Por Manuel Hernández Villeta
Los personajes y las coyunturas han cambiado en los últimos quince años. El hambre y la miseria siguen igual o experimentaron un aumento progresivo, pero se dan variantes que son determinantes en la nueva sociedad.
Si pasamos revista, los jóvenes que votarán por primera o segunda vez pueden inclinar las elecciones hacia un lado. Pueden favorecer el triunfo o arrinconar con la derrota. Lo dificil es como se le entra a ese segmento de jóvenes.
Para los que hoy votarían en forma primeriza los grandes líderes de la política dominicana son un recuerdo para algunos, y desconocimiento total para otros. Juan Bosch, Joaquín Balaguer y José Francisco Peña Gómez, son piedra de museo, de lo que se ha escuchado poco.
Inclusive, los principales seguidores de estos tres líderes han dejado en el olvido sus enseñanzas, y su mensaje lo convirtieron en algo circunstancial, que no tiene cabida en el convulso mundo de hoy. Balaguer, de mano fuerte de los doce años, pasó a ser reivindicado por los Partidos Revolucionario Dominicano y de la Liberación Dominicana, que lo convirtieron en padre de la democracia.
El marxismo o el leninismo no pasaron de moda. Nunca fueron una exhibición pasajera, pero las nuevas generaciones no se motivaron con ese mensaje. Se hicieron transformaciones a las ideas originales, y ahora se habla de un socialismo del siglo 21, muy alejado de la revolución clasista.
El país necesita crear el liderazgo para el siglo 21, apoyándose en los grandes pensadores dominicanos. Duarte tiene que dejar de ser piedra declamatoria de un 27 de febrero y Luperón un sainete para que falsos nacionalistas lo presenten con el machete en la mano.
La juventud está sin liderazgo, con un presente amargo, sin fuerzas para abrir trochas en el futuro inmediato. De seguir así, el mundo dominicano a lo futuro será más amargo y excluyente, con una élite que sabe lo que quiere, conoce a dónde va y tiene los recursos económicos para eternizarse en el poder.
En el corto espacio que queda para la celebración de las elecciones presidenciales es difícil que pueda ocurrir un cambio de pensamiento generacional. Cada cuál tratará de sacar el mayor provecho que su voto le pueda deparar. Estarán los idealistas que se conforman con soluciones colectivas, y nunca hacer frente a los causantes individuales.
Hay que rescatar el historial de los dominicanos que de una u otra forma dieron su cuota de sacrificio o entreguismo para consolidar un tormentoso siglo XX. Todo el mundo juega en el rol histórico un papel bueno o malo, que solo es posible evaluar cuando sin miedos se pasa revista a lo pasado.
Rescatar a los jóvenes y enderezar su camino, es sencillamente prender luces en el futuro dominicano.
2015-07-18 01:17:51