Por Manuel Díaz Aponte
En el umbral de la normalización de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, acabo de presentar un seminario de investigación en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), relacionado a ese trascendental paso histórico.
Se trata de un texto de 39 páginas dividido en diferentes etapas donde intento interpretar el accidentado y largo proceso de confrontación entre las dos naciones del Continente Americano.
Esta investigación es un requisito académico para culminar exitosamente el diplomado en Diplomacia y Relaciones Internacionales impartido en los últimos seis meses en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, Unidad de Educación Continuada de la UASD.
Realmente me satisfizo mucho abordar este tema no tan solo por su actualización, sino especialmente por lo que representa para toda América el restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y la República de Cuba.
Para Cuba y todos los países latinoamericanos representan un notable triunfo el hecho de que las autoridades de Estados Unidos hayan decidido restablecer sus relaciones diplomáticas y comerciales con la tierra del inmortal pensador y héroe de la Independencia cubana José Martí.
Merece destacarse la dignidad exhibida por los cubanos en este proceso de diálogos, iniciado en los primeros días de enero de este año, en la capital de Cuba, La Habana.
Las comisiones de alto nivel de Estados Unidos y Cuba han ido avanzando en diferentes aspectos. La primera ronda de conversaciones estuvo liderada por la subsecretaria de Estado de Estados Unidos para Latinoamérica, Roberta Jacobson, y por la encargada de Asuntos de América del Norte del Gobierno cubano, Josefina Vidal.
El 17 de diciembre del 2014 los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama y de Cuba, Raúl Castro, anunciaron en intervenciones televisivas por separados que los gobiernos de ambos países iniciarían los contactos oficiales correspondientes para normalizar sus relaciones diplomáticas.
Tres Rondas de Diálogos
Representantes de los gobiernos de Estados Unidos y Cuba han realizado hasta el momento tres rondas de conversaciones tendentes a reactivar las relaciones diplomáticas, comerciales y políticas, suspendidas hace más de cinco décadas.
En realidad, el proceso revolucionario cubano ha logrado muchos aciertos y por supuesto, algunos desaciertos. Pero uno de los logros más impactante ha sido en el ámbito educativo. Recientemente, el Banco Mundial en un informe relacionado a los niveles de educación, salubridad y metas sociales alcanzadas por los países de América Latina, cita el ejemplo de Cuba.
En su informe revelador sobre la problemática de la educación en América Latina y el Caribe titulado» Profesores excelentes. Cómo mejorar el aprendizaje en América Latina y el Caribe», el estudio analiza los sistemas educativos públicos de los países del continente y los principales retos a los que se enfrentan.
Según el Banco Mundial, «ningún sistema escolar latinoamericano, con la posible excepción del de Cuba», tiene parámetros mundiales.
Temas Espinosos
Los venideros días serán cruciales para medir los avances en las pláticas de ambas naciones, fundamentalmente cuando se aborden aspectos como el levantamiento del embargo comercial de Estados Unidos contra Cuba; la apertura política y la instrumentalización de nuevas iniciativas de preservación de los derechos humanos así como la retirada de efectivos militares norteamericanos en la bahía de Guantánamo.
Se ha avanzado en lo relativo a la apertura de embajadas entre los dos países y sus respectivos embajadores y personal diplomático, así como en la firma de un acuerdo en materia de telecomunicaciones.
Ya se reiniciaron los viajes aéreos directos entre Nueva York y La Habana, en tanto las autoridades estadounidenses han ampliado el otorgamiento de visas turísticas y algunas facilidades para el intercambio de bienes y servicios, entre ellos, la ampliación de las redes de Internet en Cuba.
Para alcanzar una normal relación entre Estados Unidos y Cuba, deberán agotarse una serie de conversaciones, procedimientos y protocolos que evidentemente representarán muchos años de trabajo para las comisiones designadas por los gobiernos de ambos países.
En consecuencia, no se trata de una acción inmediata todo lo contrario, implicará de paciencia e interés reciproco por viabilizar la ruta que permita en el futuro venidero el restablecimiento pleno de las relaciones diplomáticas, comerciales y políticas entre los dos Estados.
Hay que ponderar los esfuerzos encaminados por la administración del presidente estadounidense Barak Obama así como por el gobierno que preside Raúl Castro.
Ambos líderes han comprendido que la única vía para solucionar los conflictos en el mundo es a través del diálogo, lo que se traduce en el fortalecimiento de las instituciones y en la anhelada paz deseada por la comunidad internacional.
2015-03-22 23:44:40