Opiniones

A Pleno Sol Foquismo y votos

Por Manuel Hernández Villeta

En América Latina desaparecieron las utopías milagrosas, que prometían cambios sociales con solo tener los pantalones bien apretados. La época del tremendismo y las montañas quedó en el recuerdo. La sangre bendijo a la manigua, pero el tiempo pasó y todo siguió igual. Aquí no ha pasado nada, todo siguió sin transformaciones, solo que los mártires no tuvieron quien les escribiera.

La lucha política hoy en latinoamerica es mediante votos, las botas han quedado en el recuerdo. Los gorilas militares ya fueron pensionados, hay nuevos uniformados que no se quieren manchar sus uniformes de sangre. Con la desaparición de la Unión Soviética y el fin del foquismo, la lucha pasó a ser de masas. Venezuela es sui-generis, porque un militar se calzó las botas de defensa ciudadana. Nosotros fuimos primero, con Caamaño, pero fue un experimento trunco. De la revolcuion del 65 únicamente quedan nostálgicos y el recuerdo del heroismo. La Constitución que parió a la revolución se quedó siendo un pedazo de papel.

Durante los doce años del doctor Joaquín Balaguer las instituciones se guardaron en el frío de una nevera, y se violentaron todos los derechos humanos. La izquierda dominicana no pasó de ser un simple satélite, que necesitaba el apoyo de los países socialistas para existir. No pudo trillar un camino propio, y todo su heroismo fue simple tierra de invernadero, y nombres para ser levantados en fechas gloriosas.

Las grandes desavenencias económicas que tiene hoy la República Dominicana plantean que se necesitan cambios sociales. Pero se está lejos, se siente la temporada politica invernal y el reflujo lo mueve todo.

Las utopías murieron, las ideologías se escaparon a los invernaderos, pero hace falta hacer relucir las esperanzas, dar nueva cara a una lucha que es por comida y techo. Así fue siempre, los pata por suelo luchando por un pedazo de pan, y un techo, aunque fuera de yagua, donde cobijarse. No lo lograron ayer, y hoy ya no tienen ni fuerzas suficientes para exigir. La esperanza, la última en abandonar el barco que se hunde, nos debe iluminar con sus rayos.

2014-02-28 02:20:37