Héctor Tineo Nolasco
Diariodominicano.com
SANTO DOMINGO, el 3 de julio de 1844, las fuerzas militares que comandaba el general Pedro Santana se insubordinaron al negarse a acatar una disposición de la Junta Central Gubernativa que ordenaba el oficial comandante fuera reemplazado por el general Esteban Roca.
Los alistados y oficiales de la dotación del general Santana advirtieron que de ninguna manera consentían en que se separase de ellas al general Pedro Santana, porque con él habían venido y con él debían retirarse, “cuando ya hacen cuatro meses que estaban con las armas en las manos, fuera de sus familias, que la República tenía mucha gente con qué reemplazarlos para ir ellos a descansar, que estaban firmemente resueltos a no separarse de su General al que seguirían constantemente donde quiera que lo llevase”.
Ante esa circunstancia, el General Pedro Santana y el Coronel Esteban Roca dejaron sin efecto la medida, e informaron a la Junta Central Gubernativa de las dificultades que impidieron su cumplimiento.
Lo cierto es que el Ejército de Santana compuesto por peones de los hatos de sus amigos, compadres y familiares, así como el propio Santana, no estaban en ánimo de dejarse despojar del poder por los trinitarios liderados por Juan Pablo Duarte.
Ante esa circunstancia decidió marchar a Santo Domingo, con el propósito de retomar el poder.