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LOS MONARCAS MÁS LONGEVOS (2 DE 2)

Luis XIV

Isabel II

POR TEÓFILO LAPPOT ROBLES

Después de los reinados de Luis XIV, en Francia y de Isabel II, en el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, corresponde la tercera escala en longevidad como monarca a Bhumibol, en el Reino de Tailandia.

Gobernó por más de 70 años en un país situado en la parte este del sur de Asia, con una extensión superficial superior a los 500 mil kilómetros cuadrados y con más de 60 millones de habitantes.

Su mandato estuvo bajo la cubierta de una monarquía constitucional parlamentaria, lo que no le impidió aplicar poderes absolutos.

Bhumibol Adulyadej (Rama IX)

Bhumibol Adulyadej (Rama IX) era tailandés, pero su nacimiento se produjo el 5 de diciembre de 1927 en la ciudad de Cambridge, Massachusetts, EE.UU. donde residían sus padres.

El 9 de junio de 1946, cuando sólo tenía 18 años de edad, sucedió a su hermano, el rey Ananda Mahidol. Tomó el testigo del principal puesto de la casa real de Tailandia  con motivo de la nunca aclarada muerte violenta, en su propio lecho, de su antecesor.

Vivió en Suiza parte de su niñez y adolescencia, lo que influyó en él para llevar un estilo de vida a semejanza de la aristocracia europea, convirtiéndose en un asiático occidentalizado amante de la culinaria transalpina, así como del jazz y de la música clásica, con una notoria inclinación hacia el pizzicato de violín, guitarra y violonchelo.

Los portales informativos que almacenan crónicas sobre el reinado de Bhumibol coinciden en señalar que él era un maestro en el arte de dividir a señores feudales, cúpulas militares, altos burócratas y personeros budistas.

Muchos de esos aludidos sujetos eran o aparentaban ser amigos zalameros del rey, quien a su vez ponía en práctica de manera frecuente y con asombrosa habilidad aquel consejo que seguro aprendió del filósofo, abogado e historiador francés Voltaire: “Señor, protégeme de mis amigos, que de mis enemigos me protejo yo mismo.”

En todas las decisiones de alta política ocurridas durante su largo ejercicio del poder supremo él quedaba como árbitro al cual los demás veían como su áncora de salvación.

El periodista inglés Jonathan Head escribió, como colofón de un amplio reportaje sobre Tailandia, que Bhumibol era “una figura de influencia y capaz de traer calma.”

Lo cierto es que aquella era una calma chicha, para mejor decirlo con visual atmosférica, pues detrás de la neutralización de los individuos que él suponía que podían derrocarlo había vientos huracanados y olas encrespadas que sólo Bhumibol controlaba. Lo hacía con la tranquilidad de un jinete experto al cruzar un vado.

En varias de las biografías de Bhumibol se resalta como un punto común que en los primeros años de su reinado puso énfasis en difundir la moral contenida en las milenarias normas del budismo tailandés.

Con eso logró que la mayoría de sus súbditos lo calificaran como un gobernante altruista, modesto y de recto proceder. Por ese juego de ajedrez político no perdió el tren y se quedó en el trono hasta morir, ya longevo.

Bhumibol Adulyadej (Rama IX)

En realidad Bhumibol practicaba para sí y los suyos el epicureísmo, con el placer material como eje central, con un derroche de lujos que se sufragaban con los elevados ingresos obtenidos del vasallaje y también con sus múltiples inversiones en todos los renglones de la entonces pujante economía tailandesa. Los jugosos contratos que se firmaron durante su largo reinado eran generalmente leoninos.

El reinado de Bhumibol abarcó desde el arriba referido 9 de junio de 1946 hasta el día de su muerte, ocurrida el 13 de octubre del 2016. En consecuencia, estuvo en el solio tailandés 70 años, 4 meses y 4 días.

En esa larga etapa ocurrieron en Tailandia varios golpes militares, crímenes en masa, (por ejemplo, el 6 de octubre de 1976 hubo una hecatombe contra jóvenes estudiantes), robo de los bienes públicos y todo tipo de abusos contra una población atemorizada por leyes que hacían intocables al rey y su familia.

Mantuvo también una permanente maquinaria propagandística, tan efectiva que fijó en el pueblo llano la idea de que el rey estaba ajeno al origen de los males que como plaga de langostas siguen acogotando hoy a los tailandeses.

Durante su largo reinado se fomentó en ese país una sociedad cargada de sordidez y miseria. A pesar de que en el curso de décadas Tailandia fue uno de los motores económicos de Asia.

Una elocuente radiografía de lo anterior se comprueba en uno de los capítulos (desarrollado en la capital de Tailandia) de la novela policíaca titulada Los Pájaros de Bangkok, autoría del escritor español Manuel Vásquez Montalbán.

Bhumibol, vale reiterarlo, tuvo una participación tope en las principales actividades económicas, políticas, militares, sociales y religiosas del referido país. Acumuló una fortuna calculada en decenas de miles de millones de dólares, según varios reportajes que forman parte de las colecciones de Forbes y Bloomberg, medios especializados en finanzas mundiales.

Teófilo Lappotteofilolappot@hotmail.com