Opiniones

A Pleno Sol Pedazo de papel

Por Manuel Hernández Villeta

Los generales de montonera o los déspotas ilustrados han gobernado la República Dominicana desde el inicio de su vida republicana. En pocas ocasiones han permanecido los gobiernos democráticos, respetuosos de los derechos humanos y de las libertades públicas y colectivas.

La Constitución dominicana, piedra hoy de sostenimiento del orden institucional, fue escrita y promulgada con el apoyo de la punta del sable de Pedro Santana, mientras corrían ríos de sangre, con el fusilamiento y el martirio de los seguidores de Juan Pablo Duarte. Con el gobierno de los hateros se instauró una etapa de violaciones y entreguismo que finalizaría con la anexión a España.

El deseo de libertad y justicia social de los dominicanos se ha visto entorpecido en múltiples ocasiones por los generales de montonera, o por los intelectuales que solapados tras la sombra son la columna, ojos y conciencia de los dictadores.

A pesar de las dictaduras y las violaciones institucionales, los dominicanos han luchado a sangre y fuego por defender las normas constitucionales. La revolución de abril del 1965 fue para restablecer la Constitución y el gobierno democrático del profesor Juan Bosch, derrocado en un golpe de Estado en el 1963.

Casi iniciando el gobierno de los doce años, que tantas muertes costó a la juventud dominicana, el doctor Joaquín Balaguer pronunció una de sus frases más celebres, al decir que la Constitución era un simple pedazo de papel.

La expresión completa del doctor Balaguer fue que «la Constitución no es mas que un pedazo de papel siempre que no hayan hombres dispuestos a defenderla. Lo que vale en cada ocasión no son las instituciones, sino los hombres».

Sin embargo, el término de que la constitución no es más que un pedazo de papel viene de las luchas imperiales europeas, sobre todo en Prusia, en territorio de lo que hoy es Alemania. A principios del siglo XIX, específicamente el 2 de mayo de 1815, el rey de Prusia, Friedrich Wilhelm III prometió dar una constitución a su reino, para motivar la expulsión de Napoleón de su territorio. Una vez echado Napoleón, olvidó la promesa.

A partir de entonces se generó una lucha de poderes de las diferentes clases dominantes en ese período histórico de la antigua Prusia, hoy Alemania. Quizá como justificación, ante la promesa rota, Wilhelm se escudó con esta frase: la Constitución es un simple pedazo de papel. Advirtiendo que entre el Dios del cielo, de quien el tenía el cetro, y su país, no podía interponerse una hoja de papel, la Constitución».

Los dominicanos tenemos que respetar la Constitución o caeremos en el salvajismo. No es la Carta Magna la que falla, sino los hombres encargados de aplicarla y hacerla efectiva. Abogamos por un régimen democrático pleno de respeto a los derechos humanos y la apertura a las libertades indiduales y colectivas.

2015-11-06 00:24:09