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A Pleno Sol Lápiz y pizarrón

Por Manuel Hernández Villeta

Un encuentro para evitar  paros en el sector educativo, y diez puntos de análisis para reivindicaciones económicas, pero hasta el momento se desconoce cuál será el futuro de un año escolar que comienza en dos meses.

El principal cáncer que tiene el sistema educativo dominicano, es el economicismo.  Se busca el beneficio mercurial  y planes de desarrollo personal, pero nunca se toma en cuenta el florecimiento, fortaleza pedagógica   y la  institucionalidad.

Un gran acuerdo para el mejoramiento de la educación estará condenado al fracaso  si solo busca aumento de salarios,  elevar las pensiones y mejorar condiciones económicas para los maestros.

La educación está por  los suelos. Hay deficiencias de los profesores, y poca comunicación entre educadores y alumnos. Lo fundamental es enseñar, y se está haciendo a regañadientes.

El pensum escolar tiene que ser modernizado. Bien que no se haga de golpe y porrazo, pero no se puede seguir impartiendo docencia con la dinámica del siglo 20. A la escuela no debe ir pensando en un aumento de salarios, sino en ejercer el magisterio.

Desde luego que en una sociedad mercurial nadie va a laboral  gratis, pero todas las demandas de la Asociación Dominicana de profesores van dirigidas a mejorar salarios, sin siquiera toma en cuenta las áreas educativas.

En ocasiones el ministerio de Educación, por temor a huelgas y manifestaciones, dobla la rodilla y acepta soluciones  de mejoría  sindical, las cuales a largo plazo no significaban nada.

A los maestros hay que elevarles  su nivel profesional, reconocer y proteger su dignidad como  trabajador intelectual, rescatar las pensiones para los que ya peinan canas, pero  eso no puede ser todo el ejercicio, porque de nada valen las soluciones a medias, si se olvida la tiza y el pizarrón.

Hay que lograr un acuerdo nacional para mejorar la educación, que debe partir de preparar un nuevo pensum, que vaya de acuerdo con las necesidades de hoy, incluyendo las clases on-line.

 S tiene que hace el mayor de los esfuerzos para que el año escolar se inicie, en dos meses, con los libros de texto. Se puede tener el desayuno y el almuerzo escolar, pero eso de nada vale si se va a estudiar sin los libros y se carece de maestros capacitados para   trasmitir la enseñanza. ¡Ay!, se me acabó la tinta!.