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Por Manuel Hernández Villeta
Santo Domingo, R. D., 5 de septiembre, 2023.- La delincuencia en cualquiera de sus manifestaciones tiene que ser erradicada de la sociedad dominicana. Si es necesario, los fuera de la ley tienen que ser enfrentados a sangre y fuego.
La lucha contra el crimen parte en la era de la tecnología en base a la investigación y la recopilación de pruebas. No se puede detener masivamente en las calles por la presunción de simples sospechas.
Nunca la investigación y las pruebas pueden ser echadas a un lado dentro de la persecución del delito. No puede haber el prurito de antaño de que vestir de harapos es sinónimo de delincuente, o que residir en un patio de un barrio excluido significa que se está fuera de la ley.
En las redadas y cercos militares los que más sufren son los moradores de esas zonas marginadas, que casi siempre son considerados sospechosos, y se les detiene para ser investigados.
Las redadas masivas lucen como una medida desesperada para detener a los delincuentes, y no puede ser así. Solo la pesquisa inteligente, la plena investigación, permitirá el apresamiento selectivo del acusado.
Cuando se militariza un barrio en la búsqueda de delincuentes, se penaliza a todos los moradores del sector. La fuerza pública está para dar protección, y en estas acciones mete miedo a familias trabajadoras, y al final, se apresa a pocos delincuentes.
Una acción masiva de fuerzas del orden, con armas de guerra, abriendo violentamente las puertas de las casuchas de patio, levanta la ira del barrio, cuando lo que se necesita es que haya unidad entre autoridades y moradores.
Las redadas comunitarias y el cerco militar en los barrios para detener delincuentes, debe ser suspendido. Viola el Estado de derecho, es poco práctico y anula la investigación para castigar el delito.
Si enfrentar a los violadores de la ley golpea a las familias inocentes, trabajadoras, cristianas y respetuosas, se estará perdiendo el tiempo en la lucha contra el crimen. Para conseguir la adhesión de las barriadas, los agentes de organismos de seguridad tienen que llegar teniendo el fusil en la mano derecha, y una funda de comida en la izquierda.
Es válido el intercambio de disparo, es aceptable encerrar tres días para investigar, pero todo de forma selectiva. Cuando la lucha contra el crimen mete a inocentes y culpables en la misma celda, se da un paso en el vacío. ¡Ay!, se me acabó la tinta.