Mi Voz, Opiniones, Portada

A Pleno Sol; Concertación y mudos

diariodominicano.com

Por Manuel Hernández Villeta

Santo Domingo, R. D., 27 de julio, 2023.- El diálogo y la concertación, son vitales en la sociedad dominicana de hoy. Vivimos en una etapa de diversificación social, donde cada grupo busca defender sus intereses. Ya dejamos atrás la sociedad de la hipocresía, que se vendía como un gran bloque unitario.

Nunca fue así, sino que la fuerza obligaba a los débiles, o a las minorías, a tener que acatar las posiciones de los que mandaban de ocasión. La diversidad de intereses, trae el libre flujo de las ideas, que nunca debe ser detenido.

Cuando a un problema que es de índole colectivo se le aplica una solución unilateral, se fomenta el disgusto y el rechazo. De ahí la importancia del diálogo y la concertación.

En la mesa de conferencias todos se tienen que poner de acuerdo para llegar a un consenso operativo. Todos tienen que ceder. No son los mismos intereses los del empresario, que los del chiripero, pero ambos deben estar representados en la toma de decisiones.

En una sociedad donde no se fomente la concertación, se está acumulando fuerzas para la anarquía. Todo el que considera que no se le oye y se le cierra el camino, tarde o temprano estallará.

No se piense en alzamientos de montonera, o de rebuscar en las empinadas montañas de Quesqueya. Ya eso pertenece a la historia. Hoy, el ciudadano todavía no sabe  cómo  defender y reclamar sus derechos en la nueva era de la tecnología.

Si está en un puñado de élite que maneja las redes sociales, y desde una computadora, un telefono o por los medios alternativos, puede señalar sus pesares y reclamar.

Pero para que una protesta sea efectiva todavía hace falta el calor de la gente, tener a grupos representativos que hablen por los que están mudos- Definitivamente, hoy nadie tiene confianza en sus representantes comunitarios, sociales o partidistas.

Para que se fortalezca la credibilidad en las instituciones, a estos organismos hay que sacarlos del congelamiento, del abandono, del reflujo, del oportunismo. Los sindicatos tienen que dejar a un lado su economicismo, donde lo único que les importa es lograr pactos colectivos con un puñado de empresas.

Es hora de responsabilidades y dejar de ser mudos. Todos obligatoriamente tienen que cambiar, los partidos, los hombres, las instituciones, pero muchos siguen aferrados al pasado placentero. !Ay!, se me acabó la tinta.