Opiniones

LAS BANCAS DE APUESTAS

EL TIRO RAPIDO

Mario Rivadulla

Según el reportaje que despliega en su edición de hoy el matutino gratuito El Día, el pueblo dominicano juega un estimado 300 millones de pesos diarios. En el año, más de cien mil millones de pesos, una cifra tan alta o un poco más de la que estamos dedicando a la Educación con la aplicación del cuatro por ciento.

Pero ojo. Ese cálculo está basado exclusivamente en las 30 mil 750 bancas de apuestas que aparecen registradas en el Ministerio de Hacienda y operan legalmente. Como se cree que existe una cantidad parecida de bancas ilegales, el monto de las apuestas pudiera también duplicarse elevándose entonces a la mucho más impresionante suma de doscientos mil millones de pesos, más de la tercera parte del presupuesto nacional y cuatro veces superior al costoso subsidio de la electricidad.

De por sí, el juego es un vicio que puede llegar a extremos de penosa adición y de gradual empobrecimiento no solo material sino físico y espiritual. Muchas vidas se han arruinado por el vicio del juego. La ludopatía clasifica como una grave enfermedad.

Ahora bien…¿qué es lo peor de todo esto? Que la inmensa mayoría de la clientela de esas bancas de apuestas está conformada por gentes de recursos limitados. Muy raro encontrar una banca de apuestas en un barrio residencial, de personas de ingresos altos. En estos, la inclinación al juego se manifiesta por lo general en los casinos, donde también más de uno ha perdido su fortuna.

Sesenta o setenta mil bancas de apuestas en una población de menos de diez millones de habitantes da notación de un vicio muy extendido, donde muchos padres de familia llegan a comprometer, inclusive, las más elementales necesidades del hogar.

Alucinados ante la elusiva posibilidad de un golpe de suerte que les permita obtener una ganancia significativa, pierden toda capacidad de razonamiento al punto de no darse cuenta de que sus posibilidades de lograrlo rayan casi en el terreno de lo milagroso.

El Ministerio de Hacienda recientemente dictó una resolución reduciendo a la mitad, de diez a cinco, la cantidad de sorteos diarios de las varias loterías privadas y la estatal Lotería Nacional, que surgió aquí al igual que en otros países con la finalidad de destinar sus ganancias a fines sociales, una función que con el tiempo ha sido objeto de muchas distorsiones y desvíos sobre todo, con fines de clientelismo y financiación de actividades políticas. El propósito perseguido por la medida ministerial es disminuir el juego.

La decisión ha motivado reacciones de protesta en ese sector, donde por la cantidad de bancas que hay y el volumen de apuestas que manejan, existe una espesa madeja de intereses y se ejerce un fuerte lobbismo. De esperar que el Ministro Simón Lizardo se mantenga firme frente a toda presión y que su postura encuentre el más decidido respaldo por parte del Presidente Danilo Medina.

Porque la esperanza de salir de la pobreza por vía del juego no pasa de ser con muy escasas excepciones, un sueño ilusorio que casi siempre termina en amarga pesadilla.

teledebate@hotmail.com

2014-06-12 18:44:26