Editorial

Ingrid Mendoza, en el primer aniversario de la partida de Reinaldo Pared Pérez

Ingrid Mendoza, en el primer aniversario de la partida de Reinaldo Pared Pérez

A pesar de la fe, imposible no haberme cuestionado una y mil veces tu partida, el 2 tener que acostumbrarme a que has vuelto a donde perteneces, allí donde existe la paz y te rodea el amor de Dios, pero a dónde no pueden llegar nuestros abrazos, besos, cuidados o mensajes.

Nos queda sólo aferrarnos a los bellos y hermosos recuerdos que, de una forma imborrable, plantaste en nuestras vidas y que dibujan a ese hombre que amé y amo, lleno de condiciones humanas excepcionales: siempre alegre, de buen humor, con esa inolvidable sonrisa abierta al mundo, de conversación interesante, culto, educado, detallista, amoroso, familiar, noble, de alma blanca, consejero sabio y ecuánime, que disfrutaba hacer todo aquello que al otro lo hacía sentir feliz.

Sí, de mucho carácter y firmeza sin perder nunca el afecto y la ternura, ni rozar siquiera la dureza. Pero Reinaldo no sólo marcó nuestras vidas como familia, su presencia en el mundo tocó de muchas formas y maneras a todo tipo de personas, a todo el que le conoció o compartió con él.

Detrás de Reinaldo deja una hoja de vida de trabajo infatigable por su país, de servicio sin descanso, de aportes a nuestra democracia, protagonista o actor de muchas de las transformaciones institucionales del país, promotor de las libertades individuales, gran servidor público, solidario en el más amplio sentido de esa palabra, negociador en tantos momentos de la vida nacional, afable, siempre buscando la armonía, de entrega total a sus convicciones e ideas, combativo pero sensible, justo, equilibrado, íntegro, honrado, 3 responsable, respetuoso, caballeroso, de una conducta de cara al sol, siempre frontal, sin pose alguna, de una fortaleza admirable, demostrada en las grandes batallas que le tocó librar, muchas de las cuales entristecieron su alma, su ánimo y su espíritu, pero nunca lograron apagar su esencia, su empatía y respaldo a quienes sufrían o pasaban por situaciones de calamidad.

Un hombre de una dignidad tan admirable, demostrada tantas veces en tantos escenarios, que rayaba casi en el asombro. Cuánto perdimos con tu partida Rei!! ¡¡Tenemos mucho que aprender de ti!! dejas un ejemplo de vida, de servicio, de cómo debe transitar un ser humano los caminos de su existencia, dejas un legado familiar, político y especialmente, el más importante, el legado humano que lo componen todas esas condiciones que te adornaban, algunas de las cuales he mencionado y que continuáremos en tu nombre, si Dios lo permite.