EL TIRO RAPIDO
Mario Rivadulla
El jueves pasado, la Ministro de Trabajo, Maritza Hernández, quien por razón de su cargo desempeña la Presidencia del Consejo Nacional de la Seguridad Social, ofreció la noticia de que el organismo había logrado consensuar una propuesta mediante la cual todos los cotizantes de ingreso tardío al sistema podrán recibir la totalidad de sus aportes acumulados cuando les llegue la edad mínima del retiro, que es de 60 años o posteriormente cuando decidan hacerlo, si es que se mantienen laborando hasta una edad más avanzada.
Para estar claros sobre qué significan los de ingreso tardío al sistema. Se trata de todos aquellos trabajadores y empleados que tenían 45 años o más al momento de entrar en vigencia la Ley de Seguridad Social y que por esa razón presumiblemente, no iban a poder acumular las 300 cuotas necesarias, o sea, 25 años de trabajo, para poder aspirar a una pensión.
Sin embargo, ellos se han visto obligados a cotizar al sistema y sus patronos o empleadores al aporte que les corresponde realizar. Esos recursos se han ido invirtiendo a través de las correspondientes Aseguradoras de Fondos de Pensiones y se entendía que al momento del retiro, el trabajador o empleado, al no tener derecho a pensión por no haber completado la cantidad de cuotas requerida, recibiría, en cambio, la totalidad de su dinero acumulado.
Una resolución de la Superintendencia de Pensiones disponiendo que en vez de devolver la totalidad de los fondos a estos asegurados, se le entregaría por partidas mensuales, levantó un verdadero avispero de protestas que se mantuvo por espacio de varios meses, generando críticas y hasta dudas sobre la confiabilidad del sistema.
De inmediato acudieron al recuerdo y fueron aireadas las penosas experiencias primero del Banco de los Trabajadores, donde se volatilizaron los fondos sin que nunca se diera cuenta de su destino y luego del Instituto Dominicano de Seguros Sociales, donde todavía miles y miles de trabajadores llevan años esperando por sus míseras pensiones.
Por suerte, si bien fue necesario que pasaran meses de tensa preocupación para los afectados, el acuerdo anunciado por la Ministro de Trabajo ha llevado sosiego a decenas de miles de asegurados de inscripción tardía, que al momento del retiro podrán recibir la totalidad de sus aportes con los intereses ganados y hacer el mejor uso que estimen de esos fondos.
Hay que saludar esta justa decisión que devuelve tranquilidad a los afectados y rescata la credibilidad y confianza que estaban en juego del Sistema de la Seguridad Social.
De paso, recordar que la legislación que la rige requiere de muy profundas transformaciones y actualizaciones a la luz de la experiencia acumulada durante la docena de años que tiene de vigencia. Bastaría mencionar, entre tantas, una tan fundamental como es garantizar la cobertura de salud de por vida a los asegurados sin importar que esté trabajando o se haya retirado, sobre todo en este último caso que es cuando mayor necesidad tiene de recibir esas prestaciones.
De esperar que la revisión de la ley no siga siendo objeto de dilaciones y aplazamientos, porque los reajustes que requiere resultan ya impostergables para garantizar la sostenibilidad del sistema, cuya finalidad es garantizar la subsistencia de los cotizantes en sus años postreros, cuando hayan llegado al límite de su capacidad productiva.
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2014-09-02 13:24:26
