Por Manuel Hernández Villeta
La institucionalidad nacional tiene que fortalecer la línea de escogencia de los diputados y senadores, para ver si dejan de ser un botín al más osado. Hoy, no hay una Ley de Partidos políticos, donde se disponga posición vertical sobre los vericuetos que dan los legisladores.
Lo primero que se debe legislar es sobre si la curul le pertenece al político que hizo campaña o al partido que le sirvió de ariete. Ahora mismo un diputado puede renunciar del partido que lo llevó al Congreso, y conservar su cargo electoral.
Cuando un diputado renuncia al cargo, es el partido que debe someter una terna para escoger al sustituto. Lo ideal es que todas las diputaciones pertenezcan al partido o movimiento que le sirvió de incubadora en la campaña electoral.
Eso sería lo ideal dentro del sistema actual, donde sólo se benefician los grandes partidos políticos, y la diputación es un filón de oro, una carnada, que se ofrece cuando se considera que una persona tiene dinero o prestancia para hacer una buena campaña. Lo demás, no importa.
En la ley de partidos se debe incluir el derecho individual de un ciudadano a postularse a diputado o regidor. Que se pueda inscribir por una junta de vecinos de un solo barrio, un movimiento organizado de un puñado de cuadras, fuera del redil de los grandes partidos.
Con el conteo individual de los votos, es posible que actuando fuera de la línea de los grandes partidos, un dirigente comunitario de un barrio marginado salga electo regidor o diputado, contando con el voto de sus vecinos, sin tener que gastar millones en campaña.
Recientemente se dieron dos casos de diputados. Pelegrín Castillo renunció a su curul para ocupar un cargo público, y Minou Tavarez Mirabal renunció del Partido de la Liberación Dominicana, pero no de su butaca.
La Fuerza Nacional Progresista postuló a Vinicio Castillo, un hermano de Pelegrín, y Minú sencillamene se llevó su diputación. Creo que para ser en serio la renuncia debió de ser del partido y de la curul. Dudo que esa diputada en forma independiente pueda conseguir los votos para ser electa a este cargo.
No creo que la heroicidad y el martirio sean una herencia. Hay personas que se consideran privilegiadas y por encima de la sociedad, por la lucha de sus familiares. El patriotismo no es una herencia, sino la capacidad de lucha y entrega de cada persona en su propia coyuntura social.
No creo en prédicas sociales trasnochadas de los que estuvieron beneficiándose 14 años de un partido y de gobiernos, y de repente se dan golpes de pecho y salen hastiados de lo que consideran corrupción y retroceso. La renuncia, si se alega tanta pureza, debió llegar cuando el PLD y el Reformista Social Cristiano se unieron para alcanzar el poder.
Para un diputado ser dueño de su curul, debe demostrar tener el apoyo popular para ganar en unas elecciones. Para ser político-serio, hay que dar el paso necesario cuando las circunstancias lo imponen y reclaman, no para llenar egos personales
2014-05-23 04:34:21