Ulises Heureaux
Por Héctor Tineo Nolasco
Diariodominicano.com
MOCA, el 26 de julio de 1899, fue asesinado en la ciudad de Moca, el dictador General Ulises (Lilís) Heureaux, uno de los militares y políticos de mayor influencia en la vida política de la República Dominicana durante las últimas dos décadas del siglo XIX. En el hecho participaron los jóvenes Horacio Vásquez, Ramón Cáceres y Jacobito de Lara.
Tan pronto cayó el cuerpo del Dictador Lilís Heureaux, sus partidarios y amigos lo abandonaron, por lo que horas después el cadáver fue trasladado a la ciudad de Santiago de los Caballeros, por el gobernador de la provincia Santiago, general Perico Pepín, quien se abrió paso a balazos con lo que él y sus hombres despejaron el camino y tomaron el cuerpo sin vida del Presidente para llevarlo a Santiago, Capital del Cibao.
Una de las heridas que acabó con la vida de Lilís Heureaux, hizo impacto en su corazón, señala el certificado del médico legista. En el momento que fue abatido a balazos se disponía a viajar a Santiago.
Ulises Heureaux, llamado por sus amigos y familiares Lilís, había nacido en el hogar de dos inmigrantes en condición de pobreza, pero de joven alcanzó posiciones de importancia por su inteligencia, valentía, liderazgo y capacidad de gobernar.
Viajó a Moca, como parte de un recorrido que inició el día 21 de julio de 1899, para calmar a los hombres de negocio que estaban muy disgustados por los efectos de las emisiones inorgánicas que había hecho el Gobierno.
Lilís Heureaux, les prometió a los comerciantes que estaba en ánimo de incinerar los billetes que había emitido para restaurar la confianza en su Gobierno. Su gira la comenzó en Sánchez donde cumplió su promesa. El 25 de julio quemó 4 mil pesos en La Vega y luego se trasladó a Moca.
En esa ciudad, el día 25 de julio, en la noche, le ofrecieron una recepción.
Un Gobierno intolerante y de realizaciones
La intolerancia fue una nota característica en la administración del dictador Heureaux, a partir de su segunda administración en el año 1886; pero en su administración el país obtuvo logros materiales extraordinarios, incluida la instalación del servicio de electricidad.
Dándole continuidad a un proyecto que había iniciado el Gobierno del Partido Azul, del presidente general Gregorio Luperón, puso en servicio el 18 de octubre de 1883, la primera locomotora y a partir de 1887, ya su Gobierno tenía en servicio el primer ferrocarril que iba de Samaná a Santiago. En esa primera etapa fue construida la red vial de Sánchez-La Vega con una longitud de 130 kilómetros.
En el mismo año 1887, también construyó los puentes sobre el Arroyo Nibaje, y el de Gurabito, en Santiago.
En la Capital construyó en 1890, el puente Presidente Heureaux, para unir la parte occidental de la Capital con la zona oriental.
En el año 1893, inició la construcción del acueducto de Santo Domingo. Y en el año 1896, se conoció el primer presupuesto del país en el que fueron incluidos los gastos del alumbrado eléctrico en el Ayuntamiento de la Capital.
En 1895 construyó el ramal Jima-San Francisco de Macorís.
En el año 1897, el presidente Heureaux construyó el Ferrocarril Central Dominicano, que unía a Puerto Plata y a Santiago.
La mayoría de los historiadores dominicanos que tratan sobre la figura de Lilís lo hacen influidos por los prejuicios. En ocasiones se quedan en las anécdotas que opacan la valentía e inteligencia del militar y político.
Un tratamiento diferente le da la historiadora Mu Kien Adriana Sang, en su obra “Ulises Heureaux Biografía de un Dictador”, publicada por el Instituto Tecnológico de Santo Domingo en 1987, afirma que las cualidades de la personalidad de Ulises Heureaux, “Le permitieron vencer las hostilidades políticas y los inmensos obstáculos que se le presentaban”.
El escritor Harry Hoetink, en su obra “El Pueblo Dominicano. 1850-1900”, publicada en 197, por la Universidad Católica Madre y Maestra de Santiago, sostiene:
“En el pensamiento de Heureaux, como típico dictador criollo, apenas cabían principios ideológicos.
“Veía la actividad política como artesanía, el aparato político como un artefacto de trabajo, la estructura política como un total delicado, pero estático. “El papel del Parlamento en la dictadura criolla estaba de acuerdo con el carácter no ideológico, artesanal del sistema político”.
La figura de Lilís también fue motivo de burla para sus adversarios políticos. En 1890 circuló un panfleto en el que se anotó:
“Ese que veis ahí arriba, ancho de pómulos y largo de boca, con la nariz dilatada como gato que olfatea sangre, torvos los ojos, la piel cetrina y la frente achatada de los criminales natos”.
En 1882, el diplomático francés Alphonse Garrus, escribió sorprendido a sus superiores que “un hombre casi negro tuviese un tan arraigo en la población”. En ese momento el liderazgo de Lilís estaba en la cumbre con el apoyo de su padre militar y político, el general Gregorio Luperón.
En ese año se vistió por primera vez de Presidente de la República. El acontecimiento no impidió que personas se manifestaran en tono de burla sobre la persona de Ulises Heureauk, como la frase siguiente:
“El muchacho que le bañaba el perro a Fransuá Dambruá, Presidente.
El primer Gobierno de Ulises Heureaux comenzó el 1 de septiembre de 1882. Al enjuiciar su primera administración en Las Notas Autobiográficas, el general Gregorio Luperón sostiene que Heureaux respetó los principios del Partido Azul.
“El Gobierno del General Hereaux se condujo bien, respetando la Ley de los principios del partido que lo llevó al poder”.
Al terminar su primer Gobierno, Ulises Heureaux era un hombre con poder político y militar. Por ello, mientras estuvo fuera del poder durante el período 1884-1886, se dedicó a tomar acciones para quitar el control del Partido Azul a su líder, Luperón. Así, en el proceso para escoger el binomio que presentaría el Partido Azul en 1884, Heureaux logró imponer a Francisco Gregorio Billini y a Alejandro Woss y Gil, a pesar de que Luperón quería el binomio Segundo Imbert-Casimiro de Moya.
Al imponerse Heureaux, Luperón lo acusó de ejecutar un fraude electoral: “Heureaux hombre pícaro, tramposo y corrompido violó groseramente la ley, metiendo 15 mil votos en las urnas”. En las elecciones de 1886, Ulises Heureaux se impuso como candidato del Partido Azul, a pesar de que el General Gregorio Luperón favorecía a Casimiro de Moya.
Por ello, el 21 de julio de 1886, seguidores del dirigente del Partido Azul, Casimiro N. De Moya, iniciaron un movimiento armado con el objetivo de quitar el poder militar y político al General Heureaux.
Acusaron a Heureaux de cometer un fraude en las elecciones del 1 de julio, ya que entendían Casimiro de Moya era el candidato más popular entre las opciones del Partido Azul, liderado por el prócer Luperón, quien había expresado que “Moya contaba con la mayoría del país”.
Sin embargo, en la lucha por la candidatura Presidencial, Ulises Heureaux, quien se desempeñaba como Ministro de Guerra y Marina, de Alejandro Woss y Gil, logró el apoyo por las circunstancias imperantes, del líder de la organización, el ex Presidente Luperón.
En el Partido Azul, Casimiro de Moya, representaba el ala liberal y Ulises Heureaux, a los conservadores.
Ulises Heureaux también logró sobornar a varios seguidores de Casimiro de Moya y a otros los reprimió para que no pudieran ejercer el derecho al voto. A otros se les impidió votar.
Esa situación disgustó a los partidarios de Casimiro de Moya y por ello el día 21 de julio de 1886, iniciaron un movimiento armado para quitar el poder a Heureaux.
Los moyistas eran encabezados por el general Benito Monción, pero Gregorio Luperón apoyó al Gobierno y ayudó a Heureaux a combatir a los revolucionarios.
Para imponerse, Heureaux también compró a varios de los generales de sus enemigos políticos, lo que le permitió despejar el camino. En la guerra murieron más de 600 hombres.
Ulises Heureaux se mantuvo en el poder hasta el día 26 de julio de 1899, cuando fue asesinado en Moca.
Su vida estuvo marcada por los acontecimientos de la época. El hecho de que lograra reunir a su alrededor a los grupos de mayor influencia social y económica, le aseguraron el mejor ambiente a su régimen.
Como base de su régimen, enarboló su defensa a la nacionalidad, la legalidad y la moralidad.
El mérito de Restaurador
Cuando apenas sobrepasaba la adolescencia, Heureaux entró a la Guerra de la Restauración (1863) junto al general Gregorio Luperón. Cuando terminaron las hostilidades en julio de 1865, con el retiro de los últimos soldados españoles que permanecían en el territorio nacional; con 20 años de edad, Lilís figuró en la lista de militares que fueron distinguidos con el mérito de “Restaurador”, otorgado a los soldados que se distinguieron en la lucha contra los españoles del Gobierno de la Anexión.
También a los 20 años fue ascendido al rango de teniente del Ejército Dominicano. El prócer Gregorio Luperón lo escogió como uno de los hombres en que llegaría a depositar la mayor confianza.
En 1869, cuando Luperón encabezó una invasión en el buque El Telégrafo contra el Gobierno de Buenaventura Báez, su acompañante militar para compartir decisiones fue Lilís Heureaux.
En 1878, Heureaux fue la figura clave para que culminara con éxito el movimiento que inició Luperón para derrocar al Presidente General Cesáreo Guillermo, quien se embarcó con destino a Puerto Rico, el 6 de diciembre de 1879.
Al asumir el poder como Presidente Provisional, el general Gregorio Luperón nombró a Heureaux, con 34 años de edad, Ministro de Guerra y Marina, con la responsabilidad de atender los asuntos militares y políticos de la Capital y del sur del país.
La sede del Gobierno Provisional de Luperón estaba en Puerto Plata.
Heureaux nació el 21 de octubre de 1845, hijo de la señora Josefa Level, santomeña que se había establecido en Puerto Plata, y el ciudadano haitiano D’ssas Heureaux. La madre lo declaró con el nombre de Hilario Level, pero luego su padre lo reconoció y le puso el nombre de Ulises Heureaux Level.
Del origen de los padres de Ulises Heureaux es muy poco lo que se sabe, pero está la versión del historiador Horacio Fombona que indica que la madre era hija de un prócer venezolano identificado como Andrés Level de Goda. En cambio, el historiador Emilio Rodríguez Demorizi, menciona a la madre como Josefa Lebert, como lo escribió Fombona.
Del padre, D’Assas Heureaux, Fombona anota que fue un hombre serio y respetado.
Mademoiselle Rose
De la infancia de Ulises Heureaux, tampoco se conoce mucho, pero resalta el hecho de que como era de una familia pobre, sus padres lo entregaron a la señora Mademoiselle Rose, quien lo protegió hasta terminar su adolescencia.
De la señora Rose, tampoco se conocen detalles, ni cómo llegó a Puerto Plata, pero se destaca el hecho de que era una persona de posición acomodada, que contribuyó a la formación y educación de Ulises Heureux, a quien la gente llamaba Lilís.
Mademoiselle Rose enseñó a Lilís, el gusto por la lectura, y a escribir bien los idiomas francés e inglés.
El escritor M. Malek, en su obra “El régimen de U. Heureaux, 1882-1889, destaca que en 1889 el delegado comercial de Estados Unidos, escribió sorprendido a su superior luego de una entrevista que sostuvo con el Presidente Heureaux: el presidente dominicano “además de su lengua nativa habla francés e inglés, este último bastante bien”.
Robaron sus bienes y les crearon deudas
Cuando fue asesinado el 26 de julio de 1899, Lilís Heureaux era un hombre rico. Tenía acciones o participación en múltiples actividades de negocios con empresarios y “amigos”. Pero desde el momento en que se confirmó su muerte, todo comenzó a cambiar. En el balance final aparece muy poco del conjunto de sus propiedades.
Socios y testaferros comenzaron a deshacer pruebas y en días borraron las más importantes.
Los antiguos socios “aclararon” con vehemencia que nunca tuvo inversiones en sus empresas y otras propiedades. En “Ulises Heureaux biografía de un dictador”, la historiadora y educadora Mu-Kien Adriana Sang, hace una descripción que permite una idea del ambiente reinante post asesinato. “Muerto Heureaux, sus antiguos aliados quisieron limpiar o negar sus relaciones con el difunto, presentándose ante el nuevo gobierno como desligados de negocios turbios. Por otra parte, desaparecido el Jefe, no había nadie a quien temer ni a quien dar cuenta, por lo que esos mismos aliados aprovecharon la circunstancia y se quedaron con la mayoría de los negocios. No era, por consiguiente, extraño que el desorden y la confusión reinaran en aquel recinto, tan tardíamente sellado del Palacio”.
La historiadora cita entre sus fuentes el Resumen General del Activo y Pasivo de la Sucesión Heureaux, las irregularidades en las operaciones realizadas, sumadas al caos producido por el asesinato del dictador, facilitaron que sus antiguos amigos-aliados, demostraran a la comisión formada luego de la muerte, que su participación en los negocios que dirigían era nula. Después de la muerte se achicó el patrimonio y crecieron las deudas que se imputaban al difunto. “Desaparecieron acciones y propiedades de Heureaux, aparecieron cientos de personas con vales que acreditaban al dictador como deudor. Dada la falta de pruebas de la veracidad o no de estos vales, la mayoría fueron incorporados a la deuda del dictador”.
Al final los bienes de Lilís se calcularon en dos millones 877,228 pesos oro con 68 centavos y la deuda ascendió a dos millones 438,779 pesos oro con 82 centavos. Los sucesores de Lilís sólo heredaron 439,448 pesos oro con 86 centavos.