Por Manuel Hernández Villeta
El Presidente Danilo Medina esbozó un panorama esperanzador sobre la situación económica, política y social de la República Dominicana, en su reciente charla ante la Cámara Américana de Comercio. Me da a entender que lo importa y trascendente es el futuro del desarrollo nacional.
Sin dudas el país se encuentra en un momento de crisis. Hay inconvenientes para transitar en la senda del desarrollo económico, debido a factores internos y externos. Las valoraciones y las culpas tienen que ser compartidas tanto por el sector público como el privado.
Muchos de esos empresarios presentes ante el Presidente Medina son enemigos de los subsidios y de los programas de ayuda a los pobres que lleva a cabo el gobierno. Lo que para ellos es una carga social y un lastre en el proceso económico, conforma una parte obligatoria de los inconvenientes que hay para llevar al desarrollo a un país con millones de personas viviendo en la extrema pobreza.
El Presidente Medina habla de consolidación de la clase media, y la ve como un motor que impulsa el desarrollo. Los cambios económicos y sociales han llevado a la clase media a ir rodando hacia la proletarización. Esa clase media a duras penas se puede sostener en el escalón donde se encuentra.
Para poder navegar y subir estrados, la clase media necesita ser favorecida con una amplia política de creación de empleos. Es abrir oportunidades de que los nuevos profesionales encuentren ocupaciones, y que haya una línea de favorecer con créditos blandos a los pequeños empresarios.
Pero el desarrollo de la clase media se ve menguado por su creciente descenso hacia la pobreza, mientras que aumentan los cuadros de la marginalidad y la exclusión. Hacer planteamientos sobre el futuro desarrollo dominicano ante los empresarios nacionales e internacionales es un gesto de valentia. Se lleva esperanzas a millones de dominicanos que luchan dia a día por un mejor futuro.
Estoy de acuerdo en que es necesario que se firme un pacto entre el gobierno y los empresarios, para hacer posible el desarrollo. Hay sectores empresariales que viven de espaldas a los problemas del país, y su indiferencia golpea los deseos de mejores niveles de vida para la población.
Además, dentro de una etapa moderna de globalización, cada día el puesto del Estado será de supervisor, de mediador, y no de inversionista. O sea que el gobierno dejará atrás su línea tradicional de ser la punta de lanza en la creación directa de empleos, rol que deberá pasar a desempeñarlo el empresariado.
Pero en ese pacto social también se debe incluir a la clase obrera, a pesar de que en el país hay un letargo entre las principales centrales sindicales, que mermaron su capacidad de lucha, y han entrado de lleno al terreno del economicismo simple.
¿Se podría dar ese pacto entre gobierno y empresarios?. Es difícil, pero lo creo necesario. Lo boicotean sectores empresariales que más que pacto, prefieren colaboración y beneficios. Es importante en toda ecuación de soluciones políticas respetar los deseos del gran pueblo: sin poner fin al hambre, la miseria, la falta de asistencia médica, la ausencia de educación, el desempleo y la exclusión social no habrá paz y desarrollo.
2015-12-10 02:00:15