Por Manuel Hernández Villeta
La crisis del Partido Revolucionario Dominicano sólo se puede solucionar de manera política, no legal. El Tribunal Constitucional no podrá aplacar y menos solucionar, la ebullición de demonios que sacude al grupo blanco.
Para que haya una solución a la situación a lo interno del PRD, la única vía el choque político, donde el grupo mayoritario se haga del partido, y luego lance el ramo de olivo, buscando la unidad.
Sólo es posible la unidad, cuando un grupo se impone al otro, y entonces elabora un pliego de conducta para ser respaldado o rechazado. En negociaciones, es un espejismo que pueda nacer la unidad, solo se aplaza el pleito.
Cuando en un partido todos creen que son generales y comandantes máximos, solo queda el camino de la anarquía, y en cualquier momento la división.
En su historia, el PRD es un germen de la división. En el exilio se partió, y recién llegado a la República Dominicana, de sus principales dirigentes, muchos formaron grupitos aparte.
Se puede dar la división por expulsión, o porque un sector decide ir a trabajar en forma independiente. Juan Bosch se dividió del PRD, y estuvo en la mayor parte de su vida política forjando al Partido de la Liberación Dominicana.
Pero fue una nueva generación, con nuevos métodos y otras alternativas, la que abrió al partido a todos los sectores, y lo lanzó en una carrera hacia el poder.
Había un liderazgo sólido del Profesor Juan Bosch, pero también la estrella naciente de José Francisco Peña Gómez, que lo pudo mantener a flote.
El PRD logró recuperar fuerzas, y a pesar de sus problemas internos, y los microbios de la división incumbados, logró sacar fuerzas y llegar al poder, con Don Antonio Guzmán Fernández.
El PRD en el gobierno se dividió, con Salvador Jorge Blanco y Jacobo Majluta, y ello le impidió seguir gobernando, y abrió las puertas para el encarcelamiento del hombre de las manos limpias.
Pero su más sangrienta división fue la que enfrentó a dos hermanos políticos, compañeros de mil batallas, y que lo sacó del juego electoral triunfante, la de Peña Gómez y Jacobo Majluta.
Donde no hay un liderazgo sólido como en el PRD, se va camino de la división o la expulsión, no hay términos medios. Abrá que ver quién tiene los recursos para imponérsele al otro.
Pero los perredeistas deben estar claros en que un partido dividido sale del juego político dominicano, y se le alejan las posibilidades de volver a ser gobierno. A cuatro años de las venideras elecciones, nadie evita la división. Imposible de pararla.
2012-12-20 14:33:25