Por Héctor Tineo Nolasco
Diariodominicano.com
SAN CRISTOBAL, el 26 de septiembre de 1844, Tomás Bobadilla, representante de los conservadores en la Asamblea Constituyente de San Cristóbal, lanzó nuevos ataques contra Juan Pablo Duarte, y lo definió como un «joven inexperto».
Dijo que lejos de haber servido a su país, Juan Pablo Duarte, jamás ha hecho otra cosa que comprometer la seguridad de la República Dominicana y las libertades públicas.
El 26 de septiembre de 1844, cuando habló Bobadilla, Duarte estaba en el exilio. Había sido deportado el 10 de septiembre de 1844, junto a su hermano Vicente Celestino Duarte, su hijo Enrique Duarte, Juan Isidro Pérez, y los hermanos Félix y Montblanc Richiez.
El 10 de septiembre de 1844 se dio la información de que el grupo fue expulsado del territorio nacional con destino a Hamburgo, Alemania. El mismo día Vicente Celestino Duarte y su hijo Enrique Duarte, fueron deportados a Estados Unidos. Llegaron a Nueva York el 7 de octubre de 1844.
Con la medida la Junta Central Gubernativa, encabezada por el General Pedro Santana culminó un conjunto de acciones de persecución política contra el patricio Juan Pablo Duarte, sus seguidores y los miembros de su familia.
El día 2 de septiembre de 1844, Juan Pablo Duarte y varios de sus compañeros trinitarios fueron traídos detenidos de Jamao, Puerto Plata, a ciudad de Santo Domingo.
El grupo que formaban con Juan Pablo Duarte, Juan Isidro Pérez, Juan Evangelista Jiménez y el español Gregorio del Valle, fue transportado desde Puerto Plata, en la goleta «Separación Dominicana», capitaneada por el coronel Juan Bautista Cambiaso, quien llegó al Puerto de Santo Domingo, en horas de la noche.
Los presos fueron trasladados a la Fortaleza de la Torre del Homenaje, donde quedaron en prisión hasta el día 10 de septiembre de 1844, cuando fueron deportados.
José Gabriel García, en el II tomo de su obra «Compendio de la Historia de Santo Domingo», anota que desde la Torre del Homenaje, Duarte «presenció la farsa ridícula con que hombres apasionados, valiéndose de ignorantes esbirros, hicieron aparecer al pueblo pidiendo con furor las cabezas de los iniciadores de su independencia, y al ejército las de los más ilustrados de sus generales, augurio fatal de la larga serie de crímenes que en nombre de entidades morales tan respetables debían realizarse en no lejano porvenir».
Juan Pablo Duarte fue detenido el 27 de agosto de 1844, por una patrulla militar que lo localizó en Jamao, Puerto Plata, en la residencia de su amigo el ex oficial del Ejército francés Pedro Eduardo Dubocq.
La patrulla que apresó a Juan Pablo Duarte, la comandaba el General Pedro Ramón Mena, quien trasladó al detenido a la Fortaleza San Felipe.
En la prisión de Puerto Plata, Juan Pablo Duarte fue visitado por varios amigos, incluidos el Presbítero Manuel González Regalado y Muñoz, y el trinitario Juan Isidro Pérez.
Fue en la cárcel de San Felipe, en Puerto Plata, que Juan Isidro Pérez le expresó a Duarte:
«Sé que vas a morir, y he venido a cumplir el sagrado juramento de dar mi vida por la tuya».
El día 22 de agosto de 1844, La Junta Central Gubernativa, declaró al patricio Juan Pablo Duarte y a un grupo de trinitarios, traidores e infieles a la patria.
En el momento que se produjo la decisión, Juan Pablo Duarte, se encontraba escondido en Puerto Plata, luego de que fue calificado de anarquista por el general Pedro Santana.
La Junta Central Gubernativa cuando declaró a Duarte y a los trinitarios traidores a la patria, era presidida por el General Pedro Santana. La integraban los miembros Tomás Bobadilla, Manuel Jimenes, Félix Mercenario, Toribio Mañón, J. Tomás Medrano, Norberto Linares, Toribio L. Villanueva y Félix M. Marcano, secretario.