Por Manuel Hernández Villeta
Comenzamos el nuevo año escolar cargados de los problemas ancestrales. Los colegios aumentando las matrículas, los libros de textos cambiados cada año y con precios de oferta y demanda; profesores incapacitados que quieren un aumento de salarios, y la gran cantidad de niños y adolescentes que desertan de las escuelas por problemas económicos de sus familaires.
Desde el gobierno, se lleva a cabo un masivo programa de construcción de nuevas escuelas, para hacer frente al grave déficits de aulas. Es echando bases hacia el futuro, porque todavía este año se enfrentan dificultades para encontrar cupo en escuelas que ya están llenas.
La construcción de nuevas escuelas es un trabajo que se debe ampliar en este año. Es necesario que nuevas aulas estén en capacidad de recibir a los niños que tienen que ser llevados a las escuelas, para que no se queden analfabetos,
El gobierno con la tanda extendida también llena una necesidad comunitaria. Además, el dar desayuno y almuerzo a los estudiantes, aligera la carga económica de los padres, y da un incentivo pàra que se prefiera mandar el muchacho a la escuela, antes de que se quede en la casa.
Los mayores inconvenientes los tenemos con los profesores impreparadoss, o enganchados por el amiguismo. Dónde hay malos estudiantes, hay que hacer revisión de los profesores. Los gremialistas metidos a docentes se preocupan más por salarios, seguro médico, facilidades de viviendas, que en cumplir con su rol de educadores.
El ministerio de Educacion fue incompetente e impotente para hacer valer las resoluciones en torno a las alzas injustificadas de los pagos de colegiaturas. Los dueños de los colegios subieron los precios como les vino en gana. En ese mal tambièn estan los centros educativos de entidades religiosas, que actúan como simples comerciantes, cuando de cobro de dinero se refiere para ofrecer docencia.
Hay que respetar la disposición de que los libros de textos deben ser actualizados cada tres años, tiempo en el cual deben estar vigentes. Cada año se obliga a comprar nuevos libros de texto, lo cual es un gasto innecesario, una violaciòn a disposiciones del Consejo Nacional de Educación y una acción de indiferencia intolerable del ministerio de Educación.
La educación hoy es un negocio más, como vender plátanos y yuca. Es más, en muchos ventorillos se da mejor trato a los clientes, que en un colegio dónde simplemente le dicen a los padres, este es el listado del año lectivo, si lo acepta bien, y sino llévese su muchacho a otra parte.
¡A las clases que es hora de comenzar nuestra labor!, viejo canto que ahoga el comercialismo de hoy.
2015-08-16 23:03:47