Opiniones

A Pleno Sol Diálogo o aplazamiento

Por Manuel Hernández Villeta

Las relaciones entre el gobierno y las Iglesias están deterioradas. Va a costar mucho esfuerzo retornarla a la normalidad. Los controles de los abortos puede ser una ley, o un simple dolor de cabeza, pero ocasiona un choque innecesario.

La congregación cristiana más grande del país es la católica, luego hay sectas religiosas de gran incidencia en la población, con ligeras variantes, todas tienen una posición clara y definida en torno a los abortos. Hay que escucharlas y dialogar con ellas.

Las observaciones que hace el Presidente Danilo Medina en torno a los abortos, no pueden servir para ocasionar un resquebrajamiento de relaciones entre dos sectores que son fundamentales para el desarrollo nacional. No hay diálogo entre las partes, y eso es preocupante.

Si por mi posición personal fuera, le pediría al presidente Medina que aplique todo el brazo para que sus observaciones al tema aborto se impongan, pero pienso en la gobernabilidad. Se abre una brecha que es peligrosa, para un país en una crisis de valores.

Si hay que aplazar para otra ocasión más propicia el tema de los abortos, que se aplace. Sino, que se coja la opinión de las iglesias y se tire al zafacón con todas sus consecuencias. Los abortos no deben ser el justificativo para llevar a una crisis institucional al país.

El sector gubernamental esta exhibiendo todo el respaldo que tiene en lo que se refiere a las observaciones presidenciales, y ese es un camino equivocado. Lo que se impone es el diálogo. El vocero de la Iglesia católica dominicana, monseñor Nicolás de Jesús López Rodríguez, debió ser llamado al Palacio Nacional para tratar este tema, y buscar llegar a un consenso.

Cuando las diferencias institucionales se imponen o por la fuerza, o por la prepotencia, solo quedan heridas que tardan años en ser sanadas. El caos de instituciones débiles que tiene el país no permite que se abrá una zanja social, para dejar un camino incierto de frente al futuro.

El padre Manuel Ruiz emitió un documento enfrentando al Presidente Danilo Medina, y presentando renuncia a su cargo de enlace entre la Iglesia Católica y el gobierno. La Conferencia del Episcopado Dominicano lo sacrificó y dijo que su renuncia era una decisión personal. Sin embargo, el documento de la curia es un dardo envenenado.

Está advirtiendo al gobierno que la unidad entre los dos sectores para adelantar programas de desarrollo nacional se pueden resquebrajar. Poco importa el lenguaje diplomático y de incienso, se sacrifica al padre Ruiz pero se hace una clara advertencia.

La ausencia de instituciones fuertes nacionales, enmarca que no se debe continuar profundizando la brecha gobierno, sociedad civil e iglesias. Diálogo o aplazamiento de los abortos.

2014-12-15 23:55:39