Por Manuel Hernández Villeta
Las encuestas no dan triunfos ni propician derrotas. Esos sondeos constituyen un instrumento de trabajo para ver como está la preferencia de la comunidad. Dependiendo de miles de factores, puede tener una posibilidad real o ser ficticios sus resultados.
Pero sin importar el tenor de las encuestas, siempre lo que se debe tener en cuenta es que se trata de una percepción de un momento político dado -hablamos de encuestas electorales-, y la situación puede seguir igual o estar cambiando desde el momento del trabajo de campo hasta leer sus resultados.
En una encuesta, la forma en que los interesados reciben el muestrario le puede dar una victoria o una derrota. La indiferencia nunca es un buen consejero, sobre todo si se hace un trabajo con líneas cientìficas y con buenos profesionales.
El destape a destiempo de la campaña electoral, ahora que hay primarias y candidatos que serán posteriormente electos, hace que las encuestas salgan a la luz pública. Todos tienen que ganar en una encuesta, y de hecho es poco lo que tienen que perder,
Una verdadera encuesta no falsea los resultados ni miente. Como instrumento de trabajo cuando dice que un candidato está débil, le da la oportunidad de corregir errores, y seguir adelante. Si el candidato es emergente, no confiarse, ahí debe comenzar el gran trabajo.
Las encuestas no están hechas para un mercado informal y sin institucionalidad como el dominicano, donde se carece de valores y decencia política, y los partidos son meros negocios para conseguir beneficios personales, grupales, familiares y de los allegados.
Pocos votan por simpatías en la República Dominicana. Nadie pregunta por programa de gobierno, sino por la posibilidad de conseguir un empleo, una contrata o alguna facilidad. Unos dirán que no, pero la casi totalidad de los que van al ruedo politico es buscando beneficios personales.
Ya fue sepultada la época que unos llamaron de la generación perdida, donde los ideales llevaron a lo mejor de la juventud a inmolarse, sin conseguir ningún resultado, solo abonar la tierra con su sangre.
La mejor encuesta que se puede hacer en la República Dominicana la da la bolsa que lleve en la mano un candidato y la forma en que distribuye el dinero 48 horas antes de los comicios. Nada ha cambiado esa correlación de fuerzas, y es difícil que pueda ser alterada para las venideras elecciones, en poco más de un año.
No es problema de gustos particulares, en las campañas electorales prima el clientelismo, y en las votaciones la compra de votos, la presión mediática, las complacencias de la Junta Central Electoral, y la funda que se entrega a los residentes en barrios marginados.
Para ser realista, la verdadera encuesta se inscribe en la República Dominicana por el color de los pesos que se distribuyen entre hambreados para comprarle su conciencia y su voto. ¿El mejor sondeo electoral?, el calor que dá la llama del fogón atizado por la embaucador partidista.
2015-03-24 21:45:10