Opiniones

El saneamiento de la UASD

EL TIRO RAPIDO

Mario Rivadulla

Salvo que esté haciendo un discreto trabajo subterráneo de limpieza interna, parece haberse apagado el fuego saneador con que llegó a la rectoría el profesor Iván Grullón, en las disputadas elecciones de la UASD efectuadas pocas semanas atrás.

Desde que se conoció su victoria, premio a la tenacidad de quien había aspirado sin éxito en ocasiones anteriores, Grullón no perdió tiempo en acusar a su antecesor de la comisión de cuestionables acciones que se alega han comprometido seriamente las limitadas finanzas uasdianas.

La más inmediata, según el Rector de estreno, haber inflado la nómina con varios centenares de nuevos empleados con la finalidad de captar mayor cantidad de votos a favor de la candidata que contaba con su apoyo, lo que no impidió su derrota si bien por muy estrecho margen. La cifra representada por el fracasado balón de oxígeno electoral era, o es si todavía persiste, de varios cientos de millones de pesos anuales, lo que en el caso de la Autónoma constituye una verdadera e insostenible sangría.

Hacer la denuncia y provocar la reacción de rechazo de los afectados resultó automático, en el entendido de que la misma iría acompañada de la decisión de cancelar a ese personal supernumerario e innecesario, nombrado en los meses cercanos a la contienda.

A esa denuncia, siguió otra acusación contra el antiguo Rector al que se le endosa haber dispendiado los contados e insuficientes fondos de la UASD hasta dejar sus siempre hambrientas arcas vacías con un déficit de más de mil millones de pesos, que, como ocurre siempre, orientó los pasos de Grullón hacia el Palacio Nacional para reclamar del Presidente Danilo Medina ir en auxilio urgente de la institución.

Ahora bien: después de esos primeros fuegos artificiales, que se sepa no se ha vuelto a hablar más del asunto: ni de la nómina abultada ni del cuantioso déficit. Más bien, la atmósfera prevaleciente en torno a ambos temas es de un manto de oscuridad y espeso silencio, que los más pesimistas interpretan como una mala señal.Despejar esa negativa percepción solo puede hacerlo el propio flamante y fogoso nuevo Rector casi todavía estreno.

¿Se ha desistido de limpiar la abultada nómina de ese personal supernumerario nombrado con fines electorales internos?

¿Se ha perdido el interés inicial en hurgar en las finanzas de la institución para establecer las razones del alegado déficit dejado por la rectoría anterior?

¿Por qué no se dispone una auditoría en profundidad del manejo financiero de la UASD, siendo que se trata de fondos públicos?

¿Qué otras medidas correctivas figuran en la agenda del Rector Iván Grullón para lograr que la UASD recobre la imagen de prestigio y respeto público que sin dudas hoy se muestra significativamente deteriorada?

¿Tendrá el coraje suficiente para llevar adelante esa ingente tarea que le reservaría espacio de posteridad en la historia de la Primada de América?

Son incógnitas, reiteramos, que solo puede despejar el propio Rector.

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2014-05-18 01:59:22