Opiniones

LA SOLUCION ES MUCHO MAS COMPLEJA

EL TIRO RAPIDO

Mario Rivadulla

El incremento de acciones criminales que se ha registrado en los últimos días y que algunos comentaristas suspicaces llegaron a atribuir, como práctica adicional, a fuentes dentro del propio cuerpo policial con la finalidad de presionar la salida del hoy ex Jefe de la institución mayor general Manuel Castro Castillo, ha motivado al Presidente Danilo Medina a disponer un aumento del patrullaje en las calles. A ese fin, se han destinado mil 800 agentes con el refuerzo de 650 guardias. Dado que esta no es función del aparato militar, ese refuerzo recibió un previo entrenamiento para ajustar sus acciones a los patrones del cuerpo de orden público.

A su vez, el nuevo incumbente que desde ayer ocupa la jefatura del mismo, al juramentarse en el cargo prometió que se enfrentará la delincuencia «con mano dura» al tiempo de pedir a la ciudadanía que confíe en que la institución cumplirá con su deber en toda la geografía nacional. Si bien aclara que sus acciones siempre estarán ajustadas a la ley como para evitar confusiones y establecer distancia con el abusado y censurado procedimiento del «gatillo alegre», que con tanta frecuencia utilizan algunos agentes graduados de matarifes.

Se trata del mayor general Nelson Peguero Paredes, oficial de procedencia militar, graduado en la Academia de Las Carreras y con cursos de capacitación en la Escuela de Las Américas, con sede en Panamá. Posee además, un buen expediente de superación académica, como graduado en ingeniero de sistemas y posteriormente, en la carrera de abogado. Su hoja de servicios figura impoluta y acusa una larga y meritoria permanencia en la institución que ha pasado a comandar, durante la cual ha ocupado distintas posiciones de relevancia.

Obviamente el refuerzo de ese contingente de guardias, que recibieron un apresurado curso de entrenamiento policial, tiene que entenderse como una simple medida de emergencia ante la reciente ola de criminalidad. Del mismo modo, que el proceder con «mano dura» frente a la delincuencia, una promesa que no será de fácil cumplimiento tomando en consideración que así como en el cuerpo policial hay oficiales y agentes que honran un uniforme de alto riesgo y baja retribución, quedan todavía bolsones de elementos indeseables, aliados a la criminalidad que están supuestos a combatir.

Lo cierto es que la solución al problema de la rampante delincuencia que padecemos y la garantía de la Seguridad Ciudadana, que figura junto al costo de la vida y la falta de empleo como uno de los tres principales temas de preocupación de la gente, es mucho más complejo que la sola presencia de guardias en la calle realizando labor policial y las promesas, ímpetus y buena disposición de su jefe de estreno.

Por lo pronto, en el Congreso continúa sin acabar de tomar cuerpo de ley el traído y llevado proyecto de Reforma Policial. Se trata del marco jurídico indispensable para promover los cambios estructurales y organizativos que requiere la institución, a fin de que realmente pueda llenar las expectativas de la sociedad. Y el necesario punto de partida para el trazado de una estrategia realmente efectiva capaz de garantizar el clima de sosiego que requiere el país, a través de una institución moderna, adecuadamente equipada, con agentes bien pagados y mejor entrenados, responsable y respetada, capaz de concitar no solo la confianza sino la cooperación activa de la ciudadanía convertida en aliado militante de la misma y trabajando en estrecha colaboración y armonía con la Procuraduría General de la República y la Administración de Justicia, caminando por la misma senda y empujando en la misma dirección.

Otros países lo han conseguido y no tenemos por qué ser menos. Todo depende de que haya una firme voluntad política de hacerlo. Aquí, con tanta razón como el impulso que se le está dando a la educación y el que requiere el campo de la salud, también hay que hacer lo que nunca antes se había hecho en cuanto a garantizar la Seguridad Ciudadana. Si se entiende y se trabaja de firme por ello, no hay que dudar que podremos lograrlo. Hacerlo sería uno de los más inestimables servicios que pudiera prestársele a una sociedad en zozobra.

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2015-08-06 17:16:11