.-