Opiniones

A Pleno Sol La delincuencia

Por Manuel Hernández Villeta

La población no debe albergar temores ante el aumento de la delincuencia. El miedo es el peor síntoma social que nos puede acompañar. Hay que luchar junto a las autoridades para hacer frente al crimen y al delito en cualquiera de sus modalidades.

La delincuencia masiva desborda en muchas ocasiones las posibilidades de investigación de las autoridades, que deben estudiar y analizar cada día nuevos casos, para estructurar el expediente que debe ir a la justicia.

Hay que abogar por una policía más técnica, investigadora y que tenga en sus manos los instrumentos más modernos de la lucha contra el crimen. La policía está haciendo su labor, en su papel de auxiliar de la justicia, y enfrentando el crimen.

Los jueces en muchas ocasiones aplican sentencias que son puestas en entredicho y rechazadas por la comunidad. Antes de acusar a un juez de actuar incorreptamente, se debe estudiar a fondo el expediente y ver la pena aplicada. Con el temor a los hechos criminales en ocasiones muchas personas están a favor de que se de por olvidado el principio de que todo acusado es inocente hasta que en juicio oral, público y contradictorio se demuestre su culpabilidad. Este principio ético hay que mantenerlo. Todavía un condenado en primera instancia, tiene derecho a las consigueintes apelaciones.

Los jueces tampoco pueden doblar la rodilla, al igual que la Policía, ante lo que se llama delito y culpables de opinión pública. Un hombre o mujer detenido por la presunción de cometer un acto criminal, del cual no hay suficientes pruebas de culpabilidad, pero que la sociedad luce irritada por el hecho y pide aplicación plena de la justicia.

La aplicación de justicia retardada, es una violación del derecho a impartir la pena o el descargo, pero también es una violación, y una injusticia en vez de justicia, el conocer un juicio a la carrera y vulnerar principios de la objetividad de las pruebas, para evitar acusaciones de los que se apegan al llamado delito de opinión pública.

Creo que contra la delincuencia hay que aplicar el puño de hierro. Es más, y lo he dicho en varias ocasiones, el «intercambio de disparos» puede estar justificado con delincuentes curtidos que desafían a la policía y ponen en peligro a los agentes actuantes y al ciudadano común.

En la lucha contra la delincuencia hay que levantar en una mano la regeneración, pero en la otra el sable para cortar de raíz las cabezas ya corrompidas y difíciles de ser salvadas para su reinserción en la sociedad.

Hay que apoyar a las autoridades, en vez de quitarle fuerzas en la lucha contra el crimen, en cualquiera de sus manifestaciones. No doblemos la rodilla ante la barbarie, sino que apliquemos guillotina a los que no pueden convivir en sociedad.

2014-05-02 04:49:17