Cultura, Portada

Manzanillo se destaca como la zona de manglares más biodiversa de República Dominicana ¡y la más amenazada!


Con más de 500 kilómetros cuadrados, los manglares que crecen en la costa de Manzanillo, municipio Pepillo Salcedo de la provincia de Montecristi, son únicos y valiosos. También tienen fama de ser la zona de manglares más extensa de República Dominicana, lo que se traduce en una exquisita biodiversidad de especies, escenarios y ecosistemas. 

Los manglares de Manzanillo, especialmente los del Parque Nacional Estero Balsa están protegidos por decreto ambiental y declarados sitio Ramsar, por lo que se impide su deforestación y explotación indiscriminada. Sin embargo, ante la belleza natural de la zona, es un escenario perfecto para promover el ecoturismo responsable; pues visitar el lugar representa una experiencia inolvidable donde aves acuáticas, como flamenco, charetas y garzas armonizan el ambiente. Todo esto mejorado con una fantástica postal de fondo: el Parque Nacional El Morro



¿Por qué están en riesgo los manglares de Manzanillo? 

No obstante, en todo cuento feliz siempre existe un mal, y en el caso de los manglares de Manzanillo y el parque Estero Balsa el villano resulta el mismo ser humano con su necesidad de dominar espacios, destruir la naturaleza indiscriminadamente y arrasar con todo a su paso. Es por eso que esta zona resulta ser una de las más amenazadas, ya que se tiende a vulnerar el ecosistema de manglar para la construcción de proyectos de infraestructura que no miden las consecuencias ambientales y tampoco les interesa. 

En los últimos años, la sobrepesca, el drenaje y desvío de sus aguas para agricultura y ganadería, la sedimentación, la quema de vegetación y la contaminación del agua también influyen negativamente sobre este refugio.


Estos eventos llaman la atención de ecologistas, de la Coalición para la Defensa de las Áreas Protegidas y de la Academia de Ciencias, quienes en numerosas ocasiones se han expresado en contra de proyectos que destruyen los manglares, como la construcción de la verja perimetral en en el área protegida Laguna Saladilla o la planta energética en las cercanías de Estero Balsa. No obstante, son llamados que han quedado en el aire. 

“La pérdida de los manglares en la zona de Montecristi tendría efectos catastróficos para el orden social, ambiental y económico del país, provocando la extinción de uno de los cuatro mayores parches de mangles del país (…) la degradación de los mangles contradice los avances como país en materia de compromisos de cambio climático, siendo el mangle una especie clave en su lucha por el aporte de captura de carbono azul”, ha declarado la ambientalista dominicana Eladia Gesto. 

Asimismo, el presidente de la Academia de Ciencias, Eleuterio Marínez, ha sido enfático al resaltar el riesgo que genera para la zona la construcción del proyecto Manzanillo Gas & Power que prevé la construcción de una terminal de gas, un muelle con espigón y una central de generación eléctrica: elementos que por muy provechosos que parezcan, generarán daños al parque de Estero Balsa y a otras zonas protegidas de Montecristi. 

“La planta nos da cierto miedo porque es una franjita que hay (…) si nosotros nos damos cuentas es una franjita, un murito, como si fuera construido con una pala mecánica, pero lo hizo la naturaleza, significa que te está moviendo en tierra firme, pero muy frágil”, advirtió.

Precisó que se debe garantizar que estos proyectos no generarán daños a los ecosistemas “más cuando son tan frágiles que unen a un Parque Nacional de este lado. Se debe proteger el segundo manglar más importante que tiene la República Dominicana, el más grande es el de la Bahía de Samaná, el segundo es la Bahía de Manzanillo”, sentenció