Opiniones

A Pleno Sol Vaticinio empresarial

Por Manuel Hernández Villeta

Un segmento del sector empresarial, su cúpula dirigencial, hace vaticinios de que la economía dominicana pasará por momentos difíciles el próximo año. Desde ya los inversionistas ven que el proceso de desarrollo económico lucirá torpe y que serán doce meses de agonía.

Pero no son sinceros en sus apreciaciones. Lo que plantean como un mal año, visto a la distancia de seis meses, es porque no tienen capacidad de pelear en competencia. Siempre tienen que tener a su lado la muleta del Estado.

Los empresarios creen que el 2014 será un mal año para la economía, porque temen que entren en vigencia tratados internacionales, que desmontan los aranceles, los impuestos a una serie de productos, que al llegar al país los podrían sacar de competencia.

Hay segmentos del empresariado que son mezquinos, porque no buscan invertir en tecnologìa, sino que desean ser parásitos de un segmento de las finanzas nacionales, que le da protección a cambio de nada.

Los costos de producción de muchas empresas nacionales son sumamente altos. No así por los salarios que pagan a los trabajadores, sino por metodologías fuera de época y una tecnología que hace sumamente cara la producción.

El empresario no quiere que entren a la República Dominicana productos que se vendan de acuerdo a la oferta y la demanda, y en base a los costos de producción y la calidad, porque entonces sus negocios saldrían perdiendo. Es cierto, muchos productos dominicanos son caros y malos, por lo que se mantienen en el mercado en base a las restricciones a los extranjeros.

Pero los empresarios si son prestos a ser ellos los que traigan directamente productos de centro y sudamérica, para sustituir en el mercado jabones, galletas, pastas dentríficas, detergentes y otros muchos.

La única variedad es que ellos determinan que sale más barato fabricar esos artículos, con nombres conocidos en el mercado interno, en las procesadoras extranjeras, que en fábricas locales. Ahí, para ellos, el mercado no tiene un potencial de calamidad, sino de múltiples ganancias.

Amparados en los tratados comerciales internacionales traen esos productos libres de impuestos o pagando el mínimo, al tiempo que eliminan a los trabajadores locales, y se encargan únicamente de la distribución. Hay cientos de productos en esta situación, en una acción que amplía el desempleo en el país.

La economía hay que moverla por los beneficios que aporte a las grandes mayoría, y no por las ganancias a título personal de un puñado de empresarios ambiciosos.

2014-06-25 07:58:43