Por Manuel Hernández Villeta
La Policía más que una reforma, lo que necesita es modernización. Representantes de la sociedad civil y organizaciones de los Estados Unidos desean la reforma de la policía, pero ello no es suficiente para lograr superar lo que su jefe estima es un atraso de 80 años.
Los que hoy propugnan por una reforma de la Policía, son los mismos que empujaron la implementación de un Código Penal que ha sido un dolor de cabeza para la sociedad dominicana. De ahí, que lo trascedental para la policía es su modernización y no una reforma hecha a machetazos.
La primera acción de una reforma o modernización tiene que ser el salario. No es posible que un policía tenga un sueldo por debajo del que se paga en un multi-centro a la conserje que limpia el baño. Vivir con dignidad, y tener un trabajo del cual sentirse orgulloso, conlleva un salario justo.
La reforma de la Policía puede ser un acto de figureo, porque igualmente tiene su reglamento interno, aparte de que en base a las consideraciones de gabinete gubernamental está bajo la orientación de un civil, que es el Ministro de Interior y Policía, y técnicamente se le considera una auxiliar de la justicia.
Dentro de la situación dominicana plantear que el jefe de la Policía sea un civil, y que los agentes y oficiales puedan votar en las elecciones, es más un exceso de ser gracioso, que plantear en verdad cambios que son necesarios.
Dentro de la modernización necesaria en la policía está separar la face de investigación y la de la persecución in-situ del delito. O sea, un cuerpo de detectives, que podrían vestir de civiles y estar en cuartos fríos con auxilio de tecnologia de punta, mientras que los agentes de la calle, con el arma al cinto, serían los encargados de detener a los delincuentes y de mantener el orden público.
La policía también tiene que tener una Policía Interna, que sería la encargada de investigar a los agentes. Además, esa policía interna tiene la obligación de dar seguimiento al factor sicológico del personal que se ve involucrado en hechos de sangre, para darle la terapia de rigor.
El mismo jefe de la Policía ha dicho en varias ocasiones que hay manzanas podridas en la institución, y que están siendo depuradas. Demás está decir que sin honradez y premio a mantener limpio el uniforme, no puede haber modernización.
La policía debe seguir siendo un cuerpo auxiliar de la justicia, pero manteniendo sus rangos militares. Llegará un día en que todos serán detectives de oficinas de aire acondicionado, pero hoy el policía que se necesita tiene que tener el puño de acero, y el corazón con muchas palpitaciones de solidaridad humana y social.
2015-07-08 00:13:44