Circulan comentarios en el Congreso Nacional sobre la supuesta inminencia del retiro voluntario de Reinaldo Pared Pérez de la presidencia del Senado para dedicarse por entero a la búsqueda de la candidatura presidencial del PLD para los comicios de 2016. Nada es oficial, pero se dice que «Reinaldo quiere poner el ejemplo, con la impronta ética de luchar en igualdad de condiciones con los que también aspiran a la candidatura y no manejan instituciones, personal ni presupuestos». Los mismos comentarios indican que Pared Pérez está muy optimista y entusiasmado con las adhesiones que viene recibiendo. Eso sí, se afirma que si dejara la presidencia de la Cámara Alta, Cristina Lizardo, vicepresidente del hemiciclo, quedaría con la batuta. Esperemos…
Un email
Rafael Leónidas Laureano Rodríguez, lector de esta columna, me hace llegar el siguiente email. Lean ahí: «Un jefe de Estado tiene la obligación-deber-compromiso de que en su gestión y partido político se asista al ciudadano en servicios públicos y privados de manera eficiente y responsable; es un derecho que compete a todos los que están al día en el pago de impuestos y cumplen sus obligaciones civiles. No importa el credo, religión, estatus, pensamiento o simpatía política, el presidente debe cumplir con usted y conmigo ante todo… Ahora bien, y si a mí me da la gana de defender a un ciudadano como tú y como yo, que cumple con sus obligaciones ordinarias como ente social, pero se expresa a favor de Trujillo y su sistema de gobierno, aunque difiriendo de las sombras del mismo, ¿entonces yo y ese individuo estamos mal?. En este caso, ¿importa la creencia o bandería y pensamiento político?. Si no tienes antecedentes penales, ni debes servicios públicos, cada 4 años ejerces tu libre derecho al voto, pero te expresas a favor de Trujillo, y por tal razón, ¿te censuro?. Mi Constitución condena toda manifestación a favor de Trujillo, entiendo eso, pero ¡…hummm!, no me convenzo». Sin comentarios…
creaimagen.sa@gmail.com
2014-05-14 03:54:51
