Opiniones

A Pleno Sol Corrupción domable

Por Manuel Hernández Villeta

La corrupción, sin la menor de las dudas, es un cáncer que atormenta a toda la sociedad dominicana. Queda por ver quienes son los juglares que proclaman la corrupción, y los beneficios personales que obtienen con la difusión de las inconductas.

Cuando se habla de corrupción hay que meter en el mismo saco a todos los estamentos de la sociedad dominicana. Ninguno está libre del peculado. Se puede y se tiene que sacar las mayorías individuales. A pesar de que casi toda la sociedad está podrida en sus estamentos organizados y a la desbandada, la mayor parte de la población es seria, honrada y responsable.

No hay contradicciones. Los corruptos están en toda la vida nacional, pero son minoría. Llaman la atención por su forma de imponerse, por los niveles sociales que consiguen a lomo del atropello y en sacar beneficios de sus obligaciones. Eso pasa en el sector público, pero en igual medida en el privado.

Hay una alta preocupación por la corrupción en la sociedad dominicana. Se debe hacer una cruzada contra la corrupción, pero no teniendo a culpables favoritos. Apelemos a salvar el lado bueno de la sociedad, y a aplicar castigos a los que delinquen. Es sancionar a los responsables, y no voltear la cara para tenerlos de aliados.

Cuando representantes de la mal llamada sociedad civil hablan de corrupción, a la población sólo le mueve a esbozar una mueca. Muchos de esos abanderados se han cobijado bajo el mando corruptor. Muchos son punta de lanza de grupos empresariales, y otros gárrulos de partidos políticos.

Hay representantes de grupos populares que hacen planteamientos serios y objetivos sobre los peligros de que se deje seguir avanzando el cáncer de la corrupción en la sociedad dominicana. Se necesita un buen cirujano, antes que un maestro de escuela. Un maestro educa y prepara a las mentes ignotas para el futuro, pero el cirujano ?in-situ- aplica el bisturí y corta de raíz toda la podredumbre.

Me parece digno de ser meditado el último comunicado de la Conferencia del Episcopado Dominicano en torno a la corrupción, tanto de los sectores oficiales, como de la empresa privada. No tiene desperdicio, aunque peca de no mencionar a nadie en particular.

Pero tampoco se va a cargar los datos al embajador norteamericano que peca de injerencista, pero que dice verdades. Además, de poco sirve criticar al diplomático gringo, si queremos esconder la cabeza como el avestruz y no darnos cuenta de que esa es la posición del Departamento de Estado y del gobierno de los Estados Unidos.

No estamos en un callejón sin salida, la corrupción es un cáncer que se puede vencer, sea con medidas paliativas de curación a largo plazo, o con acciones inmediatas de extirpar los miembros putrefactos. Con la unidad del pueblo sano, se puede vencer la corrupción que carcome a casi todos los estamentos de la sociedad dominicana.

2015-12-09 03:05:54