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JetBlue prioriza las ganancias antes que las personas: la adquisición de la aerolínea Spirit por parte de JetBlue debe ser detenida

Adriano Espaillat



Por Rep. Adriano Espaillat
New York Daily News

Publicado: Sábado, 2 de septiembre, 2023

A medida que la industria de viajes aéreos de EE.UU. continúa su recuperación pospandemia, Estados Unidos merece una competencia firme en su industria aérea, con nuestras aerolíneas nacionales compitiendo para ofrecer soluciones innovadoras que reduzcan los precios y mejoren las experiencias de los clientes. Desafortunadamente, para los residentes de mi distrito y muchos otros en el noreste, la aerolínea JetBlue, con sede en la ciudad de Nueva York ―y su inminente adquisición de Spirit Airlines―, se interponen en el camino. 

La revelación la semana pasada de que JetBlue planea aumentar los precios en las rutas de Spirit Airlines hasta en un 40% si se concreta su fusión con Spirit es lamentable; sin embargo, no es inesperada. Más bien, es sólo el último capítulo de la actual saga de JetBlue para socavar los mercados libres a expensas de los consumidores, y es hora de que los estadounidenses se den cuenta. 

Al igual que otras aerolíneas, JetBlue sufrió grandes pérdidas durante la pandemia de COVID-19. Sin embargo, en lugar de trabajar para recuperar estas pérdidas innovando y superando a sus competidores, JetBlue ha pasado los últimos años tratando de coartar por completo la competencia de las aerolíneas. 

En 2020, JetBlue inició su “Northeast Alliance”(Alianza del Noreste) con otra importante aerolínea nacional: una asociación anticompetitiva que resultó en que estas dos aerolíneas reservaran pasajeros en los vuelos de la otra, compartieran puertas de aeropuerto y dividieran los ingresos en los mercados de Nueva York y Boston. Al reconocer esto como un monopolio regional peligroso, el Departamento de Justicia presentó una demanda en septiembre de 2021 para deshacer la Alianza del Noreste. Según los cálculos del Departamento de Justicia, la Alianza del Noreste de JetBlue puede haber costado a los viajeros del noreste aproximadamente $700 millones en precios más altos de pasajes aéreos anualmente. 

Afortunadamente, el 19 de mayo un tribunal federal anuló la Alianza del Noreste por considerarla anticompetitiva, sosteniendo que la Alianza permitía a JetBlue y a su supuesto competidor “funcionar como una sola aerolínea” en el noreste. 

En julio de 2022, mientras esta demanda antimonopolio inicial del Departamento de Justicia aún estaba pendiente, JetBlue finalizó su ignominiosa adquisición hostil de Spirit Airlines ―un acuerdo que inicialmente fue rechazado por la junta de directores de Spirit por preocupaciones antimonopolio. Como era de esperar, las acciones de JetBlue dieron como resultado que el Departamento de Justicia presentara una segunda demanda antimonopolio contra JetBlue en marzo de 2023 para bloquear esta fusión. 

La adquisición de Spirit Airlines por parte de JetBlue sería desastrosa para los viajeros estadounidenses. Según un estudio del MIT, la presencia de una única “aerolínea de ultra bajo costo” en una ruta de vuelo de Estados Unidos reduce el precio promedio de todos los demás vuelos en esa ruta en un 21%. Spirit es, con mucho, la mayor aerolínea de ultra bajo costo de Estados Unidos y controla aproximadamente la mitad del mercado de ultra bajo costo. La eliminación total de Spirit de la industria aérea tendría consecuencias devastadoras para los consumidores, especialmente para los viajeros de bajos ingresos

Por el contrario, los precios de JetBlue la sitúan muy por fuera de la categoría de “costo ultrabajo”, mientras que los datos del Departamento de Transporte también muestran que Spirit es la aerolínea estadounidense de menor costo en aproximadamente el doble de las rutas estadounidenses más populares en comparación con JetBlue. Dado el deseo declarado de JetBlue de comprar Spirit para “construir un JetBlue más grande”, la lógica dicta que esta fusión inevitablemente aumentará los precios en las rutas de vuelo actuales de Spirit. 

Sin embargo, a pesar de la lógica de sentido común, JetBlue ha afirmado firmemente que su fusión con Spirit beneficiaría a los consumidores ―lo que nos lleva a la semana pasada. Según documentos judiciales que fueron redactados indebidamente por los abogados de JetBlue, JetBlue reveló accidentalmente al mundo que ―en caso de fusionarse con Spirit―, planea aumentar las tarifas en las rutas de vuelo actuales de Spirit en al menos un 24%, con aumentos de hasta el 40% en algunas rutas. Si bien JetBlue afirma que estos documentos internos fueron “sacados de contexto”, el historial de comportamiento anticompetitivo y egoísta de la compañía demuestra lo contrario. 

En 2020, inmediatamente después de recibir $935 millones en fondos de rescate del COVID-19 para ayudar a los empleados de las aerolíneas a mantenerse a flote durante la pandemia, JetBlue siguió adelante y contravino la intención del Congreso al recortar los salarios y beneficios de los empleados. Además, en 2022, mientras la demanda de la Alianza del Noreste del Departamento de Justicia contra JetBlue aún estaba pendiente, JetBlue anunció descaradamente que ampliaría su Alianza del Noreste para aplicarla a aún más rutas de vuelo en 2023 ―en abierto desafío al Departamento de Justicia. 

Afortunadamente, este comportamiento se volvería en contra de JetBlue, ya que en marzo de 2023, la demanda del Departamento de Justicia para bloquear la fusión de JetBlue con Spirit hizo referencia expresa a la Alianza del Noreste de JetBlue como evidencia de que no se podía confiar en que JetBlue se comportara de manera competitiva. En respuesta, JetBlue finalmente acordó deshacer su Alianza del Noreste en julio pasado, pero lo hizo solo para salvar su fusión con Spirit. 

Las prácticas anticompetitivas y de manipulación de precios de JetBlue han perjudicado a los estadounidenses, especialmente en Nueva York. La adquisición de Spirit por parte de JetBlue solo empeoraría las cosas, al reducir las rutas de vuelo y aumentar los precios. 

De hecho, la fusión propuesta entre JetBlue y Spirit parece tener un solo beneficiario: JetBlue. Mientras la nación se prepara para el inminente juicio de octubre de 2023 en este caso de fusión, haría bien en recordar esto.

Espaillat representa el norte de Manhattan y partes de El Bronx en la Cámara de Representantes de Estados Unidos

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El congresista Espaillat es el primer domínico-estadounidense en servir en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos y su distrito congresual incluye las comunidades de Harlem, East Harlem, West Harlem, Hamilton Heights, Washington Heights, Inwood, Marble Hill y el noroeste de El Bronx. Elegido por primera vez al Congreso en 2016, el congresista Espaillat cumple su cuarto mandato en el Congreso. El Rep. Espaillat actualmente se desempeña como miembro del influyente Comité de Apropiaciones de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, responsable de financiar las actividades vitales del Gobierno federal, y se desempeña como miembro de alto rango del subcomité del Poder Legislativo de dicho comité durante el Congreso 118. También es miembro del Comité de Presupuesto de la Cámara y del Caucus Hispano del Congreso (CHC), donde desempeña un papel de liderazgo como vicepresidente, así como presidente del Instituto del Caucus Hispano del Congreso (CHCI). El Rep. Espaillat es miembro del Caucus Progresista del Congreso (CPC) y se desempeña como coordinador principal (Senior Whip) del Caucus Demócrata. Para obtener más información sobre el congresista Espaillat, visite su portal en línea en https://espaillat.house.gov/.

Preguntas de los medios: Candace Randle Person a Candace.Person@mail.house.gov

JetBlue puts profits over people: JetBlue’s acquisition of Spirit Airlines must be stopped

By Rep. Adriano Espaillat
New York Daily News

Published: Saturday, September 2, 2023

As the U.S. air travel industry continues to recover post-pandemic, America deserves steadfast competition in its airline industry, with our domestic airlines competing to offer innovative solutions that lower prices and improve customer experiences. Unfortunately, for residents of my district and many others in the Northeast, New York City-based JetBlue Airlines — and its impending acquisition of Spirit Airlines — is standing in the way.

Last week’s revelation that JetBlue plans to raise prices on Spirit Airlines routes by up to 40% if its merger with Spirit goes through is appalling; however, it is not unexpected. Rather, it is just the latest chapter in JetBlue’s ongoing saga to undermine free markets at the expense of consumers, and it’s time Americans took notice. 
 
Like other airlines, JetBlue incurred heavy losses during the COVID-19 pandemic. Yet, instead of working to recoup these losses by innovating and outworking its competitors, JetBlue has spent the past few years trying to shortcut airline competition altogether.

In 2020, JetBlue commenced its “Northeast Alliance” with another top domestic airline — an anticompetitive partnership which resulted in these two airlines booking passengers on each other’s flights, sharing airport gates, and splitting revenue in the New York and Boston markets. Recognizing this as a dangerous regional monopoly, the DOJ filed suit in September 2021 to unwind the Northeast Alliance. According to the DOJ’s calculations, JetBlue’s Northeast Alliance may have cost travelers in the Northeast approximately $700 million in higher airfare prices annually.

Mercifully, on May 19 a federal court struck down the Northeast Alliance as anticompetitive, holding that the Alliance allowed JetBlue and its supposed competitor to effectively “function as a single airline” in the Northeast.

In July 2022, while this initial DOJ antitrust lawsuit was still pending, JetBlue finalized its ignominious hostile takeover of Spirit Airlines — a deal which was initially rejected by Spirit’s board of directors based on antitrust concerns. Unsurprisingly, JetBlue’s actions resulted in the DOJ filing a second antitrust lawsuit against JetBlue in March 2023 to block this merger.

JetBlue’s acquisition of Spirit Airlines would be disastrous for U.S. travelers. According to an MIT study, the presence of a single “ultra-low-cost carrier” on a U.S. flight route decreases the average price of all other flights on that route by 21%. Spirit is by far the largest U.S. ultra-low-cost carrier, controlling about half the ultra-low-cost market. Spirit’s outright removal from the airline industry would have devastating consequences for consumers — especially for lower-income flyers.

In contrast, JetBlue’s prices place it well outside of the “ultra-low-cost” category, while data from the Department of Transportation also shows that Spirit is the lowest-cost U.S. airline on roughly twice as many of the most popular U.S. routes as JetBlue. Given JetBlue’s stated desire to purchase Spirit to “build a bigger JetBlue,” logic dictates that this merger will inevitably raise prices on Spirit’s current flight routes.
 
Yet, despite common-sense logic, JetBlue has steadfastly claimed that its merger with Spirit would benefit consumers — which brings us to last week. According to court filings that were improperly redacted by JetBlue’s lawyers, JetBlue accidentally revealed to the world that — should it merge with Spirit — it plans to raise fares on current Spirit flight routes by at least 24%, with increases as high as 40% on some routes. While JetBlue claims that these internal documents were “taken out of context,” the company’s history of anticompetitive and self-serving behavior proves otherwise.

In 2020, immediately after receiving $935 million in COVID-19 bailout funds to help airline employees remain afloat during the pandemic, JetBlue went ahead and contravened Congress’ intent by cutting employee pay and benefits. Additionally, in 2022, while the DOJ’s Northeast Alliance lawsuit against JetBlue was still pending, JetBlue brazenly announced that it would be expanding its Northeast Alliance to apply to even more flight routes in 2023 — in overt defiance of the DOJ.

Fortunately, this behavior would come back to bite JetBlue, as in March 2023, the DOJ’s lawsuit to block JetBlue’s Spirit merger expressly referenced JetBlue’s Northeast Alliance as evidence that JetBlue could not be trusted to behave competitively. In response, JetBlue finally agreed to unwind its Northeast Alliance this past July — but did so only to save its merger with Spirit.

JetBlue’s anticompetitive, price-gouging practices have harmed Americans — especially in New York. JetBlue’s acquisition of Spirit would only make things worse, by reducing flight routes and raising prices.
 
In fact, the proposed JetBlue-Spirit merger appears to have only one beneficiary: JetBlue. As the nation prepares for the impending October 2023 trial in this merger case, it would do well to remember this.

Espaillat represents northern Manhattan and parts of the Bronx in the U.S. House.

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Representative Espaillat is the first Dominican American to serve in the U.S. House of Representatives and his congressional district includes Harlem, East Harlem, West Harlem, Hamilton Heights, Washington Heights, Inwood, Marble Hill and the north-west Bronx. First elected to Congress in 2016, Representative Espaillat is serving his fourth term in Congress. Representative Espaillat currently serves as a member of the influential U.S. House Committee on Appropriations responsible for funding the federal government’s vital activities and serves as Ranking Member of the Legislative Branch Subcommittee of the committee during the 118th Congress. He is also a member of the House Budget Committee and the Congressional Hispanic Caucus (CHC), where he serves in a leadership role as the Deputy Chair as well as Chair of the Congressional Hispanic Caucus Institute (CHCI). Rep. Espaillat is a member of the Congressional Progressive Caucus (CPC) and serves as a Senior Whip of the Democratic Caucus. To find out more about Rep. Espaillat, visit online at https://espaillat.house.gov/.

Media inquiries: Candace Person at Candace.Person@mail.house.gov

Jose Acostaequipoespaillat3@gmail.com