Por Salvador Echeagaray Desde pequeños nos han enseñado que el ser humano es un animal racional. Pero ¿qué es ser racional?… ¡Claro, contestó bien! Que piensa, que razona, que discierne. Y aquí lo interesante. ¿Cómo pensamos o, cómo se da el proceso de pensamiento? Primero formamos conceptos en nuestra mente. Por ejemplo, la concepción de una fruta roja de cierto sabor. A esa idea le ponemos un nombre o término: M-a-n-z-a-n-a. (Si hablamos Inglés le llamamos apple, o apfel en Alemán). Tenemos otros conceptos como el de “sabrosa”. Luego comparamos los conceptos. Los unimos con una cópula, por ejemplo, “es”. Posteriormente emitimos un juicio. O sea, comparamos dos conceptos. Así podemos expresar: «La manzana es sabrosa». Aquí todavía no razonamos en su totalidad, aunque ya se avance en el proceso mental. Razonar es la comparación entre dos o más juicios. Hay dos formas de razonamiento. 1. El Razonamiento Deductivo y el Razonamiento Inductivo. El primero es ir de juicios generales, a juicios particulares. Por ejemplo: “Las frutas son sanas. La manzana es fruta, luego, la manzana es sana”. El otro tipo de razonamiento es el inductivo. Éste, va de juicios particulares a juicios universales. Por ejemplo: “La manzana es sana y es una fruta. La naranja es sana y es una fruta. La fresa es sana y es una fruta”. Luego, concluimos en un juicio universal: «La fruta es sana». Así es como razonamos. Claro, ya lo hacemos automáticamente. Pero este proceso en forma detallada lo advirtió el filósofo antiguo Aristóteles, principalmente en su obra “Organon”. —–Esposa: ¿De qué escribiste hoy? Esposo: Sobre cómo pensamos los seres humanos. Esposa: ¡Ya no me alcanza el dinero! ¡Deberías de pensar cómo ganar más! Salvador Echeagaray, es el Director del Depto. de Filosofía de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) |
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