Opiniones

A Pleno Sol Colapso de los partidos

Por Manuel Hernández Villeta

Hay una profunda crisis de los partidos políticos. Para ser optimista, se puede decir que colapsan las instituciones partidistas. Hace falta el relevo y abrir zanjas para las nuevas ideas y las zapatas del siglo 21.

Los partidos políticos dominicanos dan la impresión que constituyen un cascarón de anticuallas, donde los dirigentes a todos los niveles se eternizan y los jóvenes únicamente son un estribillo para presentar una democracia que no existe.

Ya los partidos políticos dominicanos comenzaron a abrir su tumba. Es cuestión de tiempo. Se tienen que renovar o morirán. El renovarse no es poner a nuevas caras, o jovenes con ideas viejas, a la sombra de la influencia de los grandes caudillos.

Lo que se necesita son ideas nuevas, en mentes nuevas, y con visiones diferentes de un accionar donde imperaron los supremos caudillos de la política nacional. Los tres grandes partidos se empantanaron cuando desaparecieron sus líderes, y aunque tienen vigencia y poder, se les hace difícil llegar a la meta.

El camino más fácil de estos partidos políticos será la expulsión de sus miembros, o que estos se vayan en medio de pleitos internos por la búsqueda de candidaturas. Dónde no hay lucha ideológica, es fácil quitarse la camisa y ponerse la banderola del que más ofrezca en la feria de la venta de votos.

A pesar del colapso de los pàrtidos políticos tradicionales, no hay cambio a la vista. Las nuevas agrupaciones políticas son chapadas a la antigua, tienen el mismo lenguaje, se han dividido o escindido de otras porque no les dieron lo que pidieron, o sencillamente tienen una visión unilateral de lo que es el poder.

Para integrarse a la masa, los partidos tradicionales únicamente necesitan una funda de cuartos para repartirla cuando faltan días para las elecciones. Allí se compran conciencias y los pobres en su miseria extrema venden su voto por una lenteja.

Los programas de gobierno no pasan de ser impresos sin la mayor importancia. Desde la muerte de Trujillo, cuando en el 1961 comenzó la generación política impulsada por la Navidad con Libertad, nadie ha cumplido con programas de gobierno, y ni siquiera con su propia Constitución.

La revolución del 63 contemplaba grandes transformaciones sociales en el país, pero quedó apartada por un golpe de Estado y posteriormente una revolución no la pudo llevar de nuevo a dirigir la escena nacional. Hoy, con el colapso de los partidos políticos, se corre el riesgo de caer en el vacío partidario luego de las votaciones del venidero año. ¿Medidas salvadoras?. En este momento no tengo ninguna.

2015-11-12 23:41:07