EL TIRO RAPIDO
Mario Rivadulla.
El general John Kelly, Jefe del Comando Sur que opera en Latinoamérica y y el Almirante Robert Papp, quien dirige la Guardia Costera Norteamericana, en el curso de una audiencia celebrada en el Congreso Estadounidense sobre el tema del narcotráfico, admitieron que al presente se está perdiendo la batalla contra los poderosos carteles internacionales de la droga.
En su exposición, ambos altos militares coincidieron en señalar que la mayor parte de los estupefacientes, principalmente cocaína, heroína y metanfetamina que ingresan a territorio norteamericano, provienen de Latinoamérica. Esto así pese a reconocer, sin embargo, que las autoridades de los países de la región están desplegando esfuerzos muy encomiables para enfrentar esta situación y de la estrecha cooperación que brindan a las propias autoridades norteamericanas, tanto en labores de vigilancia e información y de frecuentes ocupaciones de drogas como por la ejecución de importantes operaciones conjuntas que han asestado contundentes golpes al narcotráfico.
El general Kelly calificó de «increíblemente eficiente», la red de transportación montada por los barones de la droga, que ha permitido la introducción de cifras sin precedentes de sustancias prohibidas a los Estados Unidos, la quinta parte de cuyo consumo causa cada año un promedio de cuarenta mil muerte por sobredosis.
El militar destacó el esfuerzo que han venido desplegando las fuerzas antinarcóticos y la Guardia Costera logrando en los últimos cinco años ocupar el doble de alijos de drogas de todas las demás agencias estadounidenses juntas.
Advirtió, sin embargo, que esos resultados se ven limitados porque el gobierno apenas entrega el cinco por ciento de los recursos que estima necesarios para las tareas de reconocimiento, inteligencia y vigilancia requeridos a fin de poder desarrollar una labor plenamente eficiente.
En el informe ofrecido durante la audiencia congresual, se mencionó a la República Dominicana como puente para el envío de estupefacientes desde Suramérica a los Estados Unidos, principalmente a través de Puerto Rico y el hecho, escasamente divulgado en el plano local, de que se han descubierto en nuestro territorio varios laboratorios para el procesamiento de drogas. También fueron citados varios países centroamericanos.
Estos fueron a grandes rasgos los principales aspectos del informe rendido por general Kelly y el almirante Papp sobre este tema de tan significativa importancia general y para nuestro país en particular, no solo por los daños directos que provoca sino también por los muchos y graves males que convoya.
En resumen: una confesión penosa y preocupante de estar perdiendo terreno en la lucha contra el narcotráfico, principalmente por la escasa destinación de recursos para enfrentar un problema de tanta gravedad que hace el país más poderoso de la tierra y que es el mismo tiempo el mercado más atractivo de consumo de drogas prohibidas, cuyas autoridades parecen haber olvidado la categórica máxima napoleónica de que para ganar la guerra hace falta «dinero, dinero y más dinero».
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2014-05-02 01:22:34