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Por Narciso Isa Conde
Santo Domingo, R. D., 8 de marzo, 2023.- En esta conmemoración del Día Internacional de la Mujer nos llega nuevamente el eterno recuerdo de las 129 heroínas que en 1910 murieron carbonizadas en una fábrica estadounidense en plena y digna lucha por mejores condiciones de trabajo, por el derecho a la organización, por su libertad como mujeres trabajadoras y como ciudadanas.
Ese hecho conmovedor ha servido de estandarte a las trabajadoras del mundo para levantar las demandas propias que permitirían superar la subordinación, la violencia y opresión que sufren las mujeres. Se ha constituido en una referencia para expresar su justa y valiente rebeldía, construir conciencia sobre las causas de las desigualdades respecto a los hombres y presentar propuestas emancipadoras.
Vivimos una sociedad de grandes injusticias, discriminaciones y opresiones. Estas son aún mayores si se ven en la relación hombre-mujer, especialmente en temas como el acceso al empleo y a los ingresos, el derecho a la salud, la relación de poder en la familia y la sociedad, la forma de participar en la política y el cruel despliegue de la violencia masculina y del poder constituido contra las mujeres. De ahí la extraordinaria justeza de esta causa al compa de la lucha por liberación de todos los pueblos y de las clases y sectores explotados y excluidos.
Importa mucho por eso detenernos hoy -y siempre- en dos de las características de la sociedad dominicana: la opresión y la explotación de las mujeres:
1. La opresión tiene sus raíces en un sistema capitalista plagado de desigualdades, que le da continuidad a una cultura machista que coloca a las mujeres en posición subordinada frente a los hombres, quienes abusivamente se asumen como propietarios de sus vidas y de sus cuerpos. Esa es la sociedad patriarcal que genera las distintas formas de violencia y exclusión (física, psicológica, económica) contra mujeres y niñas.,
2. La explotación se sustenta en la división sexual del trabajo y en el interés exclusivo del capital por la ganancia, generando y apropiándose de más riquezas en base al trabajo desvalorizado de las mujeres y asignándoles de manera casi exclusiva a las mujeres las tareas del cuidado de la familia y del hogar.
En la República Dominicana de hoy las mujeres viven múltiples formas de maltrato y de discriminación que son tanto más graves y dolorosas cuando ellas son más pobres y han tenido menos oportunidades o cuando son negras, descendientes de familias haitianas o inmigrantes pobres.
En lo inmediato todas las demandas del movimiento feminista son bloqueadas o pervertidas por esta institucionalidad antidemocrática y corrompida y por este poder capitalista-patriarcal, con relevante actitud ultra-conservadora y discriminadora del Congreso de la República; lo que hace necesario asumir la lucha por una Constituyente Popular y Soberana que lo cambie todo e imponga nuevas reglas de juego.
La lucha de las mujeres por la igualdad es… ¡cuestión de poder y contra ese poder hay que luchar!
¡A luchar de inmediato contra los feminicidios, por las tres causales, a defender las mujeres haitianas o descendiente de ellas de quienes abusan de ellas, enfrentar acosadores y violadores de niñas y adolescentes!
Desconocer el Código Penal de sus derechos
ESTE PODER CAPITALISTA-PATRIARCAL-RACISTA-HOMOFOBO Y XENOFOBO… IMPONE VIOLENCIA Y NEGACIÓN DE LOS DERECHOS DE LA MUJER
¡ES IMPOSIBLE SER REVOLUCIONARIO/A SIN ABRAZAR LA LUCHA CONTRA TODAS LAS OPRESIONES!
Por la Coordinación Central del Movimiento Caamañista-MC: Narciso Isa Conde
8-03-2023/ Santo Domingo, RD