Opiniones

A Pleno Sol Hora de los demonios

Por Manuel Hernández Villeta

La situación social dominicana hizo aguas. Es como esas yolas donde penetran las aguas de mar, y no hay fuerza de brazos para achicar el líquido, que obliga a zozobrar a la embarcación.

Hay un tejido social dominicano que está putrefacto, que no tiene cura, que debe ser amputado. La sociedad está a pie de despeñadero y cualquier airesito la puede lanzar al abismo. Todos los ciudadanos son indiferentes al problema, hasta que le toca en los hombros.

El crimen para la mayoría de los dominicanos es un titular de periódico. Hablan al verlo en televisión o leerlo en un periódico, pero su horror únicamente se manifiesta si hay un familiar o un amigo herido o muerto. Es la indiferencia y el no preocuparse porque no me ha tocado.

Cuando las sociedades van caminando por la senda de la indiferencia total, solo el cataclismo les espera. Los dominicanos han aprendido a ser indolentes, a golpe de políticos marrulleros, que sólo buscan votos y prebendas, autoridades que son aliadas de los vicios y el crimen, religiosos que llevan la biblia de adorno debajo del brazo, y el dejar pasar y el dejar hacer para estar tranquilos.

He visto en la prensa dos declaraciones que me pusieron los pelos de punta, y me llevaron la preocupación y la reflexión de que todo va camino de estar perdido. Si dos autoridades de máximo nivel, cada uno en su rama, ven un extenso panorama negro, que le puede esperar al ciudadano puro y simple.

Me refiero a declaraciones recientes del Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, la máxima autoridad de la Iglesia Católica Dminicana, y de la fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso. Los dos lucen más que preocupados, dan muestras de impotencia total, al analizar el crimen organizado y la violencia.

A juicio del Cardenal López Rodríguez la criminalidad se ha desbordado en la República Dominicana y ha dado origen a una situación lamentable. «Es lamentable lo que sucede, se ha desbordado la criminalidad creando una situación que todos lamentamos».

No sólo debe ser el lamento. Las sociedades no se levantan con la simple plegaria, sino con la acción decidida para exterminar sus males. Si se postra, sigue de hinojos, será vencida por los que sólo buscan engrosar sus riquezas, aún a costa de cercenar vida.

También es preocupante la declaración de la fiscal que dice que en el 90 por ciento de los casos de criminalidad organizada están involucrados policías y militares. En la mayoría de los casos de sicariato y narcotráfico a gran escala hay policías y militares involucrados, una situación que requiere la intervención a otro nivel, de otros estamentos del Estado que no es el Ministerio Público.

Hay preocupación e impotencia en todos los estamentos de la vida pública nacional. Hay que redomar esfuerzos para salvar al optimismo y la capacidad de lucha. A pesar de todo, y solo con el esfuerzo colectivo, esta situación se puede salvar.

2015-03-18 22:43:45